Antes de comenzar su conferencia de prensa, Ken Salazar hizo una pausa y señaló el cielo, mientras se escuchaba el estruendo de un avión sobre la residencia oficial del embajador de Estados Unidos en México. “Por aquí pasaron el presidente Joe Biden y su esposa, la doctora Jill Biden”, dijo el representante diplomático. El embajador dedicó media hora para resaltar los principales acuerdos y el espíritu de cooperación apenas unas horas después de la clausura de la Cumbre de Líderes de América del Norte. “Fue una cumbre muy buena, aunque hay mucho trabajo por delante”, aseguró. Salazar evitó dar pronunciamientos contundentes sobre la captura de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, la semana pasada y las disputas con sus socios mexicanos por la Reforma Energética del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sí habló, en cambio, sobre migración. “Es un problema difícil”, reconoció el político estadounidense. “Nunca en la historia se había visto este flujo de personas”.
La rueda de prensa se convocó este miércoles con la expectativa de que Salazar diera más información y concreción sobre los acuerdos alcanzados tras el encuentro entre Biden, López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. El anuncio más concreto sobre la crisis migratoria se produjo, de hecho, la semana pasada, con el plan de la Casa Blanca de recibir hasta 30.000 inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que tuvieran un patrocinador y solicitaran su entrada con anterioridad. México se hará cargo de recibir a quien no cumplan con los requisitos, la inmensa mayoría.
Miles y miles de personas deportadas esperan en la frontera, una de las zonas más peligrosas y arrasadas por la violencia en el país latinoamericano. El año pasado cerró con más de dos millones de detenciones de migrantes, según datos oficiales. El embajador admitió que el corredor migratorio es “doloroso”, pero no dio a conocer nuevos detalles sobre cómo funcionará el nuevo plan de gestión fronteriza. Mientras las organizaciones civiles denuncian desde hace meses una crisis humanitaria, la confianza de las autoridades de ambos países es que esta estrategia reducirá los flujos masivos de personas hacia el norte.
El plan está basado en la promesa de recibir refugiados de la invasión a Ucrania. Washington se comprometió casi al inicio de la guerra que habría miles de plazas para los ucranios, pero no explicó en un primer momento cómo iba a recibirlos y como consecuencia, miles de europeos llegaron por oleadas a ciudades fronterizas como Tijuana. Tras pocos días de incertidumbre, los ucranios fueron admitidos de forma exprés, provocando recelo entre migrantes de otras nacionalidades, que han esperado durante meses.
“Estamos haciendo todo lo que es posible”, dijo Salazar sobre la política migratoria de Biden. “La mayoría son buena gente”, comentó sobre los migrantes. En el mensaje de clausura de la cumbre, López Obrador pidió a su homólogo estadounidense que redoblara los esfuerzos para regularizar la estadía de millones de mexicanos sin papeles en EE UU. El embajador se hizo eco de esa petición y señaló que “el Congreso de Estados Unidos tiene que hacer su trabajo” y exigió al Legislativo que “ya es tiempo de que ayuden” en ese tema.
Bajo el paraguas del TMEC, Las disputas comerciales entre ambos países tuvieron que sacarse del programa oficial de la cumbre de los Three Amigos. “Es un proceso que sigue”, dijo Salazar y refirió que hay un marco legal para resolver las controversias. El embajador afirmó que hay entusiasmo en varios estados por invertir en fuentes renovables, “las energías del futuro”, e insistió en que “lo más importante” es el plan de Biden para la mitigación del cambio climático. “Las inquietudes que hay ahí se seguirán trabajando”, agregó. En líneas generales, retiró su confianza de que Norteamérica pueda convertirse en una “potencia económica”.
Sobre la detención de Guzmán dijo explícitamente que no iba a dar mayores comentarios, salvo que pedirá a México que haya “más extradiciones”. Además del hijo de El Chapo, la semana pasada fue detenido Rodolfo Villarreal El Gato, operador del Cartel de los Beltrán Leyva y uno de los 10 fugitivos más buscados por el FBI. Las prioridades de la Casa Blanca son el tráfico de fentanilo y personas a manos de los carteles, resumió.
“Sin seguridad no hay prosperidad, en eso estamos de acuerdo”, dijo Salazar sobre el combate al fentanilo, una de las prioridades de Biden para la cumbre. “Es un problema enorme en Estados Unidos y México”, aseguró. El embajador descartó que la ausencia de Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República, en las pláticas bilaterales mande el mensaje de que a México no le importa la guerra contra las drogas. Merrick Garland, homólogo estadounidense de Gertz Manero, viajó en la comitiva de la cumbre, pese a que su contraparte no se presentó.
“Es el momento de una transformación en América del Norte”, dijo con aire entusiasta. Al final de la conferencia, el embajador agradeció la cobertura de los medios sobre la cumbre, se acomodó su sombrero vaquero y se despidió de los reporteros. López Obrador y Trudeau cierran una agotadora jornada diplomática este miércoles, antes de que el primer ministro de Canadá vuele de regreso esta tarde.
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