El argentino Diego Barría, de 32 años, se encontraba desaparecido desde el sábado 18 de febrero. El cuatriciclo que conducía fue hallado destruido en una playa de la provincia patagónica de Chubut, pero los rastrillajes en los alrededores no dieron ninguna pista sobre su paradero. La resolución del caso llegó ocho días después de la mano de dos pescadores, que este domingo llevaron a la policía restos humanos localizados en el interior de un pequeño tiburón que habían capturado. Un tatuaje reconocido por la familia permitió identificar a Barría y la justicia trabaja ahora para intentar esclarecer lo ocurrido.
Barría, padre de tres hijos, fue visto por última vez poco antes de la medianoche del 18, cuando regresaba a su casa de campo en cuatriciclo. En el camino había parado a saludar a unos amigos pescadores y avisó a su mujer de que estaba un poco retrasado. Sin embargo, esa noche no volvió y a la siguiente tampoco. Tampoco contestó ningún mensaje ni llamada telefónica. Ante la falta de noticias, sus familiares decidieron ir a la policía a denunciar la desaparición.
Los agentes comenzaron a rastrillar la zona donde se le perdió el rastro y tras 40 horas de búsqueda localizaron su cuatriciclo destruido y un poco más lejos el casco abollado y partido en dos por la parte inferior. El cuerpo de Barría, sin embargo, se había desvanecido. “Dale gordito!!!!! Ya no damos más. Aparece por favor. Estoy fuerte por los nenes pero nose hasta cuándo.. no seas rebelde, danos una señal!!!”, había escrito en las redes sociales su esposa, Virginia Brugger, un par de días antes antes de recibir la llamada que le avisó del hallazgo.
Según el relato difundido de los pescadores, el domingo capturaron tres cazones, una especie de tiburón de cerca de 1,50 metros, en las aguas frente a Caleta Olivia. Cuando abrieron al animal para retirar las vísceras hallaron piel, grasa y carne humana. Los restos correspondían a un antebrazo y aún era reconocible el tatuaje de una rosa verde y roja. Ese detalle permitió que su familia lo identificase, aunque la policía ha anticipado que se realizará una prueba de ADN. “Nosotros y la fiscalía necesitamos realizarlo en forma científica”, declaró a medios locales el comisario Cristian Ansaldo.
Ansaldo detalló que trabajan con buzos en el mar y con perros por tierra para continuar la búsqueda de más restos. El objetivo es también encontrar pistas para averiguar por qué Barría entró al agua y cómo es posible que fuese devorado por un tiburón.
“Una de las hipótesis más firmes es que haya chocado con una roca y el cuerpo se lo haya llevado el mar, pero vamos a manejar todas las hipótesis con las evidencias encontradas en el lugar”,señaló el comisario. “Ese día hubo marejada, se concurrió con peritos al lugar, y se analizará el vehículo para establecer cómo fue el accidente, porque el vehículo fue encontrado más hacia la costa pero pudo haber sido movido por el oleaje”, agregó.
“Mi corazón se fue con vos! Te amo para siempre”, lo despidió su esposa en las redes.
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