Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos, ha sido víctima del espionaje del Ejército a través del programa espía israelí Pegasus. Una investigación del diario estadounidense The New York Times revela que el teléfono celular del funcionario fue hackeado por órdenes de los militares, que tuvieron acceso a toda su información digital, incluidas conversaciones de WhatsApp, imágenes, audios y correos electrónicos. El periódico, que cita a cuatro fuentes que han conocido el espionaje, asegura que un análisis forense independiente confirmó el hackeo.
El reportaje revela que el espionaje contra Encinas se ha realizado mientras el funcionario llevaba acabo investigaciones sobre supuestas violaciones a los derechos humanos y abusos cometidos por las fuerzas armadas. A pesar de la estrecha amistad que Encinas tiene con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el funcionario es la principal voz crítica del Ejército dentro del Gobierno. Encinas ha señalado a los militares de estar involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y también los ha acusado de cometer “ejecuciones” contra civiles desarmados y otros abusos. “La licencia de Pegasus está permitida solo a agencias del Gobierno, y aunque no hay pruebas definitivas sobre cuál es la que realizó el hackeo al celular de Encinas, el Ejército es la única entidad en México que tiene acceso al programa espía, según cinco personas con conocimiento de los contratos. De hecho, el ejército mexicano ha infectado más celulares con esa tecnología que cualquier otra instancia gubernamental en el mundo”, describe el Times.
Las fuerzas armadas de México han estado en el centro de las críticas por el uso que han hecho del programa espía israelí contra voces críticas. Una investigación de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) reveló en octubre pasado que el Ejército compró el software Pegasus en 2019 para espiar a activistas y periodistas bajo la Administración de López Obrador. Según las averiguaciones de R3D, al menos un activista y dos periodistas han encontrado en sus teléfonos evidencia del rastreo a su información personal. Además, en abril, otra investigación de Citizen Lab, R3D, Social TIC y Artículo 19 hizo público que una dependencia del Estado mexicano infectó los teléfonos de dos de los abogados de las familias de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. También han sido espiados el candidato a consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Netsaí Sandoval; el activista Raymundo Ramos, quien fue espiado para interferir en una investigación sobre ejecuciones extrajudiciales; y al menos cuatro trabajadores de la Defensoría Pública de México, el órgano que otorga un abogado de oficio a quien lo necesite.
El presidente López Obrador ha salido en defensa del Ejército y ha dicho que los militares no hacen espionaje con Pegasus a periodistas y activistas. El mandatario es un férreo defensor de las fuerzas armadas, a las que le ha entregado la ejecución y administración de importantes proyectos de infraestructura, cuya construcción, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, suman miles de millones de pesos. López Obrador admitió en marzo que el Ejército ha usado el sistema de espionaje Pegasus “para hacer investigación, no espionaje” y afirmó que en ello hay ilegalidad. “Es importante que el Instituto de Inteligencia haga una investigación para no usar la fuerza”, dijo el presidente.
Debido a las denuncias de un mal uso de Pegasus por parte del Ejército, el Instituto de Transparencia ha obligado a las fuerzas armadas a publicar los contratos por el ‘sotfware’ espía. El organismo ha ordenado a la Sedena a que entregue toda la información sobre el uso del ‘malware’ durante el sexenio de López Obrador. El reportaje de The New York Times sobre el espionaje a Encinas revela que la NSO, la empresa israelí que ha desarrollado el software, investiga si el uso de Pegasus en México violó las normas del Ministerio de Defensa israelí, que otorga licencias de venta de programa espía a agencias gubernamentales, bajo la condición de que la herramienta sea usada para combatir la delincuencia grave y el terrorismo. “Si NSO confirma que Encinas y los demás fueron atacados sin motivo legítimo, la empresa podría cancelar de inmediato el acceso del ejército mexicano a Pegasus”, advierte el Times. Hasta ahora ni Encinas ni el Ejército se han pronunciado sobre la investigación del diario estadounidense.
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