España se procura ante Irán al fin una noche plácida en el Mundial de balonmano (22-35) | Deportes

Siavoshishahenayati y Odriozola, en una acción del partido.Lukasz Gagulski (EFE)

A la espera de las curvas de la segunda fase que hablarán sobre el verdadero nivel de España en este Mundial, en la tercera cita se procuró al fin un partido cuesta abajo y plácido de costa a costa. Fue contra la endeble Irán, pero antes también se vio frente a rivales del furgón de cola (Chile y Montenegro) y su balonmano no fluyó igual. Esta vez, no hubo pegas para los Hispanos. Una buena puesta a punto dos días antes de que, de verdad, empiece su campeonato.

Este miércoles (20.30) se las verá con la anfitriona Polonia, en horas muy bajas; el viernes (15.30), con el hueso de Eslovenia; y el domingo (21.00, todos por Teledeporte), con el ogro francés. Le queda mucho por remar, pero lo hará con el máximo de puntos posibles (cuatro), igual que los galos. En un grupo de seis (también están Montenegro e Irán, aunque no volverá a enfrentarse a ellos), dos pasarán a cuartos.

Defensa, piernas y a correr. No hay mejor receta para España, sobre todo en tiempos de incertidumbres. Con Kauldi Odriozola en el avanzado de la defensa 5:1 y Álex Dujshebaev en las maniobras ofensivas, todo resultó más sencillo ante la pobre Irán, que tardó dos minutos en verse en un túnel del que no saldría el resto de la noche. El partido quedó definido en el trayecto del 2-2 al 3-10 del minuto 13. Asunto zanjado. La selección pudo expandirse y jugar a campo abierto ante un equipo asiático que era un chorreo de pérdidas (10 en el minuto 12), completamente abierto en canal, incapaz de encontrar soluciones ante el armazón defensivo hispano. Salvo las tres paradas iniciales de Mohammad Siavoshishahenayati, no hubo más respuesta en la orilla que dirige el febril Veselin Vujovic, que saltó a la pista, eso sí, con el pase ya asegurado a la segunda ronda tras la derrota previa de Chile ante Montenegro.

Liberada desde el arranque, al desahogo iniciado por Odriozola y el mayor de los Dujshebaev (cinco tantos sin fallo al descanso) se fueron uniendo los extremos Ángel Fernández y Ferrán Solé, y Maqueda. Tan plácida era la sesión nocturna en Cracovia que Jordi Ribera le dio carrete a Pol Valera, que se había bajado del avión apenas unas horas antes en sustitución del lesionado Ian Tarrafeta y que se estrenó con dos asistencias, una de ellas por la espalda para Fernández.

Los muchachos de Ribera necesitaban una buena noche, sin pegas, aunque fuera ante un rival muy inferior, y eso quedó claro en la reanudación, a la que se llegó con una colgada de Cañellas para el 11-21. La amplia ventaja no aflojó la percusión de España, que siguió a pico y pala, más por ella misma, por sus propios asuntos pendientes, que por el resultado. En el fondo, Gonzalo Pérez de Vargas también quiso lo suyo con un buen puñado de intervenciones. Se acabó la hora de afinar. El miércoles es el tiempo de tocar.

Irán, 22 – España, 35

Irán: Siavoshishahenayati; Kiani (2), Oraei (2), Sadeghzadeh (1), Yadegaridehkordi (-), Kazemi (2) y Kouhzad (-) -equipo incial- Robat (ps), Heidarpour (4), Norouzinezhad (4), Kabirianjoo (1), Barbat (4), Heidari (-), Behnamnia (-), Samsami (-), Sadeghi (2).

España: Pérez de Vargas (1); Alex Dujshebaev (6), Dani Dujshebaev (2), Odriozola (3, 1p), Sánchez-Migallón (-), Casado (1) y Ángel Fernández (4) -equipo inicial- Corrales, Peciña (1), Maqueda (3), Solé (6, 2p), Figueras (1), Cañellas (3), Guardiola (2), Valera (-) y Dani Fernández (2).

Marcador cada cinco minutos: 2-3, 3-7, 5-10, 7-13, 9-17 y 11-21 (Descanso) 13-23, 10-25, 15-28, 17-29, 18-31 y 22-35 (Final).

Árbitros: Koo y Lee. Excluyeron por dos minutos a Yadegaridehkordi, Samsami (2), Kazemi, Sánchez-Migallón y Peciña.

Tauron Arena de Cracovia. 1.000 espectadores.