Retumba como un eco por la región, pero ahora con esteroides: “Todo está carísimo”. Si el año pasado la inflación ya golpeaba la compra de gastos navideños, este año los latinoamericanos sufren, además, de altas tasas de interés que impactan en los préstamos e hipotecas. Para estas fiestas muchos se apretarán el cinturón y tendrán que sacrificar la compra de ropa nueva o intercambiar vuelos por viajes en autobús para priorizar la cena familiar y los regalos a sus seres queridos. En algunos países, se prevé que miles aumenten sus deudas de consumo: abusarán de la tarjeta de crédito o buscarán pagar a plazos, postergando la inevitable cuesta de enero. Muchos otros, los que no cuentan con el privilegio del “tarjetazo”, tendrán fiestas austeras.
Se espera que la inflación promedio en América Latina cierre el año en 11,2%, su nivel más alto desde 1992, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional. Algunos países ya superaron esa marca: en Colombia está en 12,5% y Chile en 13,3%. Desde hace más de un año que los bancos centrales iniciaron un ciclo de alzas en su tasa de interés, el indicador de referencia en contratos y créditos. En Brasil está en 13,75%, mientras que en Chile se sitúa en 11,25%: su nivel más alto en 24 años.
En base a encuestas, la consultora Deloitte lleva tres años estudiando el consumo de los latinoamericanos durante la Navidad y, consistentemente, la cena de Nochebuena y los regalos aparecen como los gastos prioritarios. Es una marca distintiva de quienes habitan en esta región que el pago de deudas, los arreglos del hogar, la ropa, los viajes y hasta los productos electrónicos para uso propio sean gastos secundarios. Por lo tanto, serán los primeros en salir por la ventana este año. Los países que enfrentan la combinación más alta de inflación + tasas de interés elevadas, se preparan para adaptar sus tradiciones.
México: patear el problema para enero
Este año, y por primera vez, Mayra (36 años) y su pareja no viajarán fuera de Ciudad de México, donde viven, para pasar Navidad con sus familias. Su aguinaldo, como se le conoce al bono navideño en México, se destinará por completo al pago adelantado de su departamento, el cual compraron cuando las tasas de interés estaban bajas en 2020.
“Nosotros proyectamos pagar una hipoteca con una tasa de interés de 8,5% en ese momento, que para nosotros era muy viable”, cuenta Mayra, que trabaja como administradora y es del Estado sureño de Oaxaca,”pero las cosas empezaron a cambiar muy rápido”. Para contener la inflación, el Banco de México empezó a subir las tasas y ahora Mayra no encuentra una hipoteca con una tasa menor al 11%. “Prácticamente no compraremos nada de Navidad, solo lo más necesario”, comparte.
El consumo en México sigue relativamente fuerte, dice Erick Calvillo, analista de la industria del consumo en Deloitte, porque los negocios están haciendo esfuerzos por no subir mucho sus precios durante las fiestas decembrinas. Pero, “para este último mes de 2022, podemos proyectar ansiedad en el comportamiento de los consumidores mexicanos”, dice Calvillo, “esto tiene como principal causa el estrés financiero”. De acuerdo con encuestas realizadas por la empresa, 48% de los mexicanos que dice sentir ansiedad lo atribuye a sus finanzas. De acuerdo con información de Oracle, empresa que administra bases de datos, casi un tercio de los mexicanos está preocupado porque no tendrán suficiente dinero para los regalos y la gran mayoría buscará oportunidades para pagar en plazos.
“El mexicano gasta mucho en regalos, más que en otros países en Latinoamérica”, dice Calvillo. “Este año hay mucha presión inflacionaria, entonces las tiendas están batallando mucho para no subir precios pero sabemos que en enero van a subir precios. Eso va a afectar negativamente hacia adelante, y para mediados del próximo año se va a desacelerar mucho el consumo en México”.
