Los quiere a todos mucho, no deja de repetir el príncipe Enrique cuando habla de la familia real británica, pero lo cierto, añade, es que “no han mostrado, hasta la fecha, la menor voluntad de reconciliación”, y que “algunos de ellos han decidido acostarse con el diablo [la prensa tabloide sensacionalista] para rehabilitar su propia imagen”. El duque de Sussex ha comenzado este domingo 8 de enero por la noche una larga lista de entrevistas para promocionar su libro autobiográfico Spare (En la Sombra, se ha titulado la edición en español), y por mucho que trate de matizar o edulcorar su relato, cada vez que habla multiplica los agravios contra su padre, Carlos III, su madrasta, la reina consorte Camila, su hermano Guillermo o su cuñada, Kate Middleton. Todas las intervenciones van a ser en televisiones estadounidenses, y con profesionales de ese país. Pero Enrique de Inglaterra ha querido comenzar la ronda con alguien a quien conoce y aprecia: Tom Bradby, el periodista y escritor británico que presenta el informativo News at Ten en la cadena ITV, donde se ha emitido la conversación. Bradby ha viajado hasta California para entrevistar al duque de Sussex.
Enrique ha decido presentarse al mundo como un hombre que ha alcanzado la paz consigo mismo —gracias a años de terapia—, y la felicidad junto a su esposa, Meghan Markle, y sus dos hijos, Archie, de tres años, y Lilibet, de un año y medio. Esa paz, ha explicado a Bradby, pasa por ser capaz de contar su propia verdad —a través de un lucrativo documental en la plataforma Netflix, y ahora de su libro autobiográfico, que se publica el próximo martes 10 de enero—. En ningún momento pasa por su cabeza que, al hacerlo, esté aireando intimidades de familiares cercanos o arremetiendo directamente contra ellos o contra la institución monárquica. “La cantidad de filtraciones y de historias que todos ellos han contado a los medios [siempre desde el anonimato] es tal, que, desde mi punto de vista, han escrito innumerables libros. Millones de palabras destinadas a intentar arrojar basura sobre mi mujer y sobre mí mismo, hasta el punto de que tuvimos que abandonar el país [Reino Unido]”, asegura Enrique durante la entrevista en la televisión británica.
Acusaciones de racismo
Bradby ha querido recordar al duque de Sussex uno de los momentos más graves del progresivo alejamiento entre él y su familia, cuando ambos —Meghan Markle y él mismo— acusaron a la casa de Windsor de racista, durante la ya famosa entrevista que concedieron a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey en 2021. Señalaron entonces cómo un miembro de la familia real, de quien nunca quisieron dar el nombre, había expresado su curiosidad y preocupación por el color de piel que tendría el primogénito Archie cuando naciera. Markle es hija de padre blanco y madre negra. “Fue la prensa británica la que habló de racismo”, se ha defendido ahora de nuevo Enrique. “Yo solo quise señalar el sesgo inconsciente que existía”. Al recordar cómo la dama de compañía de Isabel ll, y hasta hace poco de la reina consorte Camila, Susan Hussey, tuvo que renunciar a su puesto después de una desafortunada conversación con la activista afrocaribeña Ngozi Fulani, el duque de Sussex ha utilizado ese incidente “como un buen ejemplo del ambiente que se respira en la institución [como él se refiere a su familia]”.
Si la reina Camila jugó sus cartas con la prensa tabloide para recomponer su imagen pública, como sugiere Enrique en la entrevista, algo parecido hizo su cuñada Kate Middleton, que compró de inmediato el relato que los medios sensacionalistas hacían de Markle y participó en esa rivalidad construida. “Actriz estadounidense, divorciada, de mezcla racial… si uno se comporta como lo hace mi familia, que no dejan de leer los tabloides mientras viven su vida, la tendencia es la de acabar viviendo en la burbuja creada por esos tabloides antes que en la propia realidad”, acusa el duque de Sussex.
Tras la emisión de la primera entrevista en la ITV británica, Enrique ha lanzado mensajes parecidos en la primera entrevista a una televisión estadounidense, emitida también este domingo. En el programa 60 minutes, de la CBS, presentado por Anderson Cooper, ha reiterado sus mensajes de amor a su familia: “Mi hermano y yo nos queremos. Lo amo profundamente. Ha habido mucho dolor entre nosotros dos, especialmente en los últimos seis años. Nada de lo que he escrito, nada de lo que he incluido tiene la intención de herir a mi familia”. A continuación, sin embargo, ha reconocido que no mantiene contacto con su hermano ni con su padre.
“¿Hablas con Guillermo ahora? ¿Le mandas mensajes?”, le ha preguntado el periodista. “Actualmente, no. Pero espero… espero que podamos encontrar la paz”, ha contestado Enrique. “¿Hablas con tu padre?”, ha insistido el entrevistador. “No… no hemos hablado por un tiempo. No, no recientemente”, ha respondido.
Enrique ha asegurado que su familia recibió con desconfianza a Markle “desde el principio, antes de que tuvieran la oportunidad de conocerla”, por los estereotipos sobre ella. Y considera que son ellos los que deben dar el paso para curar las heridas: “La pelota está en su tejado, pero, ya sabes, Meghan y yo hemos seguido diciendo que nos disculparemos abiertamente por cualquier cosa que hayamos hecho mal, pero cada vez que hacemos esa pregunta, nadie nos dice nada. Tiene que haber una conversación constructiva, una que pueda ocurrir en privado que no se filtre”, ha dicho. “Todo esto empezó con ellos informando, diariamente, contra mi mujer con mentiras hasta el punto de que mi mujer y yo tuvimos que huir de nuestro… de mi país”, ha repetido en la charla con la televisión estadounidense. “¿Por qué no renunciáis a al título de duque y duquesa?”, le pregunta en un momento de la entrevista Cooper. “¿Y qué diferencia haría eso?”, contesta el príncipe.
Buena parte de la entrevista en la CBS se ha dedicado a recordar cómo vivió la muerte de su madre, Lady Di, y los problemas que tuvo para superarla, que le condujeron al alcohol y las drogas. “Tenía un montón de ira dentro de mí que, por suerte, nunca expresé a nadie. Pero recurrí a beber mucho. Porque quería adormecer el sentimiento, o quería distraerme de lo que sea que estuviera pensando. Y también recurría a las drogas”, ha admitido. Asegura que su carrera militar, primero, y su relación con Meghan Markle, después, le salvaron.
En su segunda entrevista para las televisiones estadounidenses, en concreto este lunes por la mañan en Good Morning America, el príncipe ha admitido no haber hablado con la reina consorte Camila “desde hace mucho tiempo”. Y aunque ha intentado suavizar su postura, también ha expresado, de nuevo, sus críticas hacia su manera de actuar: “Amo a cada miembro de mi familia. Ella es mi madrastra, no la veo como una madrastra malvada. Creo que es alguien que se casó con esta institución e hizo todo lo posible para mejorar su propia reputación, su propia imagen, por su propio bien”. Además, ha asegurado que ni él ni Markle tienen en su agenda un posible regreso al Reino Unido: “No creo que sea posible, incluso si hubiera un acuerdo o arreglo entre mi familia y yo”.