Ante el Chelsea, subcampeón de Europa hace solo dos años y campeón de la Women’s Super League la pasada temporada, el Real Madrid sumó este jueves un empate (1-1) que le permite agarrarse a la Champions. Las blancas, que se adelantaron en el primer tiempo con un gol de Caroline Weir tras una pifia de la portera blue, compitieron de tú a tú con uno de los máximos favoritos para alzar el torneo, un equipo que había ganado todos sus partidos en la competición y que hasta esta noche no había encajado ni un solo gol en contra. Un penalti cometido por Ivana Andrés, que atropelló con torpeza a Guro Reiten en la segunda mitad cuando quería despejar el balón, provocó el empate de las londinenses.
El resultado permite a las de Alberto Toril (cinco puntos) depender de sí mismas para pasar a cuartos, con el encuentro ante el PSG (siete puntos) el próximo 16 de diciembre en París marcado en rojo en el calendario. Todo lo que no sea una victoria en la capital francesa les complicará sobremanera avanzar a la siguiente fase, ya que las parisinas visitan Londres en la última jornada con el Chelsea (10 puntos) ya clasificado.
El actual líder de la liga inglesa tardó solo dos minutos en dar el primer aviso. Samantha Kerr, la fenomenal delantera australiana, estrelló el balón en el poste después de dos buenos despejes de Misa Rodríguez, la guardameta madridista, en una jugada de córner. La presión adelantada tanto de las blues como de las madridistas impidió durante el primer tramo del encuentro que el juego fluyese. En el Madrid, incapaz de sacar el balón jugado, tan solo Olga Carmona, que empezó el choque como lateral izquierda y terminó como extrema, y Athenea del Castillo dejaron algunos destellos con varios regates en carrera que terminaron frustrados por la defensa inglesa.
En medio de ese juego asfixiante, Claudia Zornoza se equivocó en un pase y regaló el balón en su propio campo a Lauren James, que controló, avanzó con la pelota pegada al pie, fijó a las centrales y filtró un envío final para que Kerr se quedase sola con la portera. En el mano a mano, la punta australiana, como había hecho en el minuto dos, mandó el balón al palo, esta vez al lado derecho de la portería de Misa. El ritmo en la presión provocó un fallo todavía mayor en la guardameta del Chelsea. Ann-Katrin Berger, que había salido de su portería para recibir el balón, intentó conectar con el centro del campo, pero su pase fue directo a Caroline Weir. La centrocampista escocesa del Madrid pudo controlar, levantar la cabeza y colocar el regalo en el fondo de la portería sin la mínima oposición.
El gol vigorizó al Madrid, que empezó a ganar todavía más duelos y más segundas jugadas, pero el Chelsea mejoró en la segunda parte con la entrada de Francesca Kirby. La habilidosa jugadora inglesa sustituyó a Jessie Fleming, aunque las blues no encontraron ocasiones de gol hasta que Ivana Andrés impactó groseramente con Reiten en el minuto 59 en el área del Madrid. La pena máxima, que lanzó la propia Reiten, dio en el palo y después golpeó en la espalda de Misa para cambiar de dirección y colarse en la portería.
Con el encuentro más abierto, y menos energías en las piernas para mantener el ritmo en la presión, los dos equipos encontraron espacios para hacer daño al rival. Al filo del final, en una de esas jugadas, Olga Carmona regateó a Jessica Carter y se quedó mano a mano contra Berger, pero la portera alemana achicó el espacio y tapó su tiro con un gran manotazo. Solo unos minutos después, fue Misa quien le birló el gol a Kerr en otro uno contra uno y aseguró un empate para el Madrid que todavía le permite soñar con superar la fase de grupos de la Champions. Todo pasa ahora por París.
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