El Gobierno de López Obrador se ha prometido conjurar a toda costa la palabra gasolinazo. Al cierre del año pasado, su Administración ha gastado 396.000 millones de pesos en subsidios a las gasolinas para impedir una escalada del costo ante un entorno de precios altos en los combustibles. El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, ha explicado que las cotizaciones elevadas del crudo y los aumentos en las recaudaciones en otros impuestos como el IVA o el ISR han contribuido a cubrir estos millonarios apoyos sin recurrir a más deuda o fuentes impositivas. “El margen operacional fue superior alrededor de 635.000 millones de pesos, lo que nos permitió absorber alrededor de 400.000 millones de pesos de estímulos para controlar y mantener el precio de la gasolina, anclando el precio y evitar impactos en la inflación, en las tasas de interés y en el poder adquisitivo de las personas”, declaró este lunes en conferencia de prensa.
Pese al margen de maniobra que pregona el funcionario, la decisión del Gobierno federal de renunciar a la recaudación de impuestos en gasolinas para evitar que se dispare su precio sigue mermando las finanzas públicas. En 2022, el Impuesto Especial de combustibles registró un déficit de 79.162 millones de pesos. Un boquete que provocó un desplome en el gravamen general del 72% el año pasado que pasó de 399.000 millones de pesos en 2021 a poco más de 117.000 millones de pesos en 2022.
Así, en 2022 los ingresos tributarios en México sumaron 3,8 billones de pesos, cifra que en términos reales supuso una caída del 1% respecto a 2021, de acuerdo con el reporte trimestral de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda (SHCP).
Los recursos obtenidos por el Impuesto Sobre la Renta (ISR) sumaron 2,2 billones de pesos, un aumento real anual de 11%. También fue resultado que la recaudación por el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) alcanzó unos 1,2 billones de pesos, apenas 0,8% en comparación a 2021.
De enero a diciembre de 2022, los ingresos totales del sector público sumaron 6,5 billones de pesos, ubicándose 422.000 millones de pesos por encima del programa. Respecto a 2021, estos aumentaron en 2,5% y ligaron dos años de crecimientos consecutivos. El gasto del sector público el año pasado rebasó los 7,5 billones de pesos, lo que supuso un alza del 4,1% en comparación a 2021. La deuda pública de México se situó en el 49,4% del Producto Interno Bruto.
Impulsados por los altos precios del petróleo, los ingresos petroleros el año pasado ascendieron a 1,4 billones de pesos, lo que supone un aumento real anual del 18,7%. Actualmente, el precio de la mezcla mexicana se cotiza en 70 dólares por barril y aunque es inferior a los precios de 2022, cuando llegó a más de 100 dólares, aún es una cotización alta y se prevé que el dinamismo asiático en los próximos meses mantengan los precios internacionales de los combustibles al alza.
Cuestionados sobre las recientes declaraciones del presidente López Obrador sobre las inyecciones adicionales que Hacienda otorgará a las finanzas para pagar la deuda de Pemex de deuda al primer trimestre Pemex, el subsecretario de Yorio respondió escuetamente que el respaldo a la petrolera estatal seguirá en línea con el apoyo que ha tenido por parte del Gobierno en los últimos cuatro años: “No hay una sola forma de apoyar a Pemex, usualmente hacemos una mezcla de herramientas tanto financieras como fiscales y esta es la Administración en la que más se le ha apoyado y lo seguiremos haciendo”, mencionó.
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