Frédéric Vasseur tiene algo distinto a quienes le antecedieron en la dirección del departamento de carreras de Ferrari. A diferencia de Mattia Binotto, Maurizio Arrivabene, Marco Mattiacci y Setafano Domenicali, por nombrar a los últimos cuatro ejecutivos de mayor rango en la Scuderia, el francés llegó este invierno procedente de otro equipo; en su caso, Alfa Romeo. Su incorporación buscaba frescura y una nueva perspectiva de alguien que no estuviera contaminado con el componente político que tanto ha atenazado a la tropa de Maranello en los últimos tiempos. No hay que olvidar que la estructura italiana no celebra el título desde hace 15 años (2007), en aquel apoteósico final de temporada, en Brasil, que embriagó a Kimi Raikkonen.
Vasseur no ha perdido el tiempo y su mano se hizo evidente este jueves, en Baréin, en la primera de las tres únicas jornadas de ensayos de pretemporada previstas, y donde el campeonato echará a rodar el próximo 5 de marzo. Con los monoplazas en pista, por el paddock del trazado de Sakhir comenzó a circular un runrún que Ferrari no desmintió, y que apuntaba a la primera gran sacudida promovida por el nuevo mandamás. Iñaki Rueda, responsable de la gestión de la estrategia desde 2014, dejará su butaca en los circuitos para pasar a operar en remoto, desde el cuartel general de la compañía, durante los grandes premios. El puesto que ocupaba Rueda pasará a manos de Ravin Jain, un ingeniero indio especialista en física y matemática, que ya formaba parte del grupo de trabajo del español.
A pesar de no hacerlo explícito, este movimiento señala indirectamente al madrileño como principal responsable de los errores en la toma de decisiones que condenaron a Charles Leclerc y a Carlos Sainz en varias pruebas de la temporada pasada. Especialmente llamativos fueron los gatillazos en Mónaco, donde el primero tenía la carrera totalmente controlada hasta que una visita a los talleres en el peor momento le escupió del podio, y el bochornoso episodio en Silverstone, donde Sainz terminaría estrenando su casillero de victorias después de dejar con las vergüenzas al aire al grupo de estrategia de los bólidos rojos con el ya famoso “stop inventing [dejad de inventar]”. Parte de esta reorganización también implica una clarificación del rol de Laurent Mekies, el director de carreras, que se centrará en los aspectos operativos, mientras que Vasseur llevará el contacto con los corredores y la rama más comunicativa. “Cuando se habla de estrategia, es más una cuestión de organización que de la persona que está sentada en el muro. Por el momento intento entender qué ocurrió en cada uno de los errores que se cometieron el año pasado, para concluir si fue una cuestión de organización o de comunicación”, comentaba el francés, poco después de aterrizar en Ferrari.
Alonso, el segundo más rápido
Por más que habrá que esperar al sábado para comenzar a hacerse una radiografía algo más aproximada, Aston Martin y Fernando Alonso fueron los protagonistas en Baréin. La escudería de Silverstone pasó del miedo al alivio en solo un par de horas. Por la mañana, un problema eléctrico en el AMR23 pilotado por Felipe Drugovich en ausencia de Lance Stroll –se lesionó el brazo y es baja para los entrenamientos– mantuvo al brasileño metido en el taller la mayor parte del tiempo –solo pudo completar 40 vueltas–. Ya por la tarde, Alonso cogió el relevo y, tras 60 giros, terminó con el segundo mejor registro absoluto, a solo 29 milésimas de Max Verstappen, el más veloz de todos y quien más kilómetros completó (157 vueltas). Sainz, por su parte, finalizó el tercero, a cuatro décimas del asturiano.
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