El director de la Mobile World Capital: “La inteligencia artificial tiene que convertirse en una experiencia para que la gente entienda su potencial” | Cataluña

El congreso mundial de móviles (MWC) está a punto de caramelo: queda una semana y media para terminar los preparativos, y, del 27 de febrero al 2 de marzo, volverán a Barcelona los miles de congresistas que participan usualmente en esta cita empresarial sobre tecnología. La ciudad ha conseguido alejar los fantasmas de que el congreso deje la capital catalana —recientemente se selló el compromiso para que el foro se celebre hasta 2030 con posibilidad de que sea ya una relación indefinida—, pero la transformación del MWC en los últimos años dibuja un nuevo reto: conseguir que la ciudadanía entienda de qué va este congreso ahora. El MWC ha pasado de ser el lugar donde se presentaban los nuevos modelos de móviles, a ser un espacio de debate sobre nuevas tecnologías y sus aplicaciones: metaverso, inteligencia artificial, algoritmos… Para lograr esta conexión entre lo que se habla en el congreso y la gente de a pie está la fundación Mobile World Capital, que tiene como objetivo aprovechar la actividad económica que se genera en el MWC para afianzar el ecosistema emprendedor y tecnológico de la ciudad. Este año, ha preparado una serie de actividades para hacer que las tecnologías se entiendan y se puedan disfrutar.

El director general de la fundación, Francesc Fajula, que asumió el cargo el junio pasado y tiene por delante ahora su primer congreso, coincide en una entrevista con EL PAÍS en la necesidad de hacer más accesibles unos debates y unas tecnologías que, fuera del MWC, pueden no entenderse. “Desde que se dejaron de presentar modelos de móviles y se pasó a un congreso más sobre tecnologías, ha habido el riesgo de perder el contacto con la ciudadanía. Y para evitarlo, tenemos que hacer experiencias: las tecnologías, como el metaverso o la inteligencia artificial, tienen que transformarse en experiencias para que la gente entienda su potencial y las disfrute”, dice Fajula en las oficinas de la fundación, en el edificio del Palau de Mar donde se encuentra el centro tecnológico Pier 01 de la asociación Tech Barcelona.

“Tenemos que aproximar la ciudadanía al MWC, aunque entendiendo que no deja de ser una feria profesional”, añade Fajula. Con este objetivo, la fundación ha diseñado una serie de actividades en varios espacios del congreso, donde asociará diferentes tecnologías con los sentidos del ser humano para convertirlas en experiencias. El visitante empezará por crearse un avatar mediante técnicas de reconocimiento facial. Con él, accederá gracias a la realidad aumentada a un metaverso donde viajará a lugares emblemáticos de Barcelona, de los que sentirá los olores, introducidos gracias a la empresa de perfumerías Puig y dos startups del sector. La segunda experiencia será una cata gastronómica de chocolates creados por el Celler de Can Roca, que mediante las gafas de realidad virtual guiará al visitante en la degustación. En la tercera experiencia, la del tacto, el asistente se enfundará una manga háptica en el brazo y unas gafas de realidad virtual, y simulará que lanza la flecha que encendió el pebetero de Barcelona ‘92. Y en la experiencia de la vista el usuario podrá usar sistemas de código para crear un castillo de fuegos artificiales que verá a través de las gafas de realidad virtual. La serie de experiencias terminará en el espacio Beat Barcelona, donde el avatar tendrá una experiencia inmersiva en un concierto. “Podrán participar los congresistas, pero también hemos hecho una llamada a colectivos que normalmente no vienen al Mobile, como de la educación o el deporte, para que prueben estas experiencias”, explica Fajula.

La fundación Mobile World Capital, que cuenta con apoyo público y privado, nació hace 11 años para lograr que un congreso tan importante como el MWC, que revoluciona la ciudad durante una semana y la pone en el mapa mundial económico y tecnológico, no fuera solo eso: un paréntesis de una semana. Desde entonces la fundación trata de que el impacto del congreso tenga continuidad durante todo el año, y lo hace mediante diferentes iniciativas: una sobre innovación, con el programa The Collider para conectar centros de investigación y empresas de desarrollo de tecnologías con startups; otro programa para promover el uso del 5G en la metrópolis de Barcelona; otra iniciativa para fomentar el talento digital en la ciudad; y un programa para llevar la transformación digital al ámbito de la educación, entre otras iniciativas. “En Cataluña, como en España y Europa en general, hay una desconexión importante entre los centros de investigación y las empresas, y esto intentamos salvarlo con The Collider. También hay otro reto, que es el del talento, ya que faltan muchos profesionales para estos nuevos trabajos, y de ahí nuestros programas sobre educación”, señala Fajula.

El responsable de la fundación cree que Barcelona está “ante una oportunidad única” tras el compromiso del MWC de seguir en la ciudad al menos hasta 2030. “Con la GSMA [la patronal mundial de la industria de los móviles] teníamos una relación de noviazgo, y cada cierto tiempo teníamos que revisar si las cosas iban bien, si seguíamos, etc. Ahora tenemos un matrimonio y podemos pensar a largo plazo. Tenemos la oportunidad de iniciar proyectos de larga duración”, señala. El papel de la fundación es clave en esta nueva etapa, y por este motivo Fajula explica que en breves empezarán a trazar un nuevo plan estratégico y un plan de remodelación de su marca: “La gente no sabe que muchas iniciativas que hay sobre tecnología salen de la fundación. Tenemos una marca espectacular, pero quizá no hemos sido suficientemente capaces de comunicarlo a la sociedad”.

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