El Girona remonta ante un Sevilla catastrófico | Deportes

El Girona supo aprovechar muy bien el terrible declive del Sevilla. Desde el primer minuto hasta el último, el conjunto andaluz fue un flan, un equipo derretido que se empeña en jugar de una forma que lo lastra, obstinado en sacar el balón desde atrás sin la calidad para ello, con la confianza por los suelos y un entrenador, Jorge Sampaoli, que no da con ninguna tecla para rehabilitar a los suyos. El conjunto andaluz se empeñó en facilitar el camino a un Girona que jamás perdió la fe y que se sobrepuso a sus dudas en defensa. Realmente, el fútbol se había mostrado injusto con el conjunto catalán, que fue superior al Sevilla a lo largo de todo el choque. Son muchos los problemas que afectan al cuadro hispalense, instalado en la zona baja de la clasificación, pero todavía no había llegado a regalar un partido de una forma tan lacerante. El error de Nianzou en el minuto 87 no se puede entender. Facilitó un robo de Valery y una deliciosa definición de Herrera. Un tanto que dispara al Girona hasta los 21 puntos y que deja al Sevilla, pura ruina, en una situación muy delicada. Por el momento, el camino de un equipo que ha disputado la Champions apunta a la Segunda División. El Girona, que hizo hasta 19 remates, le dio una buena lección.

Girona

2

Gazzaniga, Miguel Gutierrez , Santi Bueno, Arnau Martinez, David López (Bernardo, min. 63), Oriol Romeu, Aleix García , Toni Villa (Yan Couto, min. 61), Rodrigo Riquelme (Valery Fernández, min. 81), Stuani (Ramón Terrats, min. 91) y Iván Martín (Yangel Herrera, min. 61)

1

Sevilla

Bono, Nianzou Tanguy Kouassi, Jesús Navas (Suso, min. 79), Fernando (Lamela, min. 66), Loic Bade (Montiel, min. 66), Marcos Acuña, Rakitic, Gudelj, Joan Jordán, Rafa Mir y Óliver Torres (En-Nesyri, min. 89)

Goles 0-1 min. 13: Nianzou Tanguy Kouassi. 1-1 min. 46: Stuani. 2-1 min. 88: Yangel Herrera.

Árbitro Valentín Pizarro Gómez

Tarjetas amarillas David López (min. 36), Marcos Acuña (min. 44), Toni Villa (min. 45) y Arnau Martinez (min. 67)

El fútbol es un deporte con una regla básica: solo vale marcar. El gol es la suerte suprema y no hay nada más. El Sevilla jugó un primer cuarto de hora horroroso, cediendo la iniciativa y el balón a un buen Girona. A los 15 minutos, la estadística afirmaba que los catalanes habían realizado siete remates, cuatro de ellos a puerta. El Sevilla, con un solo disparo entre los palos, ganaba. Así de cruel es este juego y así sobrevivió un equipo andaluz que busca salir del abismo como sea. En su delicada resurrección, resulta que Sampaoli no se corta en hacer debutar a Baldé, fichaje invernal, en una defensa de tres centrales comandada por Fernando. Tampoco se explica muy bien en clave andaluza por qué Nianzou, uno de los centrales, ataca mejor que defiende. El zaguero francés regaló dos balones de gol a los delanteros del Girona. Mientras Stuani e Iván Martín fallaron dos goles cantados, Nianzou emergió después de una falta bien lanzada por Rakitic para hacer el 0-1. Su salto fue realmente majestuoso.

El Sevilla vivió de ese gol ante un Girona que tocó mejor el balón y que llegaba de forma constante al área rival. Un buen propósito comandado por Riquelme que se estrellaba, una y otra vez, con una puntería nefasta. Sampaoli no sabía qué hacer con su equipo, incapaz de tener el balón, con una tendencia continua a culminar de manera defectuosa sus contados contragolpes. La victoria del Sevilla era un espejismo, que nadie podía entender.

Stuani, siempre atento, hizo el empate nada más iniciarse un segundo tiempo que mostró a dos equipos con graves carencias defensivas y mucho riesgo en la salida del balón. El Girona, sin embargo, siempre fue un poco mejor, con las ideas más claras y una profundidad de la que el Sevilla carecía. El gol de Stuani le había dado mucha confianza. En los andaluces solo respondía Acuña. El resto fue un desorden absoluto, con Sampaoli empeorando al grupo con cambios poco comprensibles, como el de Suso por Jesús Navas. Herrera y Stuani estuvieron ya cerca de hacer el 2-1, mientras que el Sevilla se mostraba incapaz de golpear a un rival que, a veces, mostraba una debilidad en defensa propia de su excesivo riesgo a la hora de sacar el balón. El destino estaba firmado a favor del Girona. En el minuto 87, Nianzou (16 millones pagados al Bayern) cometió un error absurdo. Herrera marcó de una preciosa vaselina para que el Sevilla, un alma en pena, recibiera una dura bofetada. En plena guerra por el poder y descompuesto en el terreno de juego, el futuro no pinta bien para el equipo andaluz. No es problema del Girona, que respiró, y bien, con un magnífico triunfo para sus intereses.

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