“He necesitado tiempo para digerir este shock”. Esas son las palabras con las que la actriz Hiba Abouk (Madrid, 35 años) explica el silencio que ha guardado durante un mes desde que, el pasado 27 de febrero, la Fiscalía de la ciudad francesa de Nanterre abriera una investigación contra su marido, el futbolista del Paris Saint-Germain Achraf Hakimi, de 24 años, tras recibir una denuncia de violación por parte de una mujer de su misma edad. Pocos días después llegaba una imputación oficial por parte de la misma Fiscalía. A lo largo de este mes no solo Hakimi ha permanecido en silencio, sino también su entorno. Sus padres y hermanos, residentes en Getafe (Madrid), no han pronunciado palabra sobre él. Pero la atención ha recaído especialmente sobre la actriz madrileña de origen tunecino-libio, su esposa desde el verano de 2019 y madre de sus dos hijos, Amin, de tres años, y Naím, de 13 meses. Durante estas semanas, Abouk ha permanecido callada. Hasta ahora.
Este lunes, la intérprete ha roto su silencio a través de un comunicado al que ha tenido acceso EL PAÍS, y que ella misma ha publicado más tarde en unos stories en su cuenta de Instagram. De esta manera, ha querido manifestar su “estado de ánimo” y “aclarar en primera persona las informaciones erróneas que circulan”, afirma. La protagonista de la serie El príncipe reconoce que “en determinados temas o asuntos delicados el silencio puede favorecer”, pero que, pasado un mes desde el suceso que ha puesto patas arriba su vida y la de sus dos hijos (a quienes busca proteger, por encima de todo), sentía una “necesidad perentoria” de explicarse, también por retomar su “vida personal, pública y profesional de la manera menos perjudicial y traumática posible”. Durante estas semanas la actriz se ha refugiado en sus amigos y ha vivido a caballo entre París (donde residía) y Madrid (donde se encontraba cuando saltó la noticia).
En su escrito, Abouk afirma que ha roto su relación con Hakimi, pero que esta decisión no está provocada por los recientes acontecimientos, sino que es anterior a la imputación del futbolista: “Mucho antes de los hechos acontecidos en los que me he visto involucrada mediáticamente y de los cuales soy totalmente ajena”. Además, la intérprete habla del total desconocimiento de esos hechos y del duro golpe que estos han supuesto, más aún al hallarse inmersa en un proceso de separación tras cinco años de relación, casi tres de matrimonio y dos hijos pequeños en común. “Después de tomar la decisión de separarnos legalmente y dejar de convivir, a la espera de los trámites de divorcio, quién iba a imaginar que además de enfrentarme al consabido dolor que acarrea una separación, y aceptar el duelo que conlleva el fracaso de un proyecto familiar al que me había entregado en cuerpo y alma, tendría que enfrentarme a esta ignominia”, escribe.
Destaca especialmente el posicionamiento de Abouk sobre la acusación del futbolista. Aunque afirma que “queda confiar en el buen hacer de la justicia”, especialmente “dada la gravedad de la acusación”, y aclara: “Huelga recalcar que en mi vida siempre he estado y estaré del lado de las víctimas”. Desde los inicios de su carrera, la actriz ha sido una constante activista en pro de los derechos humanos y por los refugiados. Sus padres, de origen tunecino y libio, llegaron a España en 1975 y ella ha afirmado que gracias a la acogida que se les dio entonces en el país tanto a ellos como, posteriormente, a ella, han podido desarrollar sus carreras. Pero también reconoce lo sufrido, como que le recomendaron incluso cambiarse el nombre, aseguró en una entrevista con este periódico.
En su comunicado, acaba con una petición para que se respete su intimidad y, especialmente, la de sus dos hijos menores, dadas las “delicadas circunstancias”, y también da las gracias a todos aquellos que le han “mostrado su apoyo, cariño y respeto”.
El futbolista, estrella de la selección de fútbol de Marruecos, y la actriz se conocieron a mediados de 2018, y pronto su relación saltó a los medios de comunicación al filtrarse unas fotos juntos en Maldivas. En febrero de 2020, la intérprete dio a luz a su primer hijo, y poco después contó que se habían casado unos meses antes. Dos años y un día después nació el segundo de los niños. Ella vivía a caballo entre Madrid y París, donde residía Hakimi tras pasar por el Real Madrid, equipo en el que el lateral fue canterano, y que lo envió primero al Borussia Dortmund para después marcharse al Inter de Milan tras ser vendido por 45 millones de euros. La pareja se había convertido en protagonista de la crónica social y en destacados representantes del éxito de la segunda generación de inmigrantes magrebíes, acumulando contratos profesionales y portadas de revistas.
Hakimi está a la espera de ser juzgado. En marzo, su abogada afirmó a este diario que la imputación le ofrecía la posibilidad de defenderse y de acceder a los detalles del caso. Aseguraba, además, de que todo es un intento de extorsión, y desmentía las acusaciones por las que una mujer asegura que la estrella deportiva —a la que conoció en verano a través de Instagram— acudió a su casa a mediados de febrero en un vehículo Uber pagado por Hakimi. Una vez allí, según el diario Le Parisien, que adelantó la historia, él “le levantó la ropa, le besó los pechos pese a que ella protestaba, y ella afirma igualmente que el deportista cometió una penetración con los dedos pese a las protestas de ella”. Ella le mandó un mensaje a una amiga para que la recogiera y un día después acudió a una comisaría, aunque no quiso presentar una denuncia, hasta que poco después la Fiscalía francesa decidió abrir una investigación por su cuenta.
La carta íntegra de Hiba Abouk
Hoy me siento en el deber de hacer público este comunicado para manifestar mi estado de ánimo y aclarar en primera persona las informaciones erróneas que circulan. Y aun cuando en determinados temas o asuntos delicados el silencio puede favorecer, tengo la necesidad perentoria de explicarme, para así poder retomar mi vida personal, pública y profesional de la manera menos perjudicial y traumática posible, protegiendo por encima de todo a mis hijos que son, como no puede ser de otra manera, mi absoluta prioridad.
La realidad es que hacía ya un tiempo que, después de meditarlo mucho, el padre de mis hijos y yo tomamos la decisión de poner término a nuestra relación de pareja, mucho antes de los hechos acontecidos en los que me he visto involucrada mediáticamente y de los cuales soy totalmente ajena. Después de tomar la decisión de separarnos legalmente y dejar de convivir, a la espera de los trámites de divorcio, quién iba a imaginar que además de enfrentarme al consabido dolor que acarrea una separación, y aceptar el duelo que conlleva el fracaso de un proyecto familiar al que me había entregado en cuerpo y alma, tendría que enfrentarme a esta ignominia. He necesitado tiempo para digerir este shock.
Huelga recalcar que en mi vida siempre he estado y estaré del lado de las víctimas, por lo tanto, dada la gravedad de la acusación, solo nos queda confiar en el buen hacer de la justicia.
Os ruego que respetéis mi intimidad y la de mis hijos en estas delicadas circunstancias.
Gracias a todas las personas que me han mostrado su apoyo, cariño y respeto.