El fenómeno del Conejo Malo ha llegado a Ciudad de México. Después de revolucionar Monterrey, Bad Bunny ha aterrizado este viernes en la capital para sus dos conciertos con sold out en el Estadio Azteca, donde caben más de 80.000 personas. El equipo del cantante, que se ha erigido por tercer año consecutivo en el artista más escuchado, ha colgado esta mañana un video de él entrando por el control de seguridad del aeropuerto. Mientras, cientos de seguidores están acampados desde el miércoles por la noche en las inmediaciones del estadio. Las entradas, que se agotaron en horas en la primera tanda, están alcanzando precios insuperables en la reventa: hasta los 4.500 dólares.
La World’s Hottest Tour, que sería algo así como la gira más caliente del planeta, termina este fin de semana en Ciudad de México después de arrasar en Estados Unidos y Latinoamérica. El artista presenta principalmente su último disco, Un verano sin ti, pero según el listado de canciones de otros conciertos no van a faltar algunos de los grandes éxitos que dispararon su carrera, como Safaera o Te Boté, consideradas por la revista Rolling Stone como dos de las 10 mejores canciones de reguetón de la historia.
Bad Bunny todavía no ha anunciado qué colaboraciones va a subir al escenario en Ciudad de México —en Monterrey fueron los regueyoneros Ivy Queen y Arcángel—, pero sí ha confirmado que el dj mexicano Uzielito Mix va a ser el telonero del show.
Hace exactamente 10 meses que salieron a la venta las entradas para las dos fechas de la capital, el 9 y el 10 de diciembre. Las plataformas colapsaron, las listas de espera virtuales eran kilómetricas, con unos precios de salida que duplicaban el salario mínimo mensual de México, y miles de personas se quedaron sin boleto. El caldo de cultivo perfecto para las irregularidades en la reventa, por los conciertos de Nuevo León, por ejemplo, se han presentado 18 denuncias en la Fiscalía por fraude, y para los problemas con la criticada Ticketmaster, que estos últimos días sacó más entradas disponibles “con visibilidad limitada”, es decir, algunas prácticamente detrás del escenario.
Con los conciertos en la capital mexicana, Benito Antonio Martínez Ocasio pone fin a dos años de locura en los que ha sacado cuatro discos: YHLQMDLG, siglas de yo hago lo que me da la gana, que le catapultó a la cima de la música latina, Las Que No Iban a Salir, El Último Tour del Mundo y Un Verano Sin ti.
Desde el 2020, el artista se ha llenado el armario de premios, lo tiene todo: Grammy, Billboard, MTV. Además de haber protagonizado este año la gira latina más taquillera de la historia en Estados Unidos. Billboard Boxscore calculó que Bad Bunny se embolsó unos 11 millones de dólares por espectáculo en EE UU: solo en septiembre se llevó más de 120 millones de dólares. Con todo esto, en agosto al recoger el premio MTV VMA a mejor artista del año, que se otorgaba por primera vez a alguien de habla no inglesa, el artista se reivindicaba: “Lo llevo diciendo y siempre creí desde el principio que podía llegar a ser grande, que podía llegar a ser una de las estrellas más grandes del mundo sin tener que cambiar mi cultura, mi lengua, mi idioma, mi jerga. Yo soy Benito Antonio Martínez, de Puerto Rico para el mundo entero”.
El artista ha revelado que se va a dar un descanso en 2023. “El 2023 es para mí, para mi salud física, mi salud emocional para respirar, disfrutar mis logros. Vamos a celebrar. Vamos para acá, vamos para allá, vamos en el barco. Tengo un par de compromisos esporádicos y voy al estudio, pero no hay presión”, ha dicho a la revista Billboard. Pero antes, le queda triunfar en México.
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