El BID asegura que la banca latinoamericana es sólida y está bien capitalizada | Economía

La economía latinoamericana tendrá este año un crecimiento “muy bajo”, de solo el 1%, según las previsiones que ha expuesto este domingo Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y las cosas pueden ser peor en caso de que la inestabilidad financiera de las últimas semanas se prolongue, pues eso condenaría a la región al estancamiento. Parrado ha asegurado, no obstante, que la banca latinoamericana es sólida y está bien capitalizada, lo que disminuye el riesgo de contagio.

Parrado ha presentado en rueda de prensa presencial y telemática el Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2023, que anualmente elabora el BID. Lo ha hecho desde Ciudad de Panamá, donde el organismo celebra su asamblea anual. La reunión del BID es la primera con Ilan Goldfajn como presidente tras el convulso final de la etapa de Mauricio Claver Carone.

Los problemas regionales centran la agenda oficial de la asamblea, pero en los pasillos se habla mucho del conato de crisis financiera que ha sacudido Estados Unidos y Europa y que supone una amenaza para la economía mundial. A la vez que intervenía Parrado en Panamá, en Suiza se cerraba un acuerdo para que el gigante financiero UBS adquiera a su rival Credit Suisse por unos 3.000 millones de euros y en Estados Unidos se continuaba trabajando en atajar la crisis de confianza en los bancos medianos regionales.

La primera pregunta para el economista jefe del BID ha sido precisamente sobre el riesgo de contagio y de freno al crecimiento de Latinoamérica que tiene lo que está ocurriendo en Estados Unidos y Europa. Parrado ha explicado que el crecimiento previsto, del 1%, se podría quedar en el 0%, pero también ha lanzado un mensaje de optimismo: “De momento estamos viendo un par de semanas de nerviosismo financiero, pero hay que plantear que esta crisis bancaria de algunos bancos es muy distinta a lo que vivimos en 2008 y 2009. El problema fuente es distinto. En 2008 y 2009 estamos hablando de la crisis subprime, relacionada con las hipotecas en muchas partes del mundo, mientras que ahora estamos hablando más de una crisis de confianza en algunos bancos”, ha dicho Parrado, marcando una primera separación entre ambos episodios.

Y ha seguido: “La segunda diferencia está relacionada con el nivel de solvencia y resiliencia que tienen los bancos a nivel internacional y sobre todo en América Latina y el Caribe, donde el sistema bancario ha sido parte de la solución y no parte del problema. Tenemos bancos mucho mejor capitalizados, son mucho más líquidos y las tasas de morosidad son mucho más bajas. Por tanto, tenemos la resiliencia para enfrentar ese tipo de shocks”.

El informe publicado este domingo por el BID incide en esa idea. Asegura que, a pesar de la tensión en los mercados financieros, los sistemas financieros de la región siguen siendo relativamente robustos. “La meta de las autoridades en América Latina y el Caribe debería ser mantenerlos así, asegurando que todas las herramientas —incluidas las pruebas de estrés— se apliquen adecuadamente”. El propio presidente del BID ha lanzado desde Panamá un mensaje en la misma dirección.

El BID asegura en su informe que los países de América Latina y el Caribe necesitan abordar un triple desafío, tres retos macroeconómicos complejos e interconectados, para alcanzar las aspiraciones de desarrollo y bienestar de sus poblaciones. Un reto social, para combatir la pobreza y la desigualdad, problemas agravados por la elevada inflación. Un reto fiscal, de reducir una deuda pública que ha superado el 70% del producto interior bruto (PIB). Y un reto, de crecimiento: “La productividad está aumentando a paso lento, y, en consecuencia, el crecimiento económico a largo plazo, que se estima actualmente en solo el 2%, no es suficiente para alcanzar los objetivos de desarrollo de la mayoría de los países de la región”, asegura el BID.

Para 2023, la previsión de analistas privados que incorpora el BID a su informe es aún inferior, de solo el 1% citado. Ya en 2024 si se alcanzaría ese crecimiento cercano al 2%, ha explicado Parrado, pero sigue siendo poco para las necesidades de la región.

Además de estos retos específicos, el BID señala que la región también se enfrenta a los retos transversales de encarar el cambio climático, promover la diversidad, la inclusión y la equidad, y reforzar el contexto institucional y el estado de derecho para mejorar el entorno empresarial.

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