La imagen del sistema democrático español se ha deteriorado sensiblemente en los últimos 17 años, aunque se mantiene estable en los cuatro que lleva Pedro Sánchez en La Moncloa, según el Índice de Buen Gobierno realizado por el Observatorio Mesías de Calidad Institucional, un think tank académico independiente que monitoriza el estado y la evolución de los indicadores que configuran a España como un Estado democrático y de Derecho, a partir de datos del Banco Mundial.
El ranking mundial de Buen Gobierno correspondiente a 2021 sitúa a España en el puesto 26 de un total de 140 Estados, prácticamente todos los del mundo con exclusión de los paraísos fiscales y los de menos de un millón de habitantes. Encabeza la lista Finlandia, seguida de países europeos y occidentales (como Dinamarca, Noruega, Suiza y Nueva Zelanda) que copan los cinco primeros puestos. España gana una posición respecto al año pasado (estaba el 27) y hace el número 16 entre los Veintisiete países de la UE, por detrás de Portugal, a pesar de que el vecino ibérico retrocede cinco puestos, y por delante de Italia, que hace el número 33 de la lista.
El Índice de Buen Gobierno (IBG) se forma a partir de la evaluación de seis variables: control de la corrupción, eficiencia de Gobierno, estabilidad política, calidad regulatoria, Estado de Derecho y Rendición de Cuentas. En las tres últimas retrocede España desde que gobierna Pedro Sánchez, perdiendo cinco, tres y cuatro posiciones respectivamente, hasta quedar en los puestos 31, 28 y 24 de las correspondientes tablas. En el control de la corrupción se produce un ligero avance, sube del puesto 28 al 27; mientras que en eficiencia de Gobierno se queda igual (puesto 27). Pero el gran salto se produce en la variable de estabilidad política, en la que avanza 12 puestos, pasando del 42 al 30, ya que “se ha superado la crisis de percepción de inestabilidad generada por el procés en Cataluña”, según el responsable del estudio, el profesor José María Cubillo.
Si se toma un periodo más largo de tiempo, desde 2005 (primer año completo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero) hasta 2021 (lo que incluye los casi siete años de Mariano Rajoy y tres y medio de Sánchez), la percepción de la calidad del sistema democrático español ha experimentado un empeoramiento sustancial: España ha caído del puesto 20 al 26 en el Índice de Buen Gobierno. De las cinco variables, el mayor retroceso se da en calidad regulatoria (pierde 13 puestos, del 17 al 30), seguido de control de la corrupción (nueve puestos, del 18 al 27), eficiencia de Gobierno (diez puestos, del 17 al 27) Estado de Derecho (ocho, del 20 a 28) y Rendición de Cuentas (cuatro, del 20 al 24). De nuevo, el gran avance se da en estabilidad política (donde se avanza 17 puestos, del 47 al 30).
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El peor puesto que ha tenido España a lo largo de los últimos 17 años en el Índice de Buen Gobierno ha sido el 27 (en 2014, 2017, 2019 y 2020) y el mejor el 20, en 2005, primer año de la serie. En control de la corrupción, el año 2015 fue el peor (puesto 32), en pleno escándalo Gürtel; en eficiencia de Gobierno el 27 (en 2018, 2020 y 2021); estabilidad política el 85 (en 2008, inicio de la crisis económica); calidad regulatoria el 32 (en 2020, año de la pandemia); Estado de Derecho el 28 (en 2020 y 2021, con Pedro Sánchez) y rendición de cuentas el 25 (en 2013 y 2014, con Rajoy).
Con la organización Mesias, según fuentes de la misma, colaboran más de 200 investigadores de 38 universidades y escuelas de negocios de España y el extranjero. Cuenta con el patrocinio de casi 40 empresas, pero no recibe financiación de ninguna Administración pública.