El vértigo desploma al Arsenal, que se cae en la Premier después de dominar el campeonato con brazo de hierro durante ocho meses. Aquel combo excitante que avasallaba a sus rivales con el juvenil atrevimiento del equipo con menor media de edad de la competición es hoy un grupo atribulado, con capacidad para rebelarse ante la adversidad, pero con carencias que le convierten en vulnerable; aquel estadio que todavía se agita con la ilusión de ganar una liga que hace 19 años que no festeja, se debate entre murmullos y mohines, por más que no deje de vibrar.
3
Aaron Ramsdale, Ben White, Zinchenko (Eddie Nketiah, min. 72), Gabriel, Robert Holding, Fabio Daniel Vieira (Trossard, min. 56), Thomas, Odegaard, Gabriel Jesus, Bukayo Saka y Martinelli (Reiss Nelson, min. 84)
3
Gavin Bazunu, Kyle Walker-Peters, Bednarek (Caleta-Car, min. 40), Romain Perraud, Armel Kotchap, Armstrong (Ebere Paul Onuachu, min. 77), Romeo Lavia, Mohammed Elyounoussi, Ward-Prowse, Walcott (Kamal Deen Sulemana, min. 76) y Carlos Alcaraz
Goles 0-1 min. 0: Carlos Alcaraz. 0-2 min. 14: Walcott. 1-2 min. 20: Martinelli. 1-3 min. 66: Caleta-Car. 2-3 min. 88: Odegaard. 3-3 min. 90: Bukayo Saka.
Árbitro Simon Hooper
Tarjetas amarillas Carlos Alcaraz (min. 27), Romain Perraud (min. 31), Kyle Walker-Peters (min. 42), Zinchenko (min. 48), Armstrong (min. 76) y Ibrahima Diallo (min. 94)
El Arsenal hiló su tercera jornada sin ganar. Después de dos igualadas en desplazamientos a los feudos de Liverpool y West Ham pegó el petardazo en un duelo que empató (3-3) contra el colista, el Southampton, que tuvo el triunfo en la mano tras llegar al minuto 87 con una victoria por 1-3, encajó dos goles casi consecutivos, en apenas 140 segundos, y llevó el partido a un final trepidante con diez minutos de prolongación que sirven para entender por qué el fútbol es un espectáculo incomparable. Si alguien quiere entender este deportes desde diversión, los vaivenes y la emotividad que se enchufe al equipo que adiestra Mikel Arteta
El Arsenal suma los puntos de uno en uno y aviva así las opciones del Manchester City para repetir título. El equipo de Pep Guardiola aplaza su complicada salida a Brighton de esta jornada porque este sábado tiene una cita en Wembley contra el Sheffield United, segundo clasificado de la división de plata, por un puesto en la final de Copa. El rival del Real Madrid en la Champions se presentará al partido contra el Arsenal del próximo miércoles en el Etihad con dos partidos menos que su rival por la Premier y a cinco puntos de distancia del liderato. No sólo por ahí lo tiene a tiro: este Arsenal tocado, que añora a su lesionado líder defensivo William Saliba afronta ahora un durísimo calendario en el que, tras visitar al campeón al que aspira a destronar, recibirá al Chelsea y se opondrá a Newcastle y Brighton, dos de los equipos más en forma del torneo, antes de cerrar el curso ante Nottingham y Wolves.
Ante el Southampton el líder padeció un inesperado calvario desde que al medio minuto de echar a rodar la pelota el meta Ramsdale, tantas veces decisivo para salvar al equipo, se hizo un nudo en una salida de balón de cinco contra dos para entregarle la pelota al rival. Alcaraz respondió con un gol que resonó en el Emirates como un tortazo, amplificado cuando al cuarto de hora un gunner, Theo Walcott amplió la ventaja para los visitantes.
El Arsenal fluctuó entre la prisa y el bloqueo. Martinelli descontó antes de que cundiese el pánico y el equipo llegó al descanso tras dejar pasar varias opciones de empate. Pero en ese receso el novel técnico español Rubén Sellés tomó una de esas decisiones que pueden marcar la carrera de un entrenador en fase de meritoriaje. Retiró del campo al argentino Alcaraz, que no sólo había marcado sino que había liderado la presión de su equipo en la medular, y se tapó con un tercer central para conformar una línea zaguera de cinco hombres.
Sellés echó al equipo atrás, juntó líneas y su plan funcionó a la perfección. El Arsenal apenas tiró entre palos durante cuarenta minutos, se topó contra una muralla y para colmo tras casi media segunda parte sin pisar el área en la primera ocasión que lo hizo el central Caleta-Car pasaportó a la red un remate tras saque de esquina.
El Arsenal palideció ante un rival que había caído en los últimos 28 partidos de liga en los que le había visitado. La última victoria del Southampton en casa del Arsenal data de 1987, en Highbury, claro. Ni siquiera había Premier League entonces. La estadística estuvo a punto de romperse. Pero entonces aparecieron los grandes futbolistas, los que deben marcar diferencias. Odegaard y Saka, que parecían desactivados, empataron el partido en un visto y no visto, cuando el Southampton veía la orilla. De pronto se encontraron ante un tsunami. Debió de ganar el Arsenal en un final a pecho descubierto, con el Emirates en estado de excitación. Resistió el Southampton, que sigue último y a tres puntos de la permanencia. No parece claro si debe estar satisfecho después de todo. Donde desde luego no lo estaban era en la orilla del Arsenal,
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