El debate sobre cuándo debe fortalecerse el afán negociador para parar una guerra está abierto, pero no llena las calles. Las marchas son a favor de Ucrania y en contra del Gobierno ruso. En el Gobierno de coalición de España, hay discrepancias abiertas ante la posición de la comunidad internacional y, aunque no asoma una crisis con consecuencias, el no a la guerra toma cuerpo. Los matices salvan de la ruptura.
“Ha sido un error que España haya contribuido a la escalada bélica que en nada ha ayudado al pueblo de Ucrania”, ha sentenciado la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. Pura campaña para las próximas elecciones, ha interpretado la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. El papel de mediación que desarrolla la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha servido un tiempo para contener la escalada verbal de su grupo, Unidas Podemos, pero ahora las costuras se están soltando, aunque no hayan estallado aún. El no a la guerra enturbia el ambiente de la coalición.
La semana terminó con unas declaraciones de Belarra con acusaciones serias a su socio de Gobierno. Tono correcto, pero sin dejar nada a la interpretación. “¿Lo próximo será enviar soldados españoles al frente de batalla?”, preguntó. Esa hipótesis está descartada por la OTAN, por los países europeos y por Estados Unidos.
El debate sobre el mantenimiento de la ayuda militar está abierto en el Congreso y se interpela a la titular de Defensa, Margarita Robles, para que dé explicaciones. El ala socialista sintió un gran alivio al comprobar, el pasado jueves, que el escrito registrado en el Congreso no llevaba la firma de Unidas Podemos.
ERC, EH Bildu, BNG y la CUP instan a Robles a que explique nuevos envíos de material bélico. Pedro Sánchez sorprendió a casi todos al anunciar este fin de semana que hablará de la guerra en el Congreso el próximo mes de marzo, coincidiendo con la información que ofrecerá sobre la Reunión de Alto Nivel, que se celebró con Marruecos, y el desarrollo del último Consejo Europeo.
No tiene dudas Sánchez de que España debe estar en la primera línea de ayuda a Ucrania, dentro de sus posibilidades. Pero el debate sobre presionar en favor de la negociación se abre paso tímidamente, aunque no se traduzca en absoluto en medidas de los gobiernos. Aunque la relación entre Sánchez y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, es inexistente, los populares no discuten la acción de España junto al resto de los países europeos. Distintas organizaciones realizan actos que coinciden con el discurso de Unidas Podemos. Movimiento por la Paz (MPDL), Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP), la Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ) y los dos sindicatos mayoritarios, entre otros, han firmado un manifiesto a favor de la negociación para el fin de la guerra.
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Esta llegará, sin que pueda aproximarse fechas, pero de momento ningún mandatario europeo variará su criterio de que Ucrania debe seguir fortaleciéndose militarmente ante Rusia.
Pedro Sánchez, que la semana pasada vio en primera línea los destrozos que Rusia está causando a la población de Ucrania, respondió a las críticas de Podemos: “Todos los miembros del Gobierno saben quién es el agresor y quién es el agredido”. Un encontronazo serio que oscurece otros hechos significativos como la vuelta del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, al diálogo social, con firma y foto el pasado viernes con Yolanda Díaz, y los responsables de CC OO y UGT, tras un año de distancia.
La estrategia de Salud y Seguridad en el Trabajo 2023-2027, fue el objeto acordado. El Gobierno, y Yolanda Díaz en particular, cosecha 17 acuerdos firmados con los agentes sociales. Su incomodidad por los encontronazos entre el PSOE y UP es notoria y ella no siempre está en el mismo lado de la balanza. Apoya los postulados sobre la diplomacia en la guerra con Putin pero apoyó sin ambages el desplazamiento del presidente a Kiev para mostrar la firmeza del compromiso del Gobierno español junto a Ucrania. En el acuerdo de Gobierno, firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, quedó explicita la responsabilidad y la competencia del primero en materia internacional y de Defensa. Ese 30 de diciembre de 2019 nadie podía imaginar que Putin iba a atacar a Ucrania y Europa entraría en guerra.
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