Enrique de Inglaterra y Meghan Markle denuncian “una persecución automovilística casi catastrófica” de los paparazis en Nueva York | Gente

El príncipe Enrique de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, se han visto envueltos en “una persecución al volante casi catastrófica” cuando fueron acosados por una serie de paparazis a su salida de una entrega de premios que tuvo lugar en la sala de eventos Ziegfield Ballroom, en la calle 54 oeste, a apenas cuatro manzanas al sur de Central Park. Ocurrió la noche del martes, según ha informado un portavoz de la pareja este mismo miércoles a través de un comunicado. Además de los duques de Sussex, en el vehículo también viajaba Doria Ragland, la madre de Markle.

“Anoche, el duque y la duquesa de Sussex y la señora Ragland se vieron envueltos en una persecución automovilística casi catastrófica a manos de un grupo de paparazis muy agresivos”, rezaba el comunicado; “esta persecución incesante, que duró más de dos horas, tuvo como resultado múltiples colisiones cercanas que involucraron a otros conductores en la carretera, a peatones y a dos oficiales del departamento de policía de Nueva York”.

“Aunque el hecho de ser una figura pública implica un nivel de interés por parte del público, nunca debe costarle la seguridad a nadie”, ha asegurado el mismo portavoz. “La distribución de estas imágenes, dado el modo en el que han sido obtenidas, anima a unas prácticas altamente intrusivas que resultan peligrosas para todos los implicados”. Por el momento, la policía de Nueva York no ha hecho comentarios sobre el incidente denunciado por la pareja.

El incidente se produjo después de que Meghan y Enrique asistieran juntos a la ceremonia anual de entrega de premios de la Ms. Foundation, donde la duquesa de Sussex recibió el premio Women of Vision por “su defensa global para empoderar y abogar en nombre de las mujeres y las niñas”. Tanto su marido como su madre, Doria Ragland, acompañaron a Markle en esta gala, que ha supuesto la primera aparición pública en una alfombra roja de la pareja en lo que va de año, a los que no se había visto juntos posando para las cámaras tras el estreno de la serie documental sobre su vida, la publicación del libro de las memorias del príncipe Enrique y la coronación de Carlos III.

Enrique se ha quejado en numerosas ocasiones de las persecuciones por parte de los fotógrafos, más que contra él, contra su esposa. Ha hablado de ello en entrevistas, en su libro de memorias y en su serie documental de Netflix. De hecho, la pareja llegó a denunciar a algunos de esos paparazis, como en julio de 2020, cuando se quejaron de “serias intrusiones” en la privacidad tanto de ambos como de su hijo mayor, Archie, que entonces tenía 14 meses, y buscaron protegerse contra el “frenesí de transmisión manufacturada”. A menudo han tenido sobre su casa drones y helicópteros tratando de conseguir imágenes, y han sido perseguidos mientras caminaban o iban en un vehículo. Este tema resulta especialmente sensible para Enrique, dado que su madre, Diana de Gales, falleció en un accidente de tráfico mientras era perseguida por los paparazis en el Puente del Alma de París en 1997. El príncipe la recordaba de una forma muy clara en octubre de 2019, cuando envió una carta donde explicaba los motivos de otras querellas contra tabloides británicos: “Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa víctima de las mismas fuerzas poderosas”. “He visto lo que sucede cuando un ser querido se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no se les trate como a seres reales”, afirmó.

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