Un solo voto ha salvado a Podemos de un nuevo revés en el Senado a una de sus leyes estrella en la semana del 8-M. El Gobierno ha evitado en una votación de infarto el rechazo de la Cámara alta —formalmente conocido como veto— a la ley de bienestar animal. Para su éxito era necesaria la mayoría absoluta (133 votos), pero el veto presentado por el PNV a una legislación que considera que invade competencias autonómicas ha obtenido 132 apoyos del PP, Junts, Vox y varios senadores de partidos regionalistas y progresistas minoritarios frente a 128 de los socialistas, ERC, EH Bildu y Agrupación Socialista Gomera, además de tres abstenciones. La bancada del PP, ubicada justo detrás de donde se sienta la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha llegado a celebrar durante medio minuto el resultado entre gritos y aplausos, hasta que el presidente de la cámara, Ander Gil, ha puesto fin a la euforia al recordar que era necesario un voto más. Otro veto, en este caso del PP, también ha logrado 132 votos a favor frente a 131 en contra y dos abstenciones. La ley se aprobará en el Congreso en las próximas semanas tras la incorporación de varias enmiendas.
El socio minoritario del Ejecutivo ha esquivado por la mínima un desaire que habría supuesto un durísimo golpe político para La Moncloa, pero sobre todo para Podemos cuando no habían pasado 24 horas de su derrota frente al PSOE en la toma en consideración de la reforma de la ley del solo sí es sí. El malestar de muchos aliados habituales del Gobierno con la tramitación urgente y el contenido de la norma ha dejado en varias ocasiones a los socialistas en minoría en una cámara sin senadores de Podemos. La consecuencia ha sido la aprobación de varias enmiendas, aparte de las que PSOE y Unidas Podemos habían acordado para mejoras técnicas. La afirmación de Belarra de que quien votase en contra de la ley se pondría “del lado de los maltratadores” soliviantó antes de la votación los ánimos no solo de la derecha, sino también de partidos como el PNV, Compromís, los regionalistas cántabros y de Teruel Existe y Más Madrid. La portavoz de los nacionalistas vascos, Nerea Ahedo, se acercó visiblemente molesta hasta el asiento azul de la ministra en cuanto finalizó su intervención. El PSOE, como ya sucedió en el Congreso, no aplaudió a Belarra.
De haber prosperado, el veto habría tenido un enorme simbolismo: el último que se aprobó se remonta al 13 de diciembre de 2010 y se presentó contra los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio siguiente, el último de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente. Trece años después, la ley del ministerio que dirige la secretaria general de Podemos estuvo a punto de poner ese contador a cero. A efectos prácticos, el triunfo del veto habría supuesto que el proyecto de ley regresara al Congreso tal y como llegó desde allí. El Gobierno ya sufrió para su aprobación a principios de febrero, por 174 votos a favor, 167 en contra y 7 abstenciones. Si el veto del PNV hubiese recibido un voto más, el Parlamento habría tenido que resolver su aprobación definitiva por mayoría absoluta en un plazo de dos meses o por una mayoría simple una vez transcurrido dicho plazo. La primera opción era anatema en Ferraz, ya que habría acercado su debate a las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, algo a lo que el PSOE no estaba dispuesto. Las fuentes socialistas consultadas sostienen que el principal partido del Gobierno habría postergado al menos hasta junio el debate de una cuestión tan sensible, en la que el PSOE ya se enfrentó a Podemos para eximir de la ley a los perros de caza y otros canes empleados en tareas como el cuidado del ganado, labores de rescate o por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Las cinco horas de debate dejaron un carrusel de amonestaciones de todo el arco parlamentario. Las más de 6.000 alegaciones y 450 enmiendas presentadas resumen los recelos que la ley había levantado. “No tengo la más mínima duda de que todas las personas en esta Cámara abogamos por el bienestar animal, por su defensa y cuidado lo que no es sinónimo de apoyar esta ley. Son dos cosas muy diferentes”, remarcó la portavoz del PNV, partido que considera que la redacción de la ley de bienestar animal y de la reforma del Código Penal sobre maltrato animal -que también superó dos vetos de la derecha- “supone una flagrante invasión de competencias”. “La tramitación ha suscitado gran preocupación, según coincidimos la mayoría de partidos. Además, se ha tramitado por la vía de urgencia, que es algo que nadie entiende”, observó Adelina Escandell, de ERC. “Han vuelto a demostrarnos por qué no podemos fiarnos de ustedes. Hemos recibido una docena de llamadas del PSOE y de Unidas Podemos con reproches cruzados”, lamentó Pablo Gómez Perpinyà (Más Madrid). “Ley sí, pero no así. Se deja fuera a los animales mal llamados de trabajo, o a la tauromaquia… Esta ley no merece nuestro apoyo porque ni es de protección ni de bienestar para los animales”, afirmó Carles Mulet (Compromís).
“Les sobra soberbia”
Las críticas más crudas llegaron desde la derecha. “España no necesita más leyes que causen efectos indeseados y causen problemas en vez de generarlos, les sobra soberbia”, cargó Bienvenido de Arriba. Pero otro senador del PP, Jorge Domingo Martínez, fue el que ha ido más lejos con diferencia, llegando a acusar al Gobierno de “aprobar” y “habilitar la zoofilia” con la modificación del Código Penal. “Esta ley no despenaliza la zoofilia como quiere extender la ultraderecha, sino que endurece su persecución”, le replicó Belarra. La ministra también ha aclarado que nadie será multado si se encuentra una rata en su casa y la mata y que los hogares con mascotas como los hámsters no se tendrán que deshacer de ellos.
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Belarra llegó a definir la ley de bienestar animal como una de las normas leyes “que tienen más corazón de la legislatura” antes de pedir disculpas porque no se aplique a los perros de caza. “Reitero mis disculpas a las personas que cada día ven las consecuencias, al finalizar la temporada de caza, cuando muchos perros son abandonados, o por que haya cachorritos enterrados en cal viva”, ha manifestado vinculando una vez más al sector cinegético —hay unos 750.000 cazadores en España— con el maltrato animal. Tras superar por el margen mínimo el examen del Senado, se fue a una de las marchas de celebración por el Día de la Mujer.
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