En la elección para el Gobierno de Coahuila hay dos candidatos que se dicen los verdaderos representantes de la Cuarta transformación —o la 4T—, nombre que Andrés Manuel López Obrador ha dado a su sexenio como presidente de la República, situándose a sí mismo y sus colaboradores en la historia de las revoluciones de México. La pugna por la herencia obradorista produjo en el Estado norteño de Coahuila una guerra intestina en el partido de López Obrador que dio nacimiento a dos candidaturas casi fratricidas: la del senador Armando Guadiana, postulado por Morena, y la del exsubsecretario de Seguridad federal Ricardo Mejía, impulsado por el Partido del Trabajo (PT). Aunque ambos partidos han sido aliados desde hace años, no lograron unirse en el Estado. Las diferencias entre Guadiana y Mejía se han impuesto a lo largo de la campaña y la noche del domingo alcanzaron el grado de insultos en el primer debate de candidatos a la Gubernatura.
La riña de los dos políticos de la izquierda hizo del foro un espacio cómodo para el candidato oficialista del priismo, el exalcalde Manolo Jiménez, postulado por la alianza Va por México (conformada por el PRI, PAN y PRD). El PRI ha gobernado Coahuila de manera ininterrumpida por casi un siglo. En el Estado se conformó un grupo político bautizado como el moreirato, en referencia a los hermanos Humberto y Rubén Moreira, que fueron gobernadores (2005-2017) y son los jefes fácticos del priismo coahuilense, con un enorme poder sobre las candidaturas, el Congreso, los órganos autónomos y los medios de comunicación locales. Durante su Administración, Humberto Moreira impulsó la contratación ilegal de deuda pública por casi 36.000 millones de pesos, convirtiendo a Coahuila en el Estado con las finanzas públicas más precarias del país. El político fue investigado y exonerado por la Fiscalía local durante el Gobierno de su hermano y sucesor en el cargo, Humberto Moreira, que actualmente es coordinador del PRI en la Cámara de Diputados y mano derecha del dirigente nacional del partido, Alito Moreno.
A Manolo Jiménez nadie le preguntó qué haría, de ganar la elección del 4 de junio, para castigar a los Moreira por el gigantesco boquete que produjeron en las finanzas de los coahuilenses. El único cuestionamiento que enfrentó el abanderado oficialista provino de la moderadora del debate, la periodista Sandra Romandía, que dijo que cuando Jiménez fue alcalde de Hermosillo dio permisos de construcción a una empresa de su familia. El candidato priista intentó zafarse diciendo: “eso es precisamente lo que dicen mis adversarios”. Romandía aclaró que ella misma revisó la documentación que prueba el conflicto de interés en el otorgamiento de los permisos. Jiménez insistió: “es lo que dicen mis adversarios” y huyó por la tangente. Ningún otro candidato volvió sobre el asunto en las dos horas del debate. Guadiana, Mejía y Lenin Pérez —el cuarto aspirante que aparecerá en la boleta por el Partido Verde— no pasaron de llamar a Jiménez alfil o títere de los Moreira, a mostrar fotos suyas abrazando a los hermanos y a sostener que él representa “la continuidad del moreirato”. “Se quedaron ciclados en la época del moreirato, que, por cierto, esa época ya no existe”, dijo el priista.
Guadiana llamó varias veces traidor a Mejía. El exsubsecretario de Seguridad de López Obrador rompió con Morena luego de que el partido asignó la candidatura a Guadiana tras la realización de encuestas. Mejía deslegitimó los resultados, acusó una imposición desde la dirigencia morenista y se postuló como candidato del PT. “Este señor [Mejía] traicionando la palabra, la palabra que no respetó. Aquí están los papeles de Morena donde firmó que él iba a respetar las encuestas, delante del presidente [López Obrador] dijo que las iba a respetar, y ya saben lo que sucedió”, reprochó el senador.
“El PT es la 4T”, refirió Mejía. Guadiana contestó que esa ‘T’ era de traición. “El candidato del PT también es una ‘T’, pero no es de la 4T como él dice, porque es un traidor a los principios de todos los partidos que ha estado, que han sido muchos”, señaló. Mejía criticó los negocios carboníferos de Guadiana, que tiene empresas en el sector, y lo acusó de estar involucrado en un fraude de 20 millones de pesos al Banco del Comercio Exterior (Bancomext). “Guadiana es producto de la imposición y la corrupción. Incluso fue detenido por fraude en 1994 y recluido en [la prisión de] Topochico por defraudar al Bancomext”, lanzó Mejía. El exsubsecretario de Seguridad también lo criticó por sostener una disputa legal con ejidatarios de Coahuila por el control del agua para sus negocios mineros. “Esto no es la 4T, la 4T no es despojar a los ejidatarios, explotar mineros, defraudar a los bancos. Eso no es la 4T, Guadiana”, subrayó Mejía.
“Ahorita te voy a contestar, traidor sinvergüenza”, le respondió el senador morenista. “Nosotros representamos la verdadera transformación”, añadió. Mejía volvió a la carga: “Armando Guadiana solo utiliza la 4T para traficar influencias y como cobertura de sus múltiples delitos”, acusó. El priista Jiménez señaló a Mejía por “mentir” sobre que en Coahuila había mejorado la seguridad cuando él era subsecretario. Lenin Pérez, del Verde, criticó a Guadiana por dividir el voto de la izquierda. “Por eso fracturó a la izquierda, por su necedad, su falta de voluntad de poner por enfrente los intereses de Coahuila”. El debate terminó con un confuso todos contra todos, menos contra el PRI.
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