Junts intenta frenar el debate sobre el futuro de Borràs hasta después de las municipales pese a las discrepancias internas | Cataluña

El portavoz de Junts, Josep Rius, en la rueda de prensa de este lunes.
El portavoz de Junts, Josep Rius, en la rueda de prensa de este lunes.EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)

Las elecciones municipales de mayo están a la vuelta de la esquina y Junts per Catalunya, el partido que preside Laura Borràs, ha intentado este lunes sacar pecho de que en su debut en estos comicios lleva de momento más de 600 candidaturas cerradas. Tanto detalle contrasta, sin embargo, con las evasivas cuando se les pregunta sobre el verdadero elefante en la habitación para esta cita: el efecto que pueda tener la condena por delitos relacionados por la corrupción de su presidenta, Laura Borràs. “No dejaremos que esta arbitrariedad de una parte de la justicia española marque nuestra vida política”, ha dicho el portavoz Josep Rius, recordando las palabras de la semana pasada de Jordi Turull, número dos del partido.

Hasta ahora, solo voces influyentes, sin atadura orgánica, habían cuestionado la resistencia de Borràs a dejar el cargo como método de defensa. El expresidente Artur Mas y el candidato por Barcelona, Xavier Trias, habían dejado entrever su desacuerdo con prolongar la situación de interinidad del Parlament. Borràs está suspendida como presidenta de la cámara, pero la presidencia sigue formalmente vacante. Hace un par de semanas, desde el ala borrasista del partido, la secretaria de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula, dejó claro que el debate estaba vivo, al sugerir que renunciar a la presidencia era una opción, como protesta. Tras conocerse la sentencia, el pasado jueves, el expresident Quim Torra se refirió a la posibilidad de dejar el escaño vacante. Quien ha acabado con la veda ha sido la presidenta de la comisión de garantías de la formación, Magda Oranich, quien dijo en RNE el pasado viernes: “Si fuera yo, dimitiría del Parlament por dignidad”, tras poner en duda el argumento de que solo se le persiga por su orientación política y recalcando las irregularidades en la concesión de contratos entre 2013 y 2017, cuando Borràs dirigía la Institució de les Lletres Catalanes.

Las palabras de Oranich han sentado mal no solo en el sector de Borràs. También en el entorno del secretario general, Jordi Turull, pues creen que aunque habrá que abordar el futuro de la presidenta, generar ese tipo de ruido interno y hacerlo ante el público puede pasarles factura electoral al dar la imagen de formación envuelta solo en sus problemas entre sensibilidades. Otras voces, aunque más discretas, defienden la necesidad de proponer otro nombre de Junts para mantener bajo su influencia la presidencia del Parlament. Estos sectores incluso hacen circular un nombre, el de la hasta ahora alcaldesa de Vic, Anna Erra, que dejará el puesto en junio.

Borràs no ha parado de hacer campaña en estos últimos días por el territorio, algo que adereza con su tour mediático para intentar limpiar su imagen y en donde dice que realmente lo que le importa es sentir “el apoyo de la gente”. Otros candidatos como Trias, cuyo resultado es clave para el futuro de Junts, la siguen mirando de reojo y muestran el mínimo apoyo necesario a la presidenta, sin fotos y mensajes en redes tibios, como máximo.

Rius se ha negado a explicar cuál pueda ser el impacto para los resultados de la campaña en la que aspiran a llegar a más de 800 candidaturas y ha insistido en que el proceso contra Borràs ha estado “lleno de irregularidades desde el inicio hasta el final”, y que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a 4,5 años de prisión y 13 de inhabilitación está llena de “tintes políticos”. También ha dicho que en la reunión de este lunes no se han abordado las declaraciones de Oranich, dando a entender que se han reconducido las tensiones internas para, al menos, aparcar el debate a después de las elecciones.

La fortaleza de ese dique defendido por Turull y su entorno está por verse. Por un lado, porque Borràs querrá aprovechar la gira territorial de las elecciones para seguir en su campaña de lavado de imagen y esto puede no sentar bien en candidatos como Trias. El tira y afloja en ese sentido ya anticipa nuevos roces. Por otro lado está la presión de la oposición en el Parlament y el hecho de Ciudadanos ya haya pedido a la Junta Electoral que le retire el escaño definitivamente a la presidenta suspendida. El líder del PSC, Salvador Illa, ha anunciado este lunes que su grupo ha registrado una proposición de ley para modificar el reglamento de la Cámara y así incluir un mecanismo de cese de los miembros de la Mesa.

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Illa ha explicado que la normativa “busca colaborar para restituir la dignidad de las instituciones” y ha llamado a los grupos de la Cámara a avenirse a su rápida aprobación antes de que termine el mes. “No se puede poner las instituciones al servicio de nadie”, ha dicho. ERC aún no se ha pronunciado sobre esta reforma, pero su portavoz Marta Vilalta ha marcado distancias. “Lamentamos que Junts no haya acabado con la corrupción. Han podido cambiar las siglas, pero no han cambiado las formas”, ha lamentado la republicana. “Es su responsabilidad actuar para proteger al independentismo y que no quede manchado de sombras de corrupción”, ha asegurado.

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