“¡Qué bien sienta estar en casa!”. Con esas palabras en un post de Instagram ha roto su silencio la jugadora de baloncesto estadounidense Brittney Griner tras su liberación en un intercambio de presos con Rusia la semana pasada. En su primer mensaje, Griner da las gracias al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por su liberación, promete que intentará ayuda a la excarcelación de Paul Whelan (otro preso estadounidense en Rusia que quedó fuera del intercambio) y asegura que volverá a jugar en la liga profesional femenina de baloncesto la próxima temporada.
La deportista fue trasladada al hospital de una base militar en San Antonio (Texas) tras su liberación, pero asegura que ya está en “casa”, aunque sin precisar si se refiere a su país o a su hogar, y que planea pasar las vacaciones navideñas con su familia. “Los últimos 10 meses [el tiempo que ha estado presa] han sido una batalla a cada paso”, afirma en su mensaje, que incluye una fotografía al bajar del avión en San Antonio y otra abrazando a su mujer.
La baloncestista de 32 años fue detenida en el aeropuerto de Sheremétievo, a las afueras de Moscú, el 17 de febrero, por posesión de unos cartuchos con aceite de marihuana, y después condenada a ocho años de cárcel (la pena se redujo un año tras apelar). Tras meses de negociaciones, fue intercambiada la semana pasada por el traficante de armas ruso Viktor Bout en el aeropuerto de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Como parte del intercambio, Washington quería que Rusia liberase también al exmilitar Paul Whelan, también encarcelado en Rusia y condenado a 16 años de cárcel por supuesto espionaje, pero Moscú no accedió. Griner ha tenido palabras para él también en su primer mensaje. Tras dar las gracias a Biden, dice: “Sé que se ha comprometido a traer a Paul Whelan y a todos los estadounidenses a casa también. Utilizaré mi plataforma para hacer todo lo que pueda para ayudarle”.
Ganadora de dos medallas de oro olímpicas, Griner se convirtió en la estrella de los Phoenix Mercury desde que se incorporó al equipo en 2013. Desde 2018 jugaba también en el UMMC Ekaterinburg de la primera división rusa, aprovechando el parón de las temporadas de la WNBA, la liga profesional estadounidense femenina. Su mensaje concluye anunciando su vuelta a las canchas: “Quiero dejar una cosa muy clara: tengo la intención de jugar al baloncesto para el Phoenix Mercury de la WNBA esta temporada, y al hacerlo, espero poder decir ‘gracias’ pronto en persona a aquellos de ustedes que abogaron, escribieron y publicaron en mi favor”.
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