Erica Herman ha demandado su expareja, la estrella golf Tiger Woods, por 30 millones de dólares (algo más de 28 millones de euros, al cambio actual). La razón es la mansión que ambos compartieron durante parte de sus cinco años de noviazgo, propiedad del golfista, situada en Jupiter Island, una de las zonas más exclusivas de Florida, y en la que ella se quedó viviendo tras la ruptura. Según Herman, en octubre de 2022 llegaron a un “acuerdo verbal” por el que Woods le dio el derecho a quedarse en esa residencia durante “un cierto periodo de tiempo” que se limitó en cinco años, el tiempo que Herman y Woods estuvieron juntos. Herman también ha declarado que parte del acuerdo implicaba que los gastos derivados de la vivienda serían “pagados en su totalidad” por Jupiter Island Irrevocable Homestead Trust, la entidad legal propietaria de la casa de Woods en Florida.
La demanda de Herman alega que los agentes de Woods la engañaron para que abandonara la mansión el año pasado, diciéndole que se preparara para unas vacaciones. “Mediante engaños, los agentes del demandado [Woods] convencieron a la demandante [Herman] de hacer una maleta para unas vacaciones cortas y, cuando llegó al aeropuerto, le dijeron que la habían dejado fuera de su residencia”, dice el expediente judicial. Herman ha interpuesto la demanda contra el fideicomiso de Woods, que es el titular de la vivienda, y reclama 30 millones de dólares que, según ella, es el “valor razonable del alquiler” durante los años que se le habría prometido que podría seguir viviendo allí.
La noticia de la reclamación sobre la vivienda sale a la luz pocos días después de que Erica Herman presentase otra demanda para ser liberada de un acuerdo de confidencialidad que la superestrella del golf le hizo firmar al comienzo de su relación en 2017, según informaron el pasado miércoles 8 de marzo diversos medios. Según los registros judiciales a los que ha tenido acceso la agencia de noticias AFP, los abogados de Herman argumentan que el acuerdo de confidencialidad que se le pidió que firmara es “inválido e inaplicable” según la legislación federal estadounidense conocida como Speak Out Act. La ley, que entró en vigor el año pasado a raíz del movimiento MeToo, hace que los acuerdos de confidencialidad no se puedan hacer cumplir en casos de agresión y acoso sexual. Las presentaciones del caso de Herman no entran en más detalles y no hay acusaciones específicas contra Woods, pero en respuesta a una pregunta en el expediente judicial que dice “¿Este caso implica acusaciones de abuso sexual?”, los abogados de Herman marcaron la casilla con un “Sí”.
La documentación aportada sí expone que la pareja “mantuvo una larga relación” tanto profesional como personal, pero que Herman “no está segura de qué informaciones sobre su propia vida puede discutir o con quién”, incluyendo sus “propias experiencias” y “experiencias de sus familiares” durante el tiempo que fue pareja del golfista.
Woods, de 46 años, y Herman (cuya edad se desconoce, pero que los medios estadounidenses calculan entre 34 años, unos, y 44, otros) fueron vistos juntos por primera vez en la Presidents Cup de Nueva Jersey en septiembre de 2017. Fue en ese torneo, en el que el golfista se desempeñó como capitán asistente del equipo de Estados Unidos, donde Herman lució la credencial reservada para las novias y esposas de los jugadores. Desde entonces, la pareja se dejó ver en otras competiciones, y ella estuvo a su lado cuando Woods se hizo con la victoria del Masters de Augusta, en abril de 2019.
Herman trabajaba de gerente en el restaurante que abrió el deportista en Florida, The Woods Jupiter, y fue a raíz de esta conexión como ambos se conocieron. Su tiempo en el restaurante no estuvo exento de polémicas. La entonces responsable del local y el propietario fueron acusados de homicidio culposo en 2019 por los padres de un camarero, quien supuestamente abusó del alcohol en sus horas de trabajo y acabó falleciendo en un accidente. El caso contra Woods y Herman finalmente se archivó.
La presencia de Herman en la vida del golfista llegó en un muy buen momento de su trayectoria deportiva, por lo que muchos señalaron a la joven como una influencia positiva en la vida de Woods. La pareja convivía en la mansión que Tiger Woods en Florida, junto a Sam y Charlie, los dos hijos que el deportista tuvo con su exesposa, la modelo sueca Elin Nordegren, de quien se divorció a mediados de 2010 tras seis años de relación.
