Solo 24 horas después de que Shakira lanzara su nuevo single con Bizarrap haciendo todo tipo referencias explícitas a su «supuesto reemplazo», Miley Cyrus sorprendía a sus fans con el lanzamiento de su último single Flowers. La canción, que es un aperitivo de su nuevo disco Endless Summer Vacation, se ha convertido en todo un himno al empoderamiento. En él, Cyrus cambia el rencor por el amor propio, y la sed de venganza por un gran homenaje a sí misma.
La de Tennessee le canta al arduo camino de salir adelante sin más herramientas que las de tener claro el objetivo de conseguir ser feliz sin que nadie más intervenga en el proceso. Con ella volvemos al 2023, tras el gran éxito de Shakira, que nos había transportado de nuevo a los clichés del amor romántico más tóxicos. A valores que creíamos ya superados.
«Me puedo comprar flores a mí misma,
puedo escribir mi nombre en la arena,
hablar conmigo misma durante horas
y ver cosas que tú no puedes entender
Me puedo llevar a mí misma a bailar
Incluso coger mi propia mano
Yeah, me puedo amar a mí mucho mejor de lo tú puedes»
Con esta letra, Miley Cyrus hace un alegato sobre encontrar la plenitud sin tener al lado una pareja. Una defensa sobre ser autosuficiente en el camino hacia la felicidad, sin que esta tenga que depender solo del amor romántico.
Flowers llega dos años después del anuncio del divorcio entre Miley Cyrus y el actor Liam Hemsworth, con el que estuvo casada solo año, pero con el que compartió una década de relación. La canción tiene claras referencias a esta historia de amor de la que se han escrito cientos de artículos y que siempre se identificó como problemática y muy pasional. Ambos se conocieron cuando eran muy jóvenes y se casaron el 23 de diciembre de 2018 en su casa de Nashville, ante la mirada de un grupo reducido de seres queridos. Durante los años que estuvieron juntos, Miley Cyrus confesó haber tenido problemas de ansiedad, depresión y adicción al alcohol. Además, aseguró que la tendencia de Liam Hemsworth a salir de fiesta y volver borracho y drogado no ayudaron a mantener la calma en casa.
Tras solo un año de matrimonio, Liam Hemsworth pidió el divorcio ante constantes rumores de crisis, celos y especulaciones sobre los supuestos exceso de control del actor sobre el estilo de vida de la cantante. En Flowers, Miley hace claras referencias a esta relación y al trágico episodio que vivió la pareja cuando su casa de Malibú fue destrozada por una ola de incendios que sacudió California en 2018. We were right ‘til we weren’t/Built a home and watched it burn (Estábamos bien hasta que ya no, construimos una casa para verla arder), canta Cyrus en la canción, donde también hay referencias a Bruno Mars, artista que firma una de las canciones que bailaron en su boda.
It’s been a heartbreaking few days. This is what’s left of my house. Love. Many people in Malibu and surrounding areas in California have lost their homes also and my heart goes out to everyone who was affected by these fires.
To help: https://t.co/YQCE1cLaej & @happyhippiefdn pic.twitter.com/vtLFytFmNw
— Liam Hemsworth (@LiamHemsworth) November 13, 2018
Pero, aunque las referencias a Liam están claras, la letra no gira en torno a él, sino que prefiere centrarse analizar cómo se ha repuesto ella. Como en esta columna de Leila Guerrero titulada Despechada, la artista parece tener clara la necesidad de pasar página. «Los secretos de aquellos a los que alguna vez llamé ‘mi amor’ están seguros. Y, si aún quedaban ganas de vengarse –no por lo que se había ido, sino por lo que ya no tendría nunca más– la mejor venganza fue la de siempre: el olvido», escribe la autora argentina a propósito de la canción de Shakira. Filosofía que Miley Cyrus ha seguido también al pie de la letra.
Los mensajes de empoderamiento en Flowers van más allá de la letra. Cyrus también utiliza la moda para expresar que se siente plena. Como se desgrana en este hilo de Twitter, comienza la canción vestida con una creación dorada de Saint Laurent del año 1992, el año que nació la cantante. Luego pasa a darse un baño en una piscina en ropa interior negra y a mostrar cómo ejercita su cuerpo en una clara metáfora de trabajar para sentirse más fuerte. Y acaba enfundada en un traje masculino, para hacer un baile catártico, que incluso se ha comparado con el del Joker. Un final perfecto para una historia de recuperación. La canción post-ruptura que sí necesitábamos.