España saltó este lunes por la noche al pabellón Carolina Marín de Huelva ya con los deberes hechos. La victoria antes de Italia en su visita a Georgia (84-85) suponía la clasificación matemática del conjunto de Scariolo para el Mundial de 2023, y la selección refrendó el pasaporte con un triunfo ante Países Bajos (84-72) para reafirmarse como líder de su grupo en las ventanas. El combinado nacional defenderá el próximo verano, del 25 de agosto al 10 de septiembre en la cita que se celebrará en Filipinas, Indonesia y Japón, el título que conquistó en 2019, y al que sumó hace dos meses la corona europea. Los dos últimos encuentros que le quedan en esta fase clasificatoria, fuera contra Islandia y en casa ante Italia, serán otra prueba más de rodaje para un grupo que no deja de sumar meritorios a la causa.
Scariolo tiene tal confianza en sus peones que incluso afirma que no llamaría a los jugadores de la Euroliga aunque pudiera. Y los chicos responden sobre la pista. España partió con cuatro campeones de Europa de inicio (Jaime Fernández, Alberto Díaz, Joel Parra y Sebas Sáiz), más Miquel Salvó de alero. Enfrente, la colista del grupo, Países Bajos, derrotada en todos los encuentros. Ante un rival de menor tonelaje, y con la clasificación en el bolsillo, la noche en Huelva podía invitar a la relajación, pero estos encuentros son un buen examen para jugadores con hambre de ganarse un puesto. En el horizonte, un Mundial y unos Juegos. La competencia es cada vez mayor, pero también las oportunidades. Alberto Díaz y Joel Parra, dos de esas piezas nuevas convertidas hoy en habituales, dieron el primer estirón (14-7). La defensa daba de comer al ataque y Holanda comenzó pronto a jugar la baza del triple. Siete bingos en 11 minutos, cuatro de ellos sin fallo de Schaftenaar, devolvieron la igualdad e incluso concedieron alguna pequeña renta a los naranjas (28-30, 34-37).
La selección necesitaba volver al origen porque el encuentro que parecía más sencillo se había empinado. Dos aciertos desde el perímetro de Jaime Fernández, artillero ya contra Italia, dejaron las tablas antes del descanso (43-43). Eran muchos puntos recibidos por España ante una selección con menos recursos ofensivos que otros rivales.
El segundo tiempo comenzó con noticia, un triple fallado por Schaftenaar, mientras Joel Parra exhibía versatilidad y muñeca. También la selección entró en el concurso de triples y hasta acabó la cita con más intentos de tres (31; 13 dentro) que de dos (28; 16). Le costó despegarse a la selección (61-59, final del tercer cuarto) antes de entrar en otro de esos finales apretados sobre los que construyó el oro de Berlín. En el tramo decisivo, Santi Yusta elevó el voltaje y Brizuela cargó la mochila de puntos (16) con ese baloncesto descarado que sirve para hacer saltar por los aires el tablero de ajedrez. Un parcial de 7-0 en dos minutos lanzó a España hacia el triunfo y hacia el Mundial.
España: Alberto Díaz (8), Jaime Fernández (8), Salvó (3), Parra (10) y Sáiz (12) —quinteto inicial—; Yusta (10), Brizuela (16), Sima (4), Alonso (2), Núñez (-), Busquets (3) y Vila (8).
Países Bajos: Keye de Vries (12), Bouwknecht (5), Van Bree (8), Kuiper (2) y Kok (-) —quinteto inicial—; Van Eyck (2), Ververs (9), Boyd de Vries (3), Brandwijk (8), Schaftenaar (19) y Kuta (4).
Parciales: 21-21, 22-22, 18-16 y 23-13.
Árbitros: Glisic, Vulic y Jurcevic. Sin eliminados.
Palacio de Deportes Carolina Marín, Huelva. Unos 5.000 espectadores.
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