En el primer año del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en 2019, el plan de negocios de Pemex para el sexenio pronosticaba que en 2022 su producción promedio diaria alcanzaría 2,3 millones de barriles diarios. La realidad, sin embargo, es tozuda y en el penúltimo mes de este año, con los últimos datos disponibles, el ritmo de bombeo de barriles por día no llega siquiera a la mitad de las optimistas previsiones del comienzo del sexenio. El rescate de la petrolera estatal ha sido una de las grandes prioridades del Gobierno, pero las millonarias ayudas públicas que ha recibido la compañía durante estos años no han logrado que levante cabeza. Pemex es la energética más endeudada del mundo y con una producción en caída libre. Aun así, el Gobierno tiene previsto seguir inyectando dinero al antiguo símbolo del esplendor petrolero mexicano.
Con un adeudo superior a los 105.000 millones de dólares, Pemex busca una nueva inyección estatal para cubrir los pasivos a corto plazo en pleno declive productivo. Pese al entorno de precios altos en el crudo durante este año, Octavio Romero, director general de la petrolera, ha reconocido que estas nuevas aportaciones serán necesarias para pagar las amortizaciones de deuda que se enfrentarán el primer trimestre del 2023. La nueva inyección de capital, cuya concreción se prevé para inicios del siguiente año, contrasta con el declive en la producción de petróleo. En el penúltimo mes del año, Pemex produjo a razón de 1,5 millones de barriles diarios, una caída del 4,7% respecto a noviembre de 2021, de acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
La caída en la producción de petróleo en México en noviembre fue de un 1,6 millones de barriles diarios de crudo, su peor nivel desde julio de 2020, de acuerdo con los últimos datos de la CNH. La producción de petróleo, tanto de Petróleos Mexicanos (Pemex) como de privados, no levanta. En el penúltimo mes de este año, la producción de crudo fue de 1,6 millones de barriles diarios, en cifras redondas, lo que supone un 3% menos frente a la producción de noviembre de 2021. La petrolera estatal aporta el 94% de la producción nacional de crudo, el resto es extraído por operadores privados como Ente Nazionale Idrocarburi (ENI) y Panamerican Energy e E&P Hidrocarburos
En el primer año de esta Administración, en 2019, el plan de Negocios de Pemex para el periodo 2019-2024 pronosticaba que ya en 2022 la producción promedio diaria sería de 2,3 millones de barriles. Sin embargo, las previsiones se han dado de bruces con un entorno a la baja. Según el más reciente reporte prospectivo de la CNH, la producción nacional de petróleo llegará a los dos millones de barriles diarios hasta 2026 en un escenario de alta extracción. En su más reciente plan de negocios, la petrolera estatal avizora para 2024 un máximo de 1,9 millones. Lejos de la meta fijada de 2,4 a 2,6 millones con la que el presidente López Obrador buscaba impulsar para esas mismas fechas.
A la caída productiva se suman los débiles resultados financieros de Pemex. Durante el tercer trimestre de 2022, la petrolera reportó una pérdida neta de 52.033 millones de pesos. Del lado de los factores que incidieron negativamente en el resultado trimestral figuran el aumento del 35% en los costos financieros y de los instrumentos derivados, los cuales pasaron de 40.619 a 54.803 millones de pesos en un año.
La producción petrolera en Pemex ha venido a la baja a pesar de los reiterados esfuerzos del Gobierno de López Obrador por sanear los resultados financieros y operativos de la paraestatal. En los primeros nueve meses de 2022, Pemex recibió de parte del Gobierno federal alrededor de 131.000 millones de pesos, de los cuales 108.000 correspondieron a aportaciones de capital y 23.000 al apoyo financiero para la adquisición de la refinería de Deer Park. Para el siguiente año, Pemex contará con un presupuesto de más de 678.000 millones de pesos, un incremento de 1,6% en comparación con los recursos asignados en 2022.
Fluvio Ruiz, exconsejero de Pemex y analista del sector energético, señala que hay vencimientos importantes de la deuda que sin duda van a hacer necesario el apoyo del gobierno federal en la amortización. De acuerdo con las cifras analizadas por el especialista, a 30 de septiembre de 2022 el saldo total de la deuda financiera bruta de Pemex fue 105.035 millones de dólares. De este monto, el 19,7% corresponde a deuda de corto plazo y el 80,3% a deuda de largo plazo. Ruiz explica que la petrolera deberá pagar su deuda a corto plazo, equivalente a unos 21.583 millones de dólares. “Pemex había empezado a valerse por sí misma, a cubrir todos sus vencimientos con sus propios ingresos, pero es tanto el peso de la deuda a corto plazo, sin duda va a necesitar ayuda del Gobierno”, refiere.
Luis Miguel Labardini, socio de la consultoría y despacho energético, Marcos y Asociados, precisa que la pandemia y la inflación han afectado los planes de desarrollo de los campos de Pemex. Además, añade que este lastre millonario de la deuda es el resultado de más de 80 años de la financiación de la empresa a través de deuda. Ahora, dice, la única oportunidad para la petrolera será que un Gobierno de corte socialista de Morena haga una colocación inicial de acciones de la petrolera. “El Gobierno federal no tiene los recursos que Pemex necesita para sanear las finanzas de la empresa”, zanja.
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