Resulta difícil entender el motivo por el cual tres futbolistas profesionales, más dados a los bandazos que a los triunfos, se sincronizaron de pronto para enviar saludos a uno de los precandidatos del partido oficial a la presidencia: el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Resulta más difícil sacar en claro qué clase de beneficio podría recibir la “corcholata” en cuestión del apoyo implícito de una terna como la integrada por Giovani Dos Santos (aún no retirado oficialmente, pero sin equipo hace dos años), el exjugador y vigente comentarista Braulio Luna y el todavía activo pero siempre controversial Miguel Layún.
¿Las masas de votantes se pondrán del lado del funcionario porque sus ídolos deportivos lo aprecian? No parece muy realista asumirlo. ¿Será una mera casualidad? Dado que los tres hacen, en los mensajes que se difundieron, el mismo chiste, que forma parte de los eslóganes de López Hernández, es decir, jugar con el nombre “Augusto” y la expresión “estar a gusto”, no es creíble. El trío sostiene que se trata de una confusión, que ellos se limitaron a enviar felicitaciones de cumpleaños al secretario (quien, por cierto, nació un 24 de septiembre, muy lejos del día 20 de enero en que trascendieron los videos con los parabienes). Y Adán Augusto López, institucional, responde que agradece las palmaditas, pero “no son tiempos” de hacer pronunciamientos a su favor.
No, Dos Santos, Luna y Layún no son los primeros futbolistas mexicanos que se meten en el pantano de manifestar sus simpatías políticas. Sin ir demasiado lejos, podemos recordar a Francisco el “Kikín” Fonseca, que apoyó la candidatura presidencial de Felipe Calderón (o bueno: protagonizó un comercial televisivo en que lo afirmaba). O a Oribe Peralta, Marco Fabián y el técnico Miguel Herrera, quienes subieron a sus redes, durante vedas electorales, mensajes que no era difícil interpretar como un endoso al Partido Verde Ecologista de México, institución varias veces multada por tratar de sacarle la vuelta a la legislación electoral para promoverse en momento y espacios restringidos.
Lo curioso es que los mensajes de Peralta y Fabián se produjeron después de que ambos formaran parte destacada de la selección que conquistó el oro olímpico en Londres 2012. Y el de Herrera, cuando el “Piojo” estaba al frente del Tri mundialista. Por el contrario, Dos Santos, Layún y Luna se encuentran ya fuera de las canchas o en el crepúsculo de sus carreras.
Tampoco se trata de los primeros escándalos que protagoniza alguno de los integrantes del trío. Giovani ha sido captado “enfiestado” en diversas ocasiones desde los tiempos en que jugó con el Tottenham, en la Premier League, y hasta en las concentraciones de la selección nacional. También su relación con la cantante Belinda lo tuvo bajo los reflectores por motivos extradeportivos, incluida la difusión no autorizada de fotos privadas. Otro que fue captado en fiestas mientras se encontraba concentrado con el equipo mexicano fue Miguel Layún, aunque el jugador siempre defendió que lo hizo con permiso del equipo técnico y los dirigentes.
En cuanto al futbol, los mejores años de los tres quedaron atrás. Giovani fue una brillante promesa, que comenzó su carrera ni más ni menos que en el FC Barcelona y como campeón mundial sub-17. Pero su irregularidad lo fue hundiendo y desfiló por equipos europeos cada vez más modestos hasta caer a la MLS y luego al América. También en el equipo azulcrema tuvo sus mejores años Luna, canterano de los Pumas de la UNAM. Pero eso fue al inicio de este siglo. Se retiró en 2014, cuando llevaba ya dos años jugando en la Primera A. Layún, por su lado, jugador menos técnicamente dotado que los otros dos, ha sido muy discutido a lo largo de su carrera, pero ha conseguido ser campeón de la Liga MX en tres ocasiones (dos con América y una con Monterrey) y también levantó el título en Portugal, con el Oporto, club con el que disputó la Champions League. Aunque de eso hace ya casi cinco años, casi los mismos que lleva sin ser titular en la selección, de la que ha quedado al margen desde 2020.
Total: el secretario tendrá que traer al campo mejores fichajes si pretende captar votos con este método.
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