Denis Suárez deja el Celta tras pasar ocho meses apartado del equipo por un desencuentro con el presidente Mouriño | Deportes

El divorcio entre el Celta y Denis Suárez ya es oficial. Y no sólo hay terceros en esta historia sino incluso cuartos. El futbolista gallego, que acaba de cumplir 29 años, deja el club en el que inició una carrera profesional que le llevó después a Manchester City, Barcelona, Sevilla, Villarreal y Arsenal antes de regresar a Vigo en la que parecía su última estación, por arraigo y sentimiento. Pero unos supuestos negocios se han cruzado por medio para generar un desencuentro con el presidente Carlos Mouriño y el futbolista se incorpora hasta final de esta temporada al Espanyol, con el que ya entrenó este martes por la mañana. “Vengo donde quería”, escribió en sus redes sociales. Luego, en verano, será jugador del Villarreal, equipo con el que ha firmado un contrato de tres temporadas.

Suárez tenía en el Celta el segundo contrato más alto del club, casi a la par de Iago Aspas, pero lo que acabó con su trayectoria en el equipo no fue su capacidad para justificarlo. El centrocampista siempre fue un favorito del entrenador Chacho Coudet, pero penó porque en el entorno del club celeste entendían que estaban ante “un pequeño Piqué” que diversificaba su actividad profesional. Por ejemplo, con su papel en una agencia de representación, de la que en el club deslizan que es el uno de los responsables, y que en julio de 2021 intervino en la marcha al Real Madrid de Bryan Bugarín, un infantil que había destacado en el torneo de LaLiga Promises. Mouriño estalló en cólera. “Un club que le paga una verdadera millonada a un jugador y que vende a un jugador de los nuestros, de la casa, para ganar 40.000 o 50.000 euros, realmente, sí me parece una traición al club”, denunció el presidente del Celta.

Denis replicó con contundencia, dejó claro su amor por el club “desde niño” y deslizó que Mouriño le había amenazado con encargarse de que Balaídos le pitase. Y aclaró: “Yo jamás he vendido un jugador ni del Celta ni de ningún otro equipo. Les invito a que demuestren esta afirmación con los documentos pertinentes, así como el ingreso del dinero del que habla”.

Ahí se rompió todo. Mouriño resumió hace un par de meses, en la despedida de Coudet, como nada se arregló, ni siquiera en año y medio. “No le importa el Celta, va a lo suyo, exclusivamente”, apuntó sobre el futbolista, que acabó la temporada anterior como titular en el equipo. Sin embargo, tras el desencuentro se impuso al técnico argentino que no podría contar con él en su último año de contrato. A la llegada de Carlos Carvalhal cualquier debate ya estaba finiquitado por más que en el vestuario varios futbolistas planteasen que el equipo necesitaba la aportación de una pieza que estaba en el grupo, aunque en realidad entrenaba apartado de él.

Denis no juega desde el pasado 21 de mayo y ahora deberá subirse en marcha al tren de la Liga en un equipo que le espera con los brazos abiertos, con un técnico vigués, Diego Martínez, que busca soluciones urgentes. La salida al Espanyol se ha sustanciado por un fijo de 200.000 euros que se podría doblar en caso de que los pericos logren la permanencia en Primera División, batalla en la que litigarán, entre otros, contra el Celta. En Vigo esperan resolver sus problemas con la masa salarial que despeja la salida de un futbolista que estaba destinado a ser el emblema del club cuando Iago Aspas lo dejase.

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