La mayoría de los mexicanos está a favor de la reforma electoral propuesta por el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Dos de cada tres ciudadanos dicen estar de acuerdo o muy de acuerdo con la propuesta del Ejecutivo, de acuerdo con una encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio presentada este viernes. La reducción del número de diputados y senadores es el punto más atractivo para la ciudadanía, un 83% de los encuestados respalda la medida. Al mismo tiempo, un 69% de las personas consultadas admitió que “no estaba enterada” de que el mandatario había hecho llegar la iniciativa al Congreso desde finales de abril pasado.
La encuesta expone que es una iniciativa con un amplio respaldo popular y a la vez, poco conocida. Heidi Osuna, directora de Enkoll, señala que dos fenómenos paralelos pueden explicar el resultado. Influye, por un lado, que sea el presidente quien impulse la reforma. Osuna asegura que si la hubiera presentado otro actor político con menor arrastre o credibilidad, el apoyo pudo haber sido menor. El segundo factor es que las reformas suelen tener buena acogida en la opinión pública de México porque son percibidas como una muestra de que el Gobierno “está haciendo su trabajo” y “de que se está haciendo algo para mejorar lo que hay”, comenta la especialista. Las excepciones son las reformas fiscales y energéticas, en las que la gente teme que se afecte su bolsillo o median otro tipo de ideas sobre cómo deben gestionarse los recursos del Estado. Un apunte interesante es que los jóvenes son el grupo de edad menos enterado de qué es la reforma electoral: el 86% de los encuestados entre 18 y 24 años no la conocen, tampoco el 82% de quienes están en la franja de los 25 a los 34 años.
La primera pregunta de la encuesta, realizada cara a cara a 1.217 mayores de edad, es la confianza en las instituciones electorales. La confianza en el Instituto Nacional Electoral (INE) arroja cifras divididas: un 50% de los entrevistados dice que confía mucho o algo en el árbitro electoral, mientras que un 49% tiene poca o nula confianza. En cambio, una encuesta reciente del periódico Reforma proyecta un nivel de confianza mucho más alto en el INE, un 70%.
Con todo, el INE es el organismo con mayor confianza. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tiene un saldo de 46% de opiniones positivas, pero un 52% de negativas. El 44% de la gente se fía de las elecciones, pero el 55% no lo hace. Los diputados y senadores salen reprobados por igual: solo tres de cada diez personas confían en ellos. En cambio, un 69% se inclina por la desconfianza. Los partidos políticos están en el fondo de la tabla: un 70% confía poco o nada en ellos.
El apoyo del 66% a la reforma electoral contrasta con el 25% de encuestados que está en desacuerdo o muy en desacuerdo. Además, un 9% no respondió o no tenía una opinión ni a favor ni en contra. El respaldo a la iniciativa del presidente es mayor entre los hombres (un 69%) que entre las mujeres (un 63%) y más patente entre los votantes más jóvenes, prácticamente tres de cada cuatro personas entre los 18 y los 35 años dicen sí a la reforma, pese a ser el grupo que menos ha oído hablar de ella. En cuanto a afiliación partidista, el apoyo es mayor entre los seguidores de Morena (un 80%), aunque el 51% de los votantes del Partido Acción Nacional están de acuerdo con que cambie el sistema electoral.
Además de la reducción de diputados y senadores, hay un apoyo abrumador a que se elijan a los representantes del INE y del Tribunal Electoral por voto popular (un 81%), a reducir el número de consejeros del INE y magistrados del Tribunal (un 74%) y a elegir a diputados y senadores por medio de listas estatales (un 68%). Las voces en contra son claramente minoritarias: en todos estos casos hay al menos un 40% de diferencia entre las opiniones positivas y las negativas sobre las propuestas. La medida que convence menos a los encuestados es la de sustituir al INE y a los organismos locales por un nuevo Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC): un 50% está de acuerdo, un 44% se opone y un 6% no sabe.
Es un resultado muy similar al del estudio oficial que ordenó el propio INE: un 52% de los encuestados señaló en esa ocasión que era más conveniente que desapareciera el órgano actual y fuera sustituido por el INEC. Morena también presentó esta semana en el Legislativo una encuesta realizada por Parametría que daba un 60% de respaldo general a la reforma electoral. “Los resultados son contundentes, el pueblo de México está a favor de la reforma”, aseveró Mario Delgado, el líder nacional del partido.
De acuerdo con Enkoll, la mayoría de los encuestados, un 67%, también considera que el INE gasta más de lo que debería, prácticamente el mismo porcentaje que apoya la propuesta de López Obrador, que ha insistido en que el árbitro electoral despilfarra recursos y “gasta muchísimo”. En contraparte, el 19% de las personas cree que se gasta lo justo para la operación y organización de elecciones. Incluso, un 10% considera que el gasto es menor de lo que debería. “Existe esta idea de que el INE es oneroso”, comenta Osuna.
A pesar de esto y del discurso de austeridad del presidente, un 68% de las personas consultadas afirma que es más importante para el país mejorar la calidad de la democracia que reducir el costo de las elecciones. Esta es una opinión mayoritaria entre los encuestados, sin importar su sexo, edad y afiliación partidista. “Al parecer, el mexicano está dispuesto a tener una democracia costosa, pero de calidad”, señala la directora de Enkoll.
La última pregunta del estudio demoscópico, levantado del 5 al 8 de noviembre, explora las motivaciones del apoyo de los partidos de oposición a la propuesta del bloque gobernante. Morena y sus aliados necesitan de una mayoría calificada para que se apruebe la reforma constitucional. El 66% cree que los opositores apoyarían la iniciativa por presiones de las autoridades o del Gobierno y el 23%, por sus convicciones.
“Es un resultado negativo para ambos bandos”, interpreta Osuna. “Del lado de la oposición, parece que la mayoría considera que sus legisladores no tienen convicciones y del lado del Gobierno, la gente cree que va a presionar para se apruebe la reforma”, agrega la especialista. Es una polémica similar a la de la propuesta de extender la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles para tareas de seguridad pública y la repentina alianza del PRI de Alejandro Alito Moreno con el partido del presidente en la Cámara de Diputados. Los priistas encuestados son el grupo que más cree que la oposición apoyaría por presión y no por convicción la iniciativa presidencial, un 77% de ellos. Sobre la reforma electoral y un potencial apoyo de la formación tricolor, López Obrador ha vuelto a la carga y dijo que es “un deber”.
Mientras tanto, las negociaciones están abiertas entre la oposición y la coalición gobernante, con prácticamente todos los partidos analizando sus opciones en las comisiones del Congreso. La otra batalla se libra fuera del Legislativo: con una marcha “en defensa del INE”, convocada para el próximo domingo.
Consulte aquí la encuesta completa y la metodología.
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