El polaco Robert Czik había escondido sus ojos de color marrón tras unas gafas de sol. Con una gorra y un abrigo trataba de pasar desapercibido entre la multitud de la cafetería El Kiosko, en el espacio comercial Centro Plaza de Marbella (Málaga, 150.725 habitantes), junto a la plaza de toros y a un paso del lujo de Puerto Banús. Era su lugar favorito, al que acudía casi cada mañana. También fue su mayor error. El jueves pasado, sobre las 11.30 de la mañana, un grupo de agentes policiales, en un gesto rápido, le quitaron el móvil de las manos, inmovilizaron y procedieron a su detención sin que apenas tuviera tiempo de reaccionar. Hasta entonces tenía una orden de busca y captura de la Audiencia Nacional y formaba parte del listado European Most Wanted Fugitives 2022, que incluye a los huidos de la justicia más destacados de cada país. Él era uno de los tres más buscados en Polonia. Llevaba 6.000 euros en metálico un fajo de billetes de 10 y 20 euros en la riñonera. Y en la cartera una identificación falsa. Ya está en prisión a la espera de ser extraditado. Hasta su detención, el fugitivo pasaba totalmente desapercibido en la zona comercial marbellí, donde periódicamente, imbuido en ropa oscura y con la cara poco expuesta, degustaba un café con una pieza de bollería. Pero en sus recién cumplidos 44 años —los celebró el pasado 20 de febrero— Czik acumula un largo historial delictivo.
Según las autoridades de su país, era responsable, supuestamente, de organizar y dirigir un grupo delictivo dedicado a cometer infracciones fiscales y penales para blanquear grandes sumas de dinero. Emitía facturas de IVA para engañar a las autoridades del fisco, creaba documentación contable falsa y su grupo delictivo obtuvo una “fuente constante de ingresos” a gran escala, según Europol. Está considerado como uno de los delincuentes de cuello blanco más importante de Polonia y se le imputan numerosos delitos: contra el orden público, falsedad documental, blanqueo de capitales, delito fiscal y pertenencia a organización criminal.
Nacido en la ciudad de Rzeszów (casi 200.000 habitantes), al sureste de su país, se escondió en España. En mayo de 2021 ya fue detenido en un control rutinario en Marbella. El juez lo dejó en libertad con cargos y se acordó una fecha de entrega a su país. Czik no apareció, volvió a fugarse. Entonces la Audiencia Nacional lanzó una orden de busca y captura, razón por la que ahora se le ha detenido. En Polonia, sin embargo, lo buscaban desde hace más tiempo. Para sus autoridades era tan importante que decidieron incluirlo entre los criminales más buscados de Europa en 2022 e hicieron pública una ficha con su foto y algunas de sus características: 185 centímetros de altura, ojos marrones y “rastros de tatuajes en la cara”.
En octubre del pasado año la policía polaca se puso en contacto con la española. Estaban convencidos de que seguía escondido en España. No fue fácil dar con él puesto que tenía una gran movilidad geográfica y se desplazaba entre provincias con rapidez. Las dos localizaciones donde más se le siguió la pista eran Alicante y Málaga, justo los destinos favoritos por los huidos de la justicia porque encuentran ahí anonimato entre grandes urbanizaciones y comunidades de foráneos.
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Según fuentes policiales, mantenía siempre fuertes medidas de seguridad y mantenía una actitud de “vigilancia extrema” observando en todo momento lo que ocurría a su alrededor. “No dejaba pistas, no cometía errores, se cuidaba bastante”, señala uno de los agentes que ha participado en la investigación durante seis meses. Hasta que las numerosas horas de calle del grupo que le ha perseguido surtieron efecto y alguien dio la información clave: su lugar habitual de desayuno.
El pasado jueves 2 de marzo, durante un dispositivo de seguimiento y vigilancia, Czik fue localizado, precisamente, tomando un café con tranquilidad en El Kiosco, donde solía acudir numerosas mañanas. Es un lugar ubicado a las afueras del espacio comercial Centro Plaza, junto a una glorieta y la plaza de toros de Marbella, a escasos metros de Puerto Banús. Se había escondido tras unas gafas de sol, una gorra y un abrigo, todo de colores oscuros. No le salvó de la detención, a la que procedieron varios agentes de Policía Nacional.
Durante el registro de sus pertenencias se hallaron más de 6.000 euros en metálico y un documento polaco falsificado con el que conseguía hacerse pasar por otra persona. La investigación ha sido desarrollada por la sección de Fugitivos de la Policía Nacional de Madrid y la de Málaga con el apoyo del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) Costa del Sol. Ya se encuentra en prisión y se espera que sea extraditado en los próximos diez días.