David y Ruth eligieron este viernes 21 para celebrar el cumpleaños de ella. 21 años. Son una expareja que se lleva tan bien que sigue compartiendo este día. Sobre las 11 menos cuarto de la noche, vieron pasar por su lado a un camarero con un “plato en llamas” que a ella le pareció carne y a él una pizza y un soplete en la otra mano. Solo unos segundos después, el establecimiento Burro Canaglia, en la plaza Manuel Becerra de Madrid, estaba en llamas. Las primeras investigaciones apuntan a que ese plato rozó la decoración vegetal de plástico que había en el local y prendió a toda velocidad. Tanta, que la ferocidad de las llamas provocó dos muertos y 12 heridos, de los que ocho siguen hospitalizados. Según la normativa municipal vigente, existen serias restricciones a la hora de usar material inflamable en techos y paredes. Fuentes municipales aseguran a EL PAÍS que el local tenía la “licencia en regla” y que los elementos decorativos deben cumplir con lo que recoge el código técnico de la edificación y con la ordenanza de protección contra incendios. “Se tiene que investigar lo sucedido”, añaden.
En concreto, la ordenanza recoge que los techos y paredes de “caminos protegidos” deberán contar con “materiales combustibles no inflamables”. Se define como recorrido protegido el que lleva “hasta el espacio exterior seguro o hasta un sector de riesgo nulo”. En este caso, el único camino hasta la salida era el de la puerta principal, porque existía una antigua puerta de emergencia que da a un portal, pero estaba sellada. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha asegurado este sábado que aún se está investigando si el restaurante cumplía con todos los requisitos técnicos, pero sí puede confirmar que “por el tamaño y el número de comensales” no era obligatorio que contara con salida de emergencia. También ha asegurado que había una treintena de personas en el interior, entre clientes y trabajadores.
El local, inaugurado en enero de 2022, es un franquiciado del grupo sevillano Burro Canaglia. Al frente de este proyecto se encuentran Jesús Laborda, Sira Farfán, Joaquín Domínguez y Socorro Pérez. Los cuatro han sido la cara pública de esta propuesta gastronómica con la que aspiraban a convertirse en un “nuevo referente de restauración italiana a nivel nacional”, según sus propias palabras al Diario de Sevilla hace un año.
Los gestores de la franquicia de la capital se han acercado la mañana de este sábado al local y han comenzado a colaborar con la policía científica, que ya ha asumido la investigación de lo sucedido. Por el momento, han preferido no hablar y han alegado que, por ahora, no tienen mucha más información. Simplemente, han deslizado que aún no saben si el origen del incendio fue una de las pizzas o alguno de los postres especiales, que también cuentan con elementos de fuego. En las redes sociales del grupo, se pueden ver varios vídeos y fotografías de la pizza Inferno Carnívora, que se sirve en llamas que se encienden con un soplete, algo que concuerda con las declaraciones de los testigos recogidas por este periódico. El grupo ha publicado este sábado en su cuenta de Instagram un mensaje en el que asegura que se encuentra “profundamente conmovido” por los fallecimientos y extienden sus más “sinceras condolencias”. Este periódico ha contactado con la empresa sin obtener respuesta.
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El grupo anunciaba a principios del año pasado su intención de dar un salto en su crecimiento, y cumplieron su objetivo porque en una entrada de su blog definieron el 2022 como “el año de la revolución canalla”. En este texto de su web corporativa detallan que en los últimos 12 meses habían facturado “más de 15 millones de euros, duplicando las cifras del pasado 2021″ y que ya existían 18 restaurantes en ocho ciudades. En una entrevista declaraban que el grupo aboga por la “personalización en todos los sentidos, también en el estético”. Precisamente, la profusa decoración floral de material plástico es una de las señas de identidad de los restaurantes del grupo empresarial. Tanto, que en septiembre de 2020 ganaron en la categoría al Mejor Diseño de los autodenominados Óscar de la restauración, los premios Hot Concepts. En esta categoría se valora el aspecto estético de los locales y pueden concurrir también estudios de interiorismo. El establecimiento de Manuel Becerra tenía forma de L y la cocina se encontraba al fondo.
El restaurante se encuentra a escasos 100 metros de un parque de bomberos. Apenas unos minutos después de que comenzara el incendio, un ciudadano se acercó corriendo a alertarlos y una parte de ellos acudió a pie hasta el fuego. A las 23.01, cuando entró la primera llamada de alerta, los bomberos ya estaban rescatando víctimas. A las 23.10, el jefe del operativo anunció que el fuego estaba extinguido. En esos 10 minutos se produjo la tragedia. Uno de los fallecidos es un trabajador y el otro, una clienta que estaba cerca de la puerta, según ha explicado el alcalde. De 35 y 42 años. Ervigio Corral, directivo de guardia del Samur Social, ha apuntado este sábado a que si los servicios de emergencias hubieran tardado un poco más, el incendio habría supuesto “la muerte de todas las personas que se encontraban dentro”.
Carlos Martín, jefe de guardia de los bomberos, apenas ha dormido entre las tres de la mañana, cuando abandonó a pie el lugar del incendio, y este sábado, cuando el alcalde ha visitado el lugar de la tragedia. El bombero ha recordado que la zona más difícil era la entrada, donde comenzó el fuego, lo que provocó que muchas personas se fueran hacia el interior. “Algunas tuvieron la oportunidad de esconderse en la cocina, agacharse y esperar, pero las condiciones eran lamentables para todos”. Varios testigos relataban la noche del viernes que vieron salir a gente “con la piel quemada” y también mucha otra que tuvo que ser rescatada. La gran acera frente al restaurante se llenó de cuerpos rodeados de sanitarios que hacían todo lo posible por salvar sus vidas. Algunos viandantes incluso trataron de romper con sombrillas de las terrazas las cristaleras del restaurante para facilitar la salida de la gente, pero la densa humareda hacía imposible permanecer cerca sin el equipo apropiado.
Un sillón chamuscado reposa en la puerta del local como reflejo de lo que todavía hay en el interior. A través de una rendija en la puerta se observa la profusa decoración floral ennegrecida en el suelo. Alguien ha dejado un ramito de cuatro flores lilas en una de las mesas de la terraza del restaurante, que no se vio afectada por el fuego. David y Ruth son dos de los supervivientes de esta tragedia. En un banco a unos metros del restaurante, ella le comentaba a él apenas unos minutos después del incendio: “¿Te das cuenta de la que nos hemos librado?”
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