Después de 24 horas, las autoridades han detenido a Christopher Gerardo, el presunto feminicida de su pareja, Alondra Franco Tinoco, y su suegra, Liliana Tinoco Tovar, al interior de la Fiscalía de Poncitlán, en Jalisco. Así lo ha confirmado el gobernador Enrique Alfaro este miércoles, que ha agradecido su colaboración a la Fiscalía de Nayarit. “Ya está detenido. Esta mañana les dije que no descansaríamos hasta encontrar y llevar ante la justicia al presunto feminicida de Liliana y Alondra, asesinadas cobardemente en el Ministerio Público de Poncitlán, cuando fueron a denunciar a su agresor”, ha escrito el mandatario, que ha asegurado que va a caer sobre él “todo el peso de la ley”. Todavía no han trascendido el lugar y la forma del arresto.
El martes un nuevo crimen machista conmocionó a un país en el que matan a 10 mujeres al día. Alondra, de 21 años, acudió acompañada de su madre para denunciar a su pareja, con quien tenía dos hijos, por violencia de género. La joven sufría maltrato desde hacía años, según explicó su padre Saúl Franco. “Ya habían sido muchas veces, yo me la llevaba a la casa, y este hombre la tenía muy amenazada, con hacernos algo a mí o a mi hijo, por eso mi hija no hacía nada. Pues todo el tiempo vivimos muy preocupados por ella, todo el tiempo vivimos con angustia”, explicó tras conocer lo ocurrido.
Ayer cumplió sus amenazas. El agresor las siguió cuando las dos mujeres entraron en la delegación que el ministerio público tiene en Poncitlán, a una hora de Guadalajara, la capital. Dejó abandonado su vehículo en mitad de la calle y se metió al edificio justo después de ellas.
El fiscal del Estado Luis Joaquín Méndez explicó que el hombre “amagó” a los funcionarios y disparó contra ellas. “Fue tan rápida la agresión que no se lo pudo neutralizar”, se excusó el funcionario, que añadió que en esos momentos no había agentes armados en la Fiscalía, porque se encontraban haciendo “investigación de campo”.
Liliana, de 45 años, “quedó sin vida al fondo de la agencia” al instante, y Liliana resultó gravemente herida. Aunque fue trasladada de urgencia al hospital de Ocotlán, los médicos no pudieron hacer nada para salvarla. Según reportan medios locales, Gerardo se llevó a uno de sus hijos, que fue recuperado de casa de su abuela paterna.
Saúl Franco ha recordado lo último que le dijo su hija Alondra antes de lanzarse a denunciar: “Papá, quiero ya salirme de aquí”, y ha apuntado que el agresor podía tener otra mujer en la misma casa donde vivía con ella puesto que a ella no le dejaba bajar a la planta de abajo. El crimen ha despertado la indignación del pueblo por la desprotección que sufrieron las mujeres en un edificio de las autoridades. El alcalde de Poncitlán, Arturo Israel Ascencio, ha afirmado que el Gobierno municipal va a ofrecer un “apoyo económico permanente” a los dos hijos de Alondra.
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