Escasez de agua en México: La sequía amenaza a las presas de Nuevo León

La capital industrial de México se está secando. Faltan tres meses para el verano y dos de las tres presas para abastecer de agua a la zona metropolitana del Estado de Nuevo León se han vaciado. El déficit ha hecho saltar las alarmas del Gobierno estatal, que ha restringido el líquido a la población un día a la semana. Desde el martes, la ciudadanía, que consume menos agua que otros sectores, verá limitado su acceso como medida frente a la crisis hídrica que lleva años amenazando a la región.

A punto de agotar sus reservas, la imagen de las represas es brutal. Gran parte de las estructuras ha quedado al descubierto, dejando pequeñas lagunas y charcos en el fondo de los embalses. Incluso familiares de desaparecidos han emprendido búsquedas de restos humanos en el interior de la presa La Boca. A esta última, con una capacidad de 40 millones de metros cúbicos de agua, le queda menos del 15% del volumen. Mientras que a la presa Cerro Prieto, capaz de almacenar de 300 millones de metros cúbicos, solo el 7%, según el último reporte de Agua y Drenaje de Monterrey al 19 de marzo.

Ambos afluentes representan el 25% del total del agua de la que dispone la empresa, según explica el director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán. “Ese es el déficit que tenemos”, señala. “No es una situación de vida o muerte, conservamos el 75% de nuestras fuentes, pero sí puede afectar el abastecimiento”, apunta. Las otras fuentes de la paraestatal son subterráneas, como pozos, manantiales y túneles, además de la presa El Cuchillo, que tiene una capacidad de 1.123 millones de metros cúbicos de agua, aunque su principal almacenamiento es para uso agrícola.

Agua y Drenaje atiende una demanda de cerca de seis millones de habitantes en la zona metropolitana. La paraestatal opera bajo una asignación, de acuerdo con la ley de aguas nacionales, que le permite la gestión del líquido para uso doméstico y de abastecimiento urbano, a pesar de que es una atribución federal. Sin embargo, únicamente un cuarto del total del agua en Nuevo León es administrada por la empresa estatal, bajo el tipo de uso público urbano.

Según cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la principal fuente de consumo en la entidad es la agricultura junto con la ganadería, que representa cerca del 65%; seguida por el uso público urbano —a cargo de Agua y Drenaje—, con un 25%; usos múltiples, alrededor del 6%, e industrial, menos del 4%.

En cuanto al suministro público urbano, Barragán detalla que el 90% es doméstico; aproximadamente un 7%, comercial y de servicios, y un 3%, industrial. “Evidentemente, la industria consume mucha más agua que la que nosotros le surtimos, pero esa no depende de nosotros, sino de la Conagua”, indica.

La directora de la organización Pronatura Noreste, Rosario Álvarez, advierte de que los grandes consumidores de agua son la industria pesada, la agricultura y la ganadería, bajo concesiones otorgadas por la Conagua. “No se sabe cuánta agua se surte ni cuántos registros hay, esa parte es mucho más opaca y desafortunadamente es donde más se utiliza el agua”, observa.

Por lo que, considera que es urgente hacer un estudio actualizado sobre la condición de los acuíferos en coordinación con la dependencia federal. “No sabemos en realidad con cuánta agua contamos”, alerta. Este periódico contactó varias veces a la Conagua para solicitar información sobre la cantidad de agua disponible y las concesiones otorgadas en el Estado. Un vocero informó al cierre de esta publicación que los datos están disponibles en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA).

El portavoz de la Conagua puntualizó que de los registros reconocidos de derechos sobre aguas nacionales, un volumen de más de 77 millones de metros cúbicos de agua anuales son de uso industrial y más de 11 millones son de uso de servicios. Mientras que de uso agrícola y pecuario se tiene un total concesionado de más de 1.108 millones. Además de que para uso doméstico, 668.219 metros cúbicos son de particulares, además de los más de 560 millones operados por Agua y Drenaje para el uso público urbano.

El activista ambiental Antonio Hernández calcula que en Nuevo León existen más de 12.000 concesiones de agua. Al revisar los títulos otorgados por la Conagua solamente en el área metropolitana de Monterrey, el biólogo ha observado una marcada diferencia con las cifras reportadas por las autoridades. “El uso urbano tiene el 43% de las concesiones y la mayoría son para servicios de Agua y Drenaje de Monterrey y para algunos ayuntamientos, y el 57% restante se reparte entre el uso industrial y el uso agropecuario”, expone.

Según los datos compilados por la organización Agua para todos, la industria con mayor volumen de agua concesionada es Ternium, señala Hernández. La empresa transnacional puede explotar más de 14,6 millones de metros cúbicos de agua por año, casi dos veces el volumen del Lago Chapala, el más grande de México. En segundo lugar, Cervecería Cuauhtémoc y Famosa, que ahora es Heineken, tiene a su disposición más de 6,9 millones de metros cúbicos al año, según los registros de la Conagua al 2019. Desde ese año, la dependencia ya no entrega títulos de concesión, como consecuencia de la crisis medioambiental.

Una tragedia anunciada

Barragán atribuye principalmente la falta de agua a la escasez de lluvias que se ha agravado desde el 2015. “Particularmente el año pasado y el 2020, las precipitaciones fueron bastante bajo de la media. Las presas se fueron acabando y ya estamos muy cerca de que se nos acabe esa fuente”, lamenta. Agrega que el nivel de los embalses no puede ser menor al 5%, por protección de la fauna que ahí habita.

Al tiempo que las presas se secan, las alarmas no han dejado de sonar. La primera fue una declaratoria de sequía extrema emitida el pasado 3 de febrero por el Gobierno estatal. Sin embargo, este fenómeno no es nuevo en el Estado. Ubicado en una zona árida donde no ha llovido desde hace meses y las temperaturas son cada vez más altas, el volumen de agua que se evapora es mayor a las precipitaciones que recibe la entidad, apunta Álvarez. “El problema es que somos una zona de sequía y no operamos como tal, no hay límites a la cantidad de agua que se surte, no hay una cultura de ahorro del agua”, expone.

Las soluciones del Gobierno para mitigar la crisis solo han sido a corto plazo. Entre ellas, ha puesto en marcha un sistema de 93 pozos emergentes, algunos de ellos cedidos por la industria, para reemplazar el líquido perdido en las presas. “Son pozos que en este momento tienen de reserva y nos pueden ayudar por algunos meses”, justifica Barragán. A cambio, las empresas pagarán una tarifa de 57 centavos por metro cúbico explotado, en vez de los nueve pesos que acostumbran pagar.

El Día Mundial del Agua es la fecha que Nuevo León eligió para iniciar un plan de restricción de agua por zonas para la población. Toda la ciudad tendrá agua de las 5.00 a las 9.00 horas, pero un día a la semana se reducirá la presión al máximo en uno de los siete sectores trazados por el Gobierno. Por ejemplo, los sábados no habrá agua en el municipio de San Pedro [el más rico de Latinoamérica].

El último parche que ha puesto el Gobierno para paliar la crisis no tiene fecha de caducidad. La Conagua pronostica que lloverá hasta junio. Mientras tanto, la ciudadanía tendrá que modificar su hábitos de consumo. Hernández reclama que hasta el momento no hay ninguna medida para la industria. “En este contexto de crisis, solamente se imponen recepciones al consumo doméstico y no a los otros al industrial de la agropecuario no, que también tendrían que estar sometidos este tipo de criterios”, demanda.

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