Brasil: a la costa pero en autobús
Una de las tradiciones de la Nochevieja en Brasil es saltar siete olas en la playa e ir pidiendo un deseo para el nuevo año con cada una de ellas. Se espera que en esta ocasión muchos de los que se desplacen a la costa para dar la bienvenida a 2023 lo hagan en autobús, en vez de en avión, porque los billetes aéreos están entre “los villanos de la inflación: han subido un 52% en los últimos doce meses”, explica el economista André Braz, de la Fundación Getulio Vargas.
Este analista especializado en inflación explica que la tendencia es que los brasileños gasten estas Navidades “algo más que las pasadas debido a la mejora de la actividad económica”. Detalla que la previsión es que el Producto Interno Bruto (PIB) cierre el año en casi un 3%, que “es mucho”, y el desempleo, que alcanzó el 12% un año atrás, ha caído al 8%. A ello hay que sumarle el impacto de la paga gubernamental que cada mes reciben 21 millones de pobres.
Por eso, la amenaza de la inflación persiste. La primera economía de América Latina con una inflación que se ha moderado, pero aún es alta. La acumulada es del 6,4% tras cerrar el año pasado en un 10%. Para contenerla, el Banco Central mantiene la tasa de interés en 13,75% por tercer mes consecutivo tras las alzas sostenidas desde marzo de 2021, cuando estaba en mínimos (2%).
“Independientemente del nivel de renta, el principal gasto de las familias será en comida”, dice Braz, seguido de los regalos, sobre todo ropa o aparatos electrónicos. La buena noticia es que lo esencial de los platos navideños más típicos en Brasil, como el pollo especial, la carne de cerdo o el bacalao, han subido, pero menos que complementos culinarios como las hortalizas, o las legumbres. Y como estos acompañamientos suelen costar menos, el impacto en la cuenta final es menor.
Colombia: la Navidad no se negocia
La navidad en Colombia tradicionalmente implica comprar, y regalar, mudas de ropa o anchetas (canastas con licores y alimentos, usualmente enlatados). La alta inflación, que para noviembre llegó al 12,5% y es la más elevada en lo que va del siglo, aparentemente no va a afectar esas compras. O no por ahora.
Así lo explica el experto en consumo Camilo Herrera, cabeza de la consultora Raddar, para quien los hogares ya llevan meses encajando el impacto de las altas tasas. “Todos los hogares ya han tomado decisiones durante los últimos, más o menos 18 meses, para ir ajustando su canasta de gasto”, cuenta. Explica que el golpe es desigual porque mientras aumentan la inflación y las tasas, se ha reducido el desempleo, y por eso probablemente esta Navidad no muestre un impacto en las compras, si se mira su agregado, pero sí en algunas familias.
“Los hogares que han tenido empleo por un tiempo han recibido un golpe muy grande por ese aumento de precios, pero otros hogares están comenzando a recibir ingresos porque son nuevos empleados. Entonces, lo que vamos a ver a final de año son decisiones mixtas de los hogares, no todas van a ser iguales: seguramente algunos hogares van a premiarla el momento de la Navidad, la celebración, los regalos, las vacaciones. Porque es una cosa que de una u otra manera no es negociable”.
En esa misma línea se ha expresado Jaime Alberto Cabal, cabeza del gremio de los comerciantes (Fenalco), que recuerda que en diciembre se suele vender un 30% a 35% más de los otros meses, y que eso no cambiará. “Este año habrá seguramente un crecimiento positivo en la temporada decembrina”, dice, pero aclara que preocupa el próximo año.
Chile: menos compras o más deudas de consumo
La Navidad en Chile será muy diferente este 2022. Hasta el año pasado, una buena parte de los hogares chilenos tenía disponible mayor liquidez a causa de las ayudas fiscales por la pandemia y los retiros parciales de los fondos de las pensiones que se aprobaron en el Congreso. Entre 2020 y 2021, los futuros pensionados pudieron sacar hasta el 10% de sus ahorros para la vejez en tres ocasiones, por lo que las fiestas del año pasado estuvieron marcadas por la abundancia. Fue una medida popular, pero fuertemente criticada por técnicos de todos los sectores políticos, no solo por su impacto en las jubilaciones, sino porque influyó en la inflación.
