El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha archivado provisionalmente el caso Kitchen para el comisario de la Policía Nacional Enrique García Castaño, El Gordo, para quien la Fiscalía Anticorrupción pedía 12 años y seis meses de prisión por su participación en el espionaje ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas. El magistrado toma esta decisión a petición de la defensa del agente, tras constatar los forenses judiciales que el ictus que García Castaño sufrió el 2 de mayo del año pasado le han provocado una “afectación cognitiva” que le ha despojado de “las facultades mentales precisas para tomar conciencia de su situación procesal y de una hipotética y futura actuación en el juicio oral”. La decisión cuenta con el respaldo de la Fiscalía. Previsiblemente, esta resolución se trasladará a las otras cinco piezas del caso Villarejo en las que el alto mando policial está imputado.
En el auto, fechado el pasado 11 de mayo y conocido este viernes, el magistrado detalla que el último informe forense, del pasado febrero, ha constatado que García Castaño sufre alteraciones de la memoria, dificultades para hablar y “déficits neurosensoriales”, así como una clara incapacidad para desplazarse y hacer cualquier tipo de tarea con las manos. “Todos los déficits que presenta, le hacen ser una persona no autónoma, dependiente para la realización de las actividades de la vida diaria”, recogía el informe médico. Este documento ya advertía de que, “a pesar de la rehabilitación (logopeda, fisioterapia, terapia ocupacional) y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde que sufriera el ACV [accidente cerebrovascular], la evolución de su enfermedad no experimentará grandes avances positivos”.
A la vista del dictamen forense, García Castellón ha concluido que de someter en estos momentos al comisario a un juicio oral “no sería posible afirmar que el proceso fuese justo en su contra, toda vez que su derecho de defensa se encontraría sensiblemente mermado”. El magistrado recalca que es evidente que el ictus “ha ocasionado unas secuelas que han perdurado en el tiempo” y que “la previsión del médico forense es que dicha dolencia no experimentará mejorías relevantes. Este pronóstico es determinante de la estimación de la petición formulada, puesto que nos encontramos con un sujeto que padece una serie de dolencias que no van a experimentar mejoría”, añade. Por ello, pide a la defensa del alto mando que presente el próximo junio nuevos informes médicos para así decidir si dicta el archivo definitivo. Previsiblemente, esta decisión se trasladará al resto de las causas en las que el policía está imputado.
El panorama judicial de García Castaño antes de sufrir el ictus era sombrío. Imputado, además de en el caso Kitchen, en otras cinco piezas del sumario del caso Villarejo, en la que se investigan las actividades supuestamente ilícitas del también comisario José Manuel Villarejo, estaba siendo juzgado por dos de ellas cuando tuvo el accidente cerebrovascular. Días después de sufrirlo, el tribunal suspendió la vista contra él al considerar que su estado de salud había quedado gravemente deteriorado. En esta pieza, la Fiscalía pedía para El Gordo 82 años y 10 meses de cárcel al considerar que ayudó a Villarejo con los bautizados como Proyecto Iron —el encargo de un despacho de abogados para espiar a un bufete rival— y Proyecto Land —la guerra familiar de los Cereceda, impulsores de la urbanización de lujo La Finca, en Pozuelo de Alarcón (Madrid)—.
Para Anticorrupción, García Castaño es una pieza clave del sumario, al considerar que desde su puesto de jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional, un grupo especializado en operaciones encubiertas y seguimientos, facilitaba a Villarejo información confidencial —como datos tributarios o tráfico de llamadas— a cambio de una gratificación y a “sabiendas de que sería vendida con fines privados”. García Castaño siempre negó que cobrase nada y que ayudara a Villarejo para estos fines.
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Sin embargo, el comisario sí admitió su participación en el espionaje a Bárcenas con el presunto objetivo de arrebatar al extesorero del PP documentos que supuestamente atesoraba sobre las finanzas del partido que eran comprometedores para sus dirigentes. Cuando estas pesquisas se encontraban bajo secreto, García Castaño comenzó a colaborar con la justicia y allanó la investigación para llegar hasta la cúpula del Ministerio del Interior que entonces encabezaba Jorge Fernández Díaz.
El Gordo, que ha declarado ocho veces durante la instrucción de esta causa, reveló que el ex secretario de Estado de Seguridad y número dos del ministro, Francisco Martínez, guardaba mensajes de móvil sobre Kitchen que incriminaban a Fernández Díaz y aportó información sobre el desvío de fondos reservados para pagar gastos del operativo parapolicial. La Fiscalía reconoció esta “colaboración tardía” en su escrito de acusación que presentó en febrero, al pedirle tres años menos de cárcel que a otros mandos policiales con idéntica implicación en el caso.
García Castaño también colaboró con la comisión parlamentaria de investigación sobre la policía patriótica, ante la que compareció en dos ocasiones. Ante los diputados, el comisario aseguró que, “por supuesto”, Fernández Díaz estaba al tanto del espionaje a Bárcenas. También mostró su convencimiento de que tanto el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como la que fuera secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, estaban informados de la Operación Kitchen. García Castaño figura en la lista de 20 comparecientes que la nueva comisión de investigación solo las cloacas del Estado aprobó el pasado miércoles, aunque los diputados son conscientes de que su salud hará imposible que acuda.