La Policía Nacional ha detenido en un supermercado de Toledo al español Erick de Ventura Pacheco, Perú, uno de los delincuentes nacionales que recientemente había pasado a engrosar la lista de los delincuentes más buscados de Europa. El arrestado, muy peligroso, es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad, desde que fue el lugarteniente de la banda de ladrones y secuestradores que lideró durante años Ángel Suárez Flores, más conocido como Casper, ya fallecido. La ficha de Europol detalla que Perú está acusado de secuestros para facilitar vuelcos o robos de droga a otras bandas, normalmente con violencia. Llevaba huyendo desde 2014, pero desde su inclusión en septiembre en la lista de los más buscados, muchas llamadas de ciudadanos acabaron ubicándolo en Toledo, donde fue detenido pese a que se había cambiado la cara y era “casi irreconocible”.
De Ventura está acusado de, “al menos, 36 delitos como tráfico de drogas, detención ilegal, torturas, amenazas, secuestros y similares”, por lo que se le pide una pena de 965 años de cárcel, según una nota policial difundida esta mañana “El grupo criminal se dedicaba a robar grandes cantidades de drogas ilegales a otros traficantes”, destaca Europol, que señala que De Ventura “era un experto en diferentes herramientas técnicas e informáticas”, añade.
Durante años fue una pieza clave de una de las bandas “más peligrosas y violentas de España”, la que lideró Casper, ladrón, secuestrador, torturador y narcotraficante que pasó a la historia criminal española por el robo de 19 cuadros en el domicilio de la empresaria Esther Koplowitz en agosto de 2001, y se convirtió en una verdadera obsesión para la policía durante una década.
Los restos de la panda de Casper se habían dedicado durante la última década a un negocio muy lucrativo y de alto riesgo: los vuelcos. El primer rastro de esta actividad data de 2009, cuando la banda se disfrazó de guardias civiles para secuestrar y torturar a un consignatario de buques de Algeciras (le cortaron el dedo pulgar del pie con un machete) para robar un cargamento de cocaína que no les pertenecía.
La policía detalla que, tras numerosas llamadas de vecinos, se montó un dispositivo de vigilancia en un pueblo de Toledo a raíz de una información concreta recibida a finales del año pasado. Vivía en una casa con otros hombres, pero el supuesto Perú no se parecía en nada al hombre que llegó a sentarse junto a Casper en la Audiencia Nacional. Más delgado, barba larga, siempre con gorra y gafas oscuras, en el caso de que abandonase la vivienda… “El dispositivo de vigilancia y seguimiento se mantuvo en el tiempo durante días, hasta que el pasado día 9 de enero se observó cómo salía de la vivienda una persona ocultando su rostro con gorro y gafas negras”, explica la policía.
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Tres agentes siguieron a la pieza, hasta que entró en un supermercado, en una zona alejada, donde se quitó las gafas y dos agentes pudieron mirarle directamente a la cara y reconocerlo, “gracias a un hoyuelo en el orificio derecho de la nariz así como un lunar en la mitad de la mejilla derecha”. Se rindió y se dejó detener sin oponer resistencia.