María Belén y Juan Carlos llevaban un mes en trámites de separación. Nada hacía presagiar que fuera un divorcio traumático. Estaban solucionando todos los asuntos pendientes de forma pacífica, sin recurrir a abogados. Todo iba tan bien, que el 24 de agosto quedaron en un bar de Zaragoza, la ciudad en la que viven, para cerrar algunos flecos de la separación. Juan Carlos se llevó a la boca la croqueta que había pedido, pero a los pocos minutos empezó a sentirse mal y tuvo que irse a casa. No recuerda nada más desde ese momento hasta el día siguiente, cuando se despertó con 27.000 euros menos en sus cuentas bancarias. La policía acaba de detener a su exmujer por meter benzodiazepina en esa croqueta para dejarlo fuera de combate y robarle.
Las cámaras del bar Los Juncos, en el barrio zaragozano de La Paz, muestran a la expareja entrando en el local, que cuenta con una barra en forma de U llena de tapas. Gambas rebozadas, saladitos, tortilla, chistorra… El hombre eligió una croqueta como pincho. Las imágenes grabadas muestran que en el momento en el que él se levantó para coger una consumición, ella aprovechó el descuido para “manipular la croqueta”, explica un portavoz de la Jefatura Superior de Aragón. Juan Carlos se la zampó de un bocado y notó “un sabor raro”, según contó después, pero no le dio más importancia. Hasta que a los pocos minutos, empezó a encontrarse mal y su exmujer se ofreció a acompañarlo a su nuevo piso de soltero para que se tumbara y descansara.
Según declaró el hombre, su mente se quedó en blanco desde ese momento hasta el día siguiente, cuando se despertó en su casa. ¿Qué había pasado? ¿Por qué le dolía así la cabeza? Decidió acudir a urgencias para que le hicieran pruebas y empezar a obtener respuestas. Su médico pidió una analítica y en los resultados se ven restos de benzodiazepina.
Sedación y relajación
Se trata de un psicotrópico que afecta al sistema nervioso y que está presente en fármacos usados para tratar la ansiedad o el insomnio, entre otras afecciones. Es el componente fundamental de medicinas muy conocidas como el diazepam. Los efectos que provoca son la sedación y la relajación, pero en cantidades excesivas puede provocar incluso un coma y, en casos extremos, la muerte si se mezcla con alcohol. “Estos fármacos sí pueden dejar en un estado de inscosciencia y que sea difícil despertarte. Si hablamos de pastillas, para llegar a ese estado calculo que habían falta alrededor de 100 gramos (10 píldoras), pero también existen líquidos, el Rivotril, que además es insípido”, apunta Diego Palao, psiquiatra especializado en salud mental.
Las sorpresas de Juan Carlos continuaron. Las sospechas le hicieron revisar sus cuentas y descubrió un agujero de casi 27.000 euros. Un dinero con el que contaba el día anterior, antes de meterse al cuerpo la croqueta envenenada. Varias de las cuentas de Juan Carlos registraban transferencias a, al menos, cuatro cuentas a nombre de su exmujer María Belén. Lo que le había sucedido en las 24 horas anteriores empezaba a cobrar una explicación en su cabeza, pero no sabía si alguien le creería. El hombre acudió a una comisaría a poner una denuncia, que supuso el pistoletazo de salida de esta investigación de la croqueta.
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete
El grupo de homicidios asumió el caso porque podía tratarse de un intento de asesinato, aunque finalmente se ha considerado que la mujer no tenía intención de llegar tan lejos. Los policías accedieron a las cámaras de vigilancia tanto del local como otras de comercios cercanos que recogen el recorrido desde el bar, hasta la casa de la víctima y en las que se ve cómo la mujer entra con él a la vivienda. “Realizó las transferencias con el móvil de su exmarido, por eso lo necesitaba insconsciente”, apuntan fuentes policiales. Las grabaciones y las transferencias han sido las pruebas claves para apuntalar las sospechas sobre la mujer.
Las investigaciones para demostrar que fue su exmujer la que le indujo a ese estado y le robó se han prolongado durante cuatro meses, hasta que el 11 de noviembre los agentes engrilletaron a la mujer de 47 años y sin antecedentes penales. La pareja tiene al menos dos hijos, uno de ellos ya mayor de edad. Está acusada de un delito de estafa y otro de lesiones. Por ahora se ha acogido a su derecho a no declarar y será el juez el que la cite para escuchar sus explicaciones.