El Gobierno mexicano pone fin al programa ‘Quédate en México’ para los inmigrantes que quieren ingresar a EE UU

México ha anunciado el fin del programa Quédate en México, que retenía a migrantes en la parte mexicana de la frontera mientras duraba su proceso de solicitud de asilo en Estados Unidos. Las últimas cifras del polémico plan indican que más de 5.700 personas fueron incluidas en él durante la presidencia de Joe Biden, lejos de los 70.000 migrantes a los que afectó esta estrategia para frenar el tránsito de personas durante la presidencia de Donald Trump.

El programa ha suscitado las quejas de organizaciones humanitarias como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, por las condiciones de hacinamiento, insalubridad e inseguridad en las que se obligaba a vivir a los migrantes durante un proceso legal engorroso que puede durar meses o años. El 8 de agosto de 2022, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense informó de que a partir de esa fecha comenzaría el fin de la implementación de dicho programa, que legalmente se conoce como Protocolo de Protección al Migrante (MPP por sus siglas en inglés). Esa fue la segunda vez en la que el presidente, Joe Biden, suspendió el programa Quédate en México.

Al principio de su mandato, el dirigente estadounidense intentó eliminar la política, pero el Estado de Texas impugnó la decisión y consiguió que un juez reinstaurase el programa. Todo eso terminó en junio del año pasado, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos avaló la decisión de Biden y se procedió a la suspensión definitiva del protocolo. “Quienes actualmente se encuentran en el MPP, serán dados de baja del programa cuando regresen a su próxima cita con el tribunal en Estados Unidos”, ha señalado el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU. Después de ser dadas de baja, estas personas seguirán su proceso de asilo en ese país.

El comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México llega en un momento de profundo cambio en la política migratoria entre los dos países, que busca frenar el influjo terrestre de personas de toda Latinoamérica hacia el norte. El gobierno de Estados Unidos quiere que las únicas entradas a su país se den por avión y después de haber realizado una solicitud previa. Con ese objetivo, el gobierno de Biden llegó el 12 de octubre a un acuerdo con México. El nuevo plan busca “crear un proceso más ordenado y seguro para las personas que huyen de la crisis humanitaria y económica en Venezuela”, en el que serán destinadas 24.000 plazas para personas de esta nacionalidad que quieran trasladarse al país.

Al mismo tiempo, ha pactado con el país al sur de su frontera la devolución de todos aquellos que crucen de forma irregular. Ese mecanismo ya está en marcha, y ha provocado la expulsión de miles de venezolanos de vuelta a México, según las organizaciones humanitarias. En Ciudad de México, ese fenómeno es palpable en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), a donde son trasladados los migrantes de ciudades mexicanas fronterizas como Matamoros. Allí, la saturación de los servicios de atención a estas personas ha obligado a desplazarlos hacia el interior del país.

En una carta firmada por varias organizaciones humanitarias, entre ellas el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa y el Servicio Jesuita a Migrantes, se expresaba su preocupación por la expulsión de venezolanos y pidieron detallar con claridad el proceso a seguir. “Ofrecer apoyo a 24.000 personas cuando el mes pasado más de 25 mil venezolanos fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, no se puede llamar una solución para garantizar la protección y tampoco una migración segura, ordenada y regular, mucho menos humanitaria”, declaraba el comunicado. Entre octubre de 2021 y agosto de 2022, más de 150.000 venezolanos fueron apresados tras cruzar la frontera con Estados Unidos, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

El Gobierno de México asegura que durante el tiempo que ha durado este programa “ha venido verificando que se otorgue la atención humanitaria necesaria a las personas migrantes participantes en el programa”. Hasta que todas las personas que siguen en el mismo sean devueltas para seguir su proceso en Estados Unidos, México se compromete a garantizar la “adecuada estancia” de los migrantes.

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