El equipo Movistar de ciclismo acelera hacia el futuro | Deportes

Jaimerena le pasa un bidón al corredor Albert Torres en la pasada Vuelta a Suiza.
Jaimerena le pasa un bidón al corredor Albert Torres en la pasada Vuelta a Suiza.Sabine Zwicky / SprintCyclingAgency (SprintCyclingAgency©2022)

Bajo el mando de Eusebio Unzue, inmutable al frente desde casi los inicios del equipo, años 80 del pasado siglo, y compartía la dirección con José Miguel Echávarri, el staff técnico del Movistar ha vivido este otoño una renovación que a los viejos aficionados les sorprende, dada la tradicional ausencia de noticias en ese ámbito de un conjunto en el que la ley son la prudencia y la paciencia. Una nueva virtud de estos tiempos, la de la prisa y la aceleración hacia un futuro que parece que siempre se escapa entre los dedos, y hasta los jóvenes de la generación Z empiezan a sentirse viejos, las ha sustituido a ambas, y a las raíces, y nuevas palabras fetiche llenan los discursos.

Ocho directores, con mayor o menor peso, manejarán en la carretera el único equipo español en el WorldTour masculino y femenino, la Champions del ciclismo, a partir de la próxima temporada. Seis continúan, con más o menos las mismas atribuciones: Unzue, Txente García Acosta, Max Sciandri, Pablo Lastras, Jorge Sanz e Iván Velasco. Uno regresa, Yvon Ledanois, tras abandonar el Arkea. El octavo es un fichaje, Xabier Muriel, procedente del Caja Rural. Uno desaparece de las listas, José Luis Jaimerena, uno de los históricos de los tiempos del Banesto, de Perico e Indurain, que se jubila prematuramente, a los 62 años.

“Y probablemente cojamos a algunos directores más”, dice Unzue [al día siguiente de esta conversación el equipo anunció, justamente, que el exciclista belga Jürgen Roelandts, de 37 años, que estuvo dos temporadas como corredor en el equipo, sería el noveno director], apremiado por la cantidad de carreras que exige la permanencia en el WorldTour, con, a veces, tres competiciones simultáneas, y la necesidad de planes de entrenamiento y nutrición cada vez más individualizados, y la revolución tecnológica y de materiales. “Patxi Vila apenas tocará el volante para centrarse más en la dirección del rendimiento y del grupo de entrenadores”. A este se suma este año Muriel, guipuzcoano de Zaldibia, de 41 años, quien no solo tiene el título y la experiencia de director de la Unión Ciclista Internacional (UCI), sino también el de Ciencias de la Actividad Física y el Máster de Alto Rendimiento del COE.

Es el nuevo modelo profesional del ciclismo, el de especialistas, ingenieros, investigadores y expertos en tecnología, biomecánica, big data y todo tipo de ciencias, según el modelo impuesto desde el Reino Unido por el Ineos y desde el continente por el Jumbo.

La primera señal del cambio llegó con el despido, hace un año, de José Luis Arrieta, el primer director toda una década. Y justamente hace una semana el técnico navarro y Abarca, la empresa de Unzue que gestiona el equipo, llegaron a un acuerdo que evitó el paso por el juzgado de lo social. “Después de un año muy duro, por fin puedo pasar página”, dice Arrieta, de 51 años, quien había supeditado cualquier intento de regresar al pelotón a una resolución del conflicto que le hiciera sentir que justicia y reparación habían sido hechas. “El equipo acepta que fue un despido improcedente y eso es muy importante. Ya decidiré con tiempo si vuelvo al coche como director en otro conjunto”.

Jaimerena se jubila y de la agenda telefónica desaparece el número tres, el de uno de los fundadores prácticamente. Los periodistas lo tenían fácil con los móviles de los directores. Todos compartían las ocho primeras cifras y solo cambiaba la última en orden de antigüedad. El móvil acabado en uno era el José Miguel Echávarri; el dos, Unzue; el tres, Jaimerena; el cuatro, Arrieta; el cinco, el médico Jesús Hoyos, fallecido hace año y medio… Del núcleo duro histórico solo queda Unzue, aunque tenga regusto del pasado el regreso, 10 años después de su marcha, de Ledanois, el exciclista francés que llegó por primera vez al equipo en 2006, con el patrocinio de Caisse d´Épargne bajo el brazo para sustituir a la aventura de Illes Balears.

“El tiempo pasa y cambian las cosas, llega la renovación”, dice Jaimerena, de Elizondo, en el Baztan, donde caza la paloma y pasea, quien entró en 1983 como ciclista en el Reynolds, la primera encarnación del actual Movistar. Dos años después, a los 24, comenzó su trabajo como director, al frente del equipo aficionado, primero, por el que pasaron ciclistas como Igor Galdeano, José Luis Rubiera, Arrieta, Carlos Sastre, Paco Mancebo, Alejandro Valverde, Pablo Lastras…, y luego con los grandes, que ya se llamaban Banesto. “Dirigí a algunos de los directores de ahora cuando daban sus primeras pedaladas. Y en 1996 ya pasé al primer equipo. Hasta ahora. Hay que dejar paso a los jóvenes”.

El papel de Valverde

Se va Alejandro Valverde, 42 años, 18 de ellos en el equipo y llegan Fernando Gaviria, Iván Romeo y Rubén Guerreiro. La aceleración hacia el futuro en el equipo de corredores marcha más pausada que entre el staff, y deja a Valverde, que se integra en la dirección en un papel aún no definido, sobrevolando el panorama. “Valverde hará lo que quiera”, dice Unzue. “Será él quien decida cómo transmitir su experiencia a todos, corredores y directores”.

Valverde, que siempre ha sido un poco el pegamento, la cohesión del equipo, el ganador que libraba de responsabilidad a los compañeros, será el hombre que casi siempre estará ahí, unos días en cada carrera, confesor de algunos, consejero de todos, sobrevolando el panorama y prestando su imagen.

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