El Ejército Popular de Liberación (EPL, el Ejército chino) ha anunciado este sábado tres jornadas de ejercicios militares alrededor de Taiwán a modo de “severa advertencia” por las “actividades provocadoras y conspiraciones entre las fuerzas separatistas que buscan la ‘independencia de Taiwán’ y las fuerzas externas”, según ha explicado el coronel chino Shi Yi al anunciar las maniobras. Pekín responde así a la visita de la presidenta de la isla autogobernada, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos, donde en una breve parada se entrevistó con el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy.
El Ministerio de Defensa taiwanés ha alertado de que 71 cazas y nueve buques chinos cruzaron este sábado por un breve período de tiempo la línea media divisoria del estrecho de Taiwán o Formosa, una frontera no oficial entre la parte continental y la isla. Por su parte, la Administración de Seguridad Marítima de la provincia china de Fujián (la más cercana a la antigua Formosa) emitió el viernes a última hora un aviso de navegación ante el inicio de varios días de ejercicios con fuego real frente a las costas de esta región del sureste de China. Además, la agencia Reuters informa de que un buque militar chino estaba disparando proyectiles este sábado en una zona costera perteneciente a Fuzhou, capital provincial de Fujián, ubicada frente a las islas Matsu, controladas por Taipéi.
El coronel Shi Yi, portavoz del Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación, ha comunicado que, entre este sábado y el lunes, las Fuerzas Armadas chinas llevarán a cabo ejercicios militares de preparación para el combate en las zonas marítimas y el espacio aéreo del estrecho de Taiwán; concretamente, frente a las costas septentrional, meridional y oriental de la isla. Shi añadió que estas operaciones “son necesarias para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial de China”. La cadena de televisión estatal CCTV adelanta que las pruebas “estarán centradas en comprobar la coordinación de los sistemas de combate para tomar el control marítimo, aéreo y de información” y que se organizarán “patrullas simultáneas alrededor de la isla para crear una situación de disuasión general”. Estos simulacros se suman a las maniobras con fuego real anunciadas por las autoridades marítimas de Fujián, previstas para los días 8, 10, 11, 13, 17 y 20 de este mes.
Los entrenamientos bélicos han comenzado un día después de que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, regresase a la isla tras haber visitado Nueva York y Los Ángeles a la ida y la vuelta de un viaje a Centroamérica. Pese a las reiteradas amenazas de Pekín, la mandataria se reunió el miércoles en California con Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes estadounidense y número tres en la jerarquía de ese país. China considera la isla autogobernada una parte inalienable de su territorio, cuya unificación es un “deber inviolable de todo el pueblo chino” y para la que no descarta el uso de la fuerza. Cuando en agosto la predecesora de McCarthy en el puesto, Nancy Pelosi, visitó Taiwán, el gigante asiático respondió con unas maniobras militares de una intensidad inédita en el Estrecho.
El diario nacionalista Global Times cita al experto militar y comentarista chino Song Zhongping, quien asegura que en los nuevos simulacros se probará a “rodear la isla desde las cuatro direcciones, con el objetivo de bloquearla y aislarla de manera efectiva, para evitar tanto el acceso de fuerzas de interferencia extranjeras como la salida de las fuerzas armadas taiwanesas”. “[En caso de conflicto], tal bloqueo podría enviar una firme advertencia a las fuerzas secesionistas de la isla, instándolas a deponer las armas y resolver la cuestión de manera pacífica”, agrega Song.
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El Ministerio de Defensa taiwanés había informado en los últimos días que el número de buques y aeronaves militares chinas había aumentado alrededor de su territorio, pero que no se habían detectado movimientos inusuales. La mañana de este sábado, las autoridades militares han asegurado estar supervisando la situación y manteniendo un “alto grado de vigilancia”. “Nuestro ejército responderá con calma, racionalidad y seriedad, de acuerdo con el principio de no escalar conflictos ni desencadenar disputas”, declaran en un comunicado.
A pesar de que China ha insistido la última semana en que no tolera “ningún tipo de contacto” entre las autoridades de Taipéi y Washington, Tsai tiene previsto reunirse a lo largo de este sábado con una delegación de legisladores estadounidenses que se encuentran de visita en Taiwán. El objetivo es “enviar al Partido Comunista de China una señal del apoyo de su país a la isla”. La comitiva está liderada por Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos. Según recoge la agencia de noticias taiwanesa CNA, el congresista republicano declaró el viernes que “es absolutamente necesario acelerar la entrega de armas a Taiwán”.
“El pueblo de Taiwán ama la democracia y la paz”, ha declarado este sábado la presidenta Tsai, añadiendo que espera la cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos. Tsai hizo estos comentarios al inicio de un almuerzo con la delegación de legisladores estadounidense encabezada por Michael McCaul, según informa Reuters.
La agencia china de noticias Xinhua publica este sábado un editorial en el que condena que Estados Unidos califique como “visita de tránsito” y “privada” la parada que Tsai Ing-wen hizo en el país durante su viaje a Guatemala y Belice. Estos países son dos de los 13 Estados que reconocen a la isla como una nación soberana y, por tanto, no mantienen vínculos diplomáticos con Pekín. “Allí, Tsai se reunió con funcionarios del Gobierno estadounidense y congresistas, incluido Kevin McCarthy, pregonó la ‘independencia de Taiwán’ a cada oportunidad que tuvo y buscó ‘apoyo internacional”, critica el texto. “Es un acto de provocación por parte de las autoridades estadounidenses y taiwanesas”, escribe la agencia. “Un intento de promover la interacción oficial y las relaciones sustanciales” que “viola descaradamente el compromiso que el presidente Joe Biden manifestó a Xi Jinping el pasado noviembre en Bali [en el marco de la cumbre del G-20]” y “vulnera seriamente el principio de Una Sola China”.
“La cuestión de Taiwán se encuentra en el centro de los intereses fundamentales de China y es la primera línea roja que no debe cruzarse en las relaciones sinoestadounidenses”, zanja el artículo publicado en la agencia estatal. Desde que en 1979 Washington rompió relaciones oficiales con Taipéi para establecerlas con Pekín, los lazos bilaterales de las dos principales potencias económicas mundiales se basan en el principio de Una Sola China, que implica precisamente eso: China no hay más que una y esta incluye Taiwán, adonde huyeron los líderes nacionalistas derrotados por el ejército comunista en la guerra civil en 1949. Desde la década de los setenta hasta la actualidad, 182 países han reconocido a Pekín como el Gobierno legítimo de China, en detrimento de Taipéi, aunque con la isla mantienen vínculos económicos y comerciales.
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