Marte estará un poco más cerca de la Tierra esta semana. La autoridad aeronáutica de Estados Unidos, la FAA, autorizó este viernes a SpaceX la primera prueba integral de vuelo de su gigantesco cohete de 120 metros de altura y nueve metros de diámetro, el Starship acoplado al propulsor Super Heavy. La compañía de Elon Musk no quiere perder tiempo y tiene todo listo para efectuar este mismo lunes el lanzamiento del cohete más potente de la historia.
“SpaceX tiene previsto realizar el primer vuelo de prueba de un Starship y un cohete Super Heavy totalmente integrados el lunes 17 de abril desde la Starbase de Texas”, ha anunciado la empresa. La ventana de prueba de 150 minutos se abrirá a las 7.00 de la mañana, hora local, las 14.00 en la España peninsular. SpaceX transmitirá en directo la prueba a través de su sitio web y de las redes sociales. La retransmisión comenzará unos 45 minutos antes del despegue, aunque no es posible garantizar el horario.
SpaceX ya ha revolucionado la industria aeroespacial con sus cohetes recuperables, que han abaratado el lanzamiento de satélites y otros artefactos. El Starship tiene una misión más atrevida en su horizonte: llevar personas a la Luna y a Marte. La llave para que ello pueda ser viable no solo técnica, sino también económicamente pasa de nuevo por reutilizar al máximo los cohetes.
Esta será la primera prueba con las dos secciones del Starship juntas y el primer lanzamiento del imponente cohete propulsor de la primera etapa, denominado Super Heavy. En esta ocasión solo se prueba el vuelo. No habrá personas ni satélites a bordo del cohete.
El plan es enviar la espectacular nave espacial desde la base de Starship en el sur de Texas hasta cerca de Hawái. La base de SpaceX está cerca de la playa de Boca Chica, a unos 30 kilómetros de Brownsville. Según el esquema del vuelo que ha publicado SpaceX, la primera fase del cohete, el potente propulsor, caerá sobre el Golfo de México. La nave espacial continuará hacia el este, pasando sobre los océanos Atlántico, Índico y Pacífico antes de amerizar cerca de Hawái sin que se intenten aterrizajes en este primer vuelo de prueba.
“Con una prueba como esta, el éxito se mide por lo mucho que podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avance rápidamente en el desarrollo de Starship”, indica la empresa. “No digo que llegará a la órbita, pero garantizo emoción. No será aburrido”, prometió Musk en una conferencia de Morgan Stanley el mes pasado. “Creo que tiene, no sé, con suerte, un 50% de posibilidades de llegar a la órbita”, añadió, en declaraciones recogidas por la agencia AP. Musk calcula que tardará un par de años en conseguir una reutilización completa y rápida de su nave.
La fase superior del Starship ya tuvo sus propias pruebas de vuelo a partir de 2021. Tras varios intentos que terminaron en lo que eufemísticamente se denomina RUD (Rapid Unscheduled Disassembly, Desmontaje Rápido Imprevisto), es decir, que se estrellaron, el Starship SN15 logró aterrizar en posición vertical en 2021 tras ascender varios kilómetros hasta la estratosfera. SpaceX está acostumbrado a recuperar una y otra vez sus cohetes Falcon, con los que lanza satélites, de diferente naturaleza.
Hasta la fecha, el equipo de SpaceX ha completado múltiples pruebas de vuelo suborbital de la etapa superior de Starship desde Starbase, demostrando con éxito un enfoque sin precedentes del vuelo controlado. Estas pruebas de vuelo ayudaron a validar el diseño del vehículo, demostrando que Starship puede volar a través de la fase subsónica de entrada antes de volver a encender sus motores y voltearse a una configuración vertical para el aterrizaje.
Además de las pruebas de la etapa superior del Starship, el equipo ha realizado numerosas pruebas en el imponente cohete de acero inoxidable brillante Super Heavy, propulsado por motores alimentados con metano, como los ensayos de encendido simultáneo de 31 motores Raptor. El cohete saldrá desde la torre de lanzamiento y recogida de cohetes más alta del mundo, de 146 metros de altura.
SpaceX tiene un contrato de la NASA de 3.000 millones de dólares para llevar astronautas a la superficie lunar a partir de 2025, en lo que se prevé que sea el primer alunizaje de astronautas en más de 50 años. Los astronautas viajarán en la cápsula Orión tanto a la ida como a la vuelta, pero bajarán a la Luna utilizando la nave espacial de la fase superior del Starship.
Al autorizar esta primera prueba, la FAA ha facilitado también información sobre el segundo y el tercer ensayo: “En el primer vuelo del Starship/Super Heavy, se espera que el Super Heavy aterrice intacto y se hunda en el Golfo de México, y que el Starship aterrice en el Océano Pacífico Norte. Se espera que se produzca un evento explosivo cuando el Starship impacte contra la superficie del Océano Pacífico Norte”, dice en un documento fechado este viernes. “En el segundo y tercer vuelo, el Super Heavy aterrizará intacto y se hundirá en el Golfo de México, mientras que la Starship se desintegrará en el momento de la reentrada atmosférica, con un campo de fragmentos en el Océano Pacífico Norte”, añade.
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