Lo tiene francamente difícil Aleix Espargaró Villà para proclamarse campeón del mundo de MotoGP, pero él no desiste. Este domingo, durante el GP de Malasia (09:00h, DAZN), el referente de Aprilia necesita quedar por delante de Pecco Bagnaia, líder del Mundial, para mantener opciones matemáticas al título en el último Gran Premio de la temporada en Valencia. Parte décimo en parrilla, justo por detrás del italiano de Ducati y por delante de Fabio Quartararo, duodécimo en una jornada de tensión y varias caídas para todos los candidatos. La de Sepang no es una carrera cualquiera para él, ya que su presencia en la parrilla le convierte en el sexto piloto de la historia que alcanza las 300 pruebas disputadas en el Mundial, el primer español de la lista después de superar este curso a Jorge Lorenzo (297) y Dani Pedrosa (296).
“Estar aquí es el sueño de todos los chavales a quienes les gustan las motos. Mantenerse aquí tantos años es muy difícil. He visto los nombres de los cinco que están por delante de mí y es increíble”, explica el de Granollers, en plenitud personal y deportiva a sus 33 años. Llegó al espectáculo ambulante de MotoGP con 15 años, pero supo aprovechar las oportunidades que le llegaron con cuentagotas para hacerse un hueco en la parrilla y consolidarse, con el paso de los años, en referente y amigo de muchos de sus compañeros de profesión.
Piloto | Total | 500cc / MotoGP | 250cc / Moto2 | 125cc / Moto3 |
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Valentino Rossi | 432 | 372 | 30 | 30 |
Andrea Dovizioso | 346 | 248 | 49 | 49 |
Loris Capirossi | 328 | 217 | 84 | 27 |
Simone Corsi | 319 | 0 | 224 | 95 |
Tom Lüthi | 318 | 18 | 233 | 67 |
Aleix Espargaró | 300 | 216 | 61 | 23 |
La temporada de Aleix ha sido, precisamente, la mejor de su trayectoria profesional. En el GP de Argentina, cuarta prueba del certamen y la número 200 para él en MotoGP, logró su primera y única victoria mundialista. Allí derramó lágrimas de alegría y recordó que no siempre fue fácil, que estuvo cerca de optar por la retirada en 2018. “Desde muy pequeño mi sueño fue esto, mi vida siempre estuvo ligada a MotoGP. Pero tenía muy claro que la prioridad era ser feliz. Y desde que nacieron mis hijos, lo que más me ha costado de mi trabajo es estar de viaje. Si tienes que estar lejos de ellos, tiene que valer la pena. Si no eres feliz, nada de eso tiene sentido”, recordaba en una entrevista con EL PAÍS.
Espargaró debutó en 2004 durante un GP de Valencia en 125cc justo después de proclamarse campeón de España en la misma categoría. En su decimonovena temporada rodando por el mundo, presume de su única victoria, nueve podios, cuatro poles y dos vueltas rápidas, pero mantiene la mejor clasificación de su vida. A 27 puntos del líder Bagnaia, y con el vigente campeón Quartararo de por medio, sabe que necesita un milagro, pero pretende buscarlo. “El objetivo es pararle los pies a Pecco, quiero alargar la resolución hasta Valencia”, avisa. A pesar de la presión añadida y la atención que ha conllevado sus aspiraciones de campeonato, él sigue mostrándose relajado y sonriente en todas sus interacciones. Dice ser la persona más feliz del mundo, y quienes le conocen explican que, gracias a su entorno, a su esposa
Laura y a los gemelos, Max y Mia, el piloto ha sabido encontrar el equilibrio en su vida. Antes de conocer a su mujer, volvía a casa tras una mala actuación y se hundía en la frustración; ahora vuelve y recarga energías con un entorno que le apoya incondicionalmente. Su hogar y las montañas de Andorra para ir en bici –”allí estás tú solo, no hay excusas” – son su refugio del ajetreo mundialista.
A pesar del revuelo generado, algo que no ha cambiado tampoco en Aleix es su franqueza. A lo largo del año ha reconocido sus errores, pero también ha apuntado los de su equipo: “Fui un poco crítico con nuestro rendimiento después de las últimas carreras y parece que para Aprilia fui demasiado duro. Es una crítica constructiva, podemos aprender de ello y mejorar para lograr el título, para estar al nivel de Pecco y Ducati”. En Malasia, los técnicos italianos llegaron al circuito algo molestos con un tipo al que, en realidad, aman. Él apostó por ellos cuando nadie quería pilotar para la marca, y ha puesto todo su empeño sobre el asfalto para pasar del fondo de la clasificación en 2017 a aspirar al título en cinco años. “Es nuestro capitán, ha traído hasta aquí a Aprilia. En un ejército hubiera sido por lo menos el coronel”, le elogia Massimo Rivola, el director deportivo de la marca de Noale. A pesar de las críticas vertidas, Espargaró sigue convencido: “Creo en este equipo y creo que el año que viene podemos volver a pelear por el título”.
Primero queda agotar todas las posibilidades este domingo, con los pretendientes muy atrás en una clasificación dominada por Jorge Martín, un marciano este sábado y primer piloto en bajar del 1.58 en el largo trazado malayo con su Ducati satélite. En primera fila le acompañarán Enea Bastianini y un Marc Márquez milagroso, capaz de aupar a una Honda que solo corre con él encima. Para proclamarse campeón en Sepang, Bagnaia necesita remontar y sacarle 11 puntos a Quartararo, además de no ceder más de dos con Espargaró.
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