Chile, un país acostumbrado a tener sus cuentas ordenadas, donde al menos desde el retorno a la democracia en 1990 la inflación no había representado gran problema, en estos últimos meses ha vuelto a sufrir por el aumento del costo de la vida, lo que marcará la forma de festejar las fiestas de fin de año. La inflación acumulada en los últimos 12 meses llega a 13,3% y para 2023 se proyecta una recesión económica. Entre lo que más ha aumentado los precios son los alimentos y las bebidas no alcohólicas.
La Navidad es la fecha más importante del año para el comercio minorista, porque en Chile se acostumbra a comprar mucho en estas fechas (se hacen regalos para todos, no solo a los niños). Es una tradición arraigada, aunque para ello la gente tenga que tirar de las tarjetas de crédito bancarias o de tiendas de departamentos, de uso muy extendido entre la población.
De acuerdo a un estudio del Banco Central, un 42% de los hogares chilenos tienen deudas de consumo. Y otro estudio reciente, esta vez de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), ha mostrado que la situación económica que enfrenta Chile tendrá un efecto en el comportamiento de los consumidores en estas fechas: un 44% de los encuestados comprará menos regalos y un 41% gastará menos esta Navidad. Entre las principales razones de los consultados para realizar un menor gasto están la situación económica familiar (61%) y la inflación (55%). No ayudan las altas tasas de interés. Hace algunos días, el Banco Central por primera vez en 17 meses acordó mantenerla en un 11,25%, porque en el último año y medio había subido consecutivamente, impactando en todos los ámbitos de la vida de la gente.
Argentina: sidra y compras mayoristas
En Argentina el Mundial ha alterado la rutina de las compras navideñas más que la alta inflación, a la que ya están acostumbrados. “Cuando juega Argentina, para todo. Imaginá que esta tarde, que es viernes y feriado, esto tendría que explotar, pero como hay partido va a estar desierto”, comenta el vendedor de una importante cadena de ropa y calzado deportivo. En las jugueterías coinciden: las ventas se mueven al ritmo de la fiebre mundialista. Tuvieron un pico de ventas antes de que comenzase —cerca de un 20% más que en 2021— y confían en que los clientes vuelvan después.
La inflación de este 2022 es la más alta de las últimas tres décadas y podría rozar el 100% al terminar el año. Para hacerle frente, los argentinos repiten la misma estrategia de años previos: endeudarse con la tarjeta de crédito. Los negocios ofrecen pagar en tres y hasta seis cuotas sin interés. Existe también la opción de pagar en 12, incluso a veces en 18 plazos, aunque con un recargo. “Menos la comida lo tarjeteo todo, sino sería imposible”, admite Catalina, una docente de 38 años que está de compras por la avenida Cabildo.
“Cuando era chica, el árbol de Navidad estaba muy decorado y había tres, cuatro regalos para cada uno. Era una gran celebración. Ahora para muchas familias la Navidad es más una preocupación, porque no saben cómo lo van a pagar, que una fiesta”, señala esta maestra de primaria.
Los más precavidos optaron por adelantarse y hacer las compras en octubre y noviembre. Recurren también a comercios mayoristas. “Compramos las botellas de champán hace un par de meses a poco más de mil pesos y ahora ya salen más de 1.500″, dice Julián, entrenador de fútbol en un club de barrio. Otra estrategia es reemplazar productos caros por otros más económicos. “Muchos ya no toman champán sino sidra y compran otros cortes [de carne], tortuguita por peceto para el vitel toné”, pone como ejemplo, refiriéndose a uno de los platos infaltables de la mesa argentina.
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