La marea humana que durante nueve días llenó los pasillos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha dejado una sensación de alivio entre los organizadores. Las estadísticas muestran que el mayor encuentro literario y editorial de habla hispana recupera fuerza tras el duro golpe de la pandemia de covid-19. Este año, según los datos oficiales, visitaron la FIL 806.000 personas, una estadística mucho mayor que la del año pasado, cuando solo asistieron 251.000 visitantes debido a las restricciones impuestas por la covid. El dato, sin embargo, es algo inferior al de 2019, cuando la feria recibió a 828.266 visitantes. “Podemos asegurar que esta edición ha sido un éxito. Hemos regresado a la normalidad”, ha afirmado la mañana de este domingo Raúl Padilla, presidente de la feria. “Estas estadísticas son una muestra de la recuperación del sector editorial”, ha asegurado.
La pandemia también había dejado en números rojos las cuentas de la FIL. Padilla ha informado que en 2020, cuando la feria se llevó a cabo de forma virtual, registraron un déficit de 26 millones de pesos, lo que los llevó a reducir gastos, aunque, ha afirmado, decidieron no hacer despidos. La feria sigue cargando ahora un déficit de 16 millones, pero Padilla se mostró contento con los ingresos de este año, que superaron los 101 millones de pesos, aunque la cifra sigue siendo inferior a 2019, cuando registraron entradas por 125 millones. “Esperamos sanear las cuentas con la edición del próximo año”, ha dicho el director de la FIL.
Estos montos no incluyen las ventas de libros de las editoriales durante los nueve días de la feria, un dato que las autoridades de la FIL no entregan. “Cuando me preguntan cuántos libros se venden respondo que es un dato que no tenemos, porque los negocios se cierran en la FIL, pero continúan durante todo el año”, ha explicado Marisol Schulz, directora general del evento, que ha mencionado como ejemplo la participación de 200 libreros de Estados Unidos que han llegado a cerrar acuerdos de compra de libros a la FIL de Guadalajara.
Las estadísticas también son positivas en cuanto a la participación de la industria editorial, al punto de que esta trigesimosexta edición superó las estadísticas de 2019. Los organizadores han informado que este año participaron 2.417 editoriales de 49 países, mientras que el año pasado fueron 1.223 casas editoras. La cifra de 2019, previa a la pandemia, es de 2.173. Y de la mano de las editoriales llegaron a Guadalajara 775 escritores de 45 países. “Ha sido una energía desbordante, un éxito”, ha afirmado Schulz.
La FIL se mantuvo así como la gran fiesta del libro en español y dejó atrás los cubrebocas, los controles de temperatura, el gel antibacterial y los rociadores de desinfectante que habían marcado la edición anterior. Entre los invitados de este año estuvieron las españolas Irene Vallejo, que fue recibida como una estrella de rock por los lectores, o Elvira Sastre, que suscitó filas eternas; el poeta sirio Adonis, que se manifestó “completamente con la lucha de las iraníes por su liberación”; Sergio Ramírez y Gioconda Belli, escritores del exilio nicaragüense; la artista y poeta chilena Cecilia Vicuña y rostros infaltables de la FIL como Rosa Montero o Leonardo Padura. Además, los premiados: Mircea Cărtărescu obtuvo el Premio FIL de Literatura y Daniela Tarazona el Sor Juana Inés de la Cruz. Hubo, también, actividades gastronómicas, teatrales y musicales. Así ha sido la edición número 36 de la feria:
El momento de las narradoras y las nuevas voces de la FIL
Melanie Jösch, directora editorial en Chile de Penguin Random House, dijo durante la feria que en Latinoamérica “hay un gran momento para la literatura escrita por mujeres”. “Hay un descubrimiento, y también hay una gran escritura”, señaló. Allí están los ejemplos de Marina Enríquez, Fernanda Trías, Cristina Rivera Garza, Fernanda Melchor, Nona Fernández… Pero también los de las voces que asoman en el panorama literario con fuerza, como la de Aura García-Junco, que presentó en la FIL su novela Mar de piedra, o Sue Zurita, que es parte del club de jóvenes escritoras que empezaron a publicar en internet y fueron fichadas por las grandes editoriales –un caso similar es el de la mallorquina Joana Marcús, que triunfó, antes que nada, en Wattpad–. La atención que suscitan las escritoras sirve para explicar, en buena parte, el creciente interés por la literatura latinoamericana en España, donde una nueva generación de escritores se abre paso. Al bum de las narradoras se suma la presencia en Madrid o Barcelona de pequeños sellos mexicanos y argentinos que han abierto nuevos espacios en el mercado literario español y la apuesta, también, de las multinacionales.
Una FIL marcada por las protestas
La feria arrancó con protestas en la puerta. Cientos de manifestantes bloquearon el ingreso principal al evento el primer día para apoyar al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que está enemistado con el presidente de la feria, Raúl Padilla. En el interior del recinto, en cambio, se oían vítores de apoyo a los organizadores del encuentro literario: “¡No estás solo!”. El reclamo por la indiferencia de las autoridades ante los asesinatos de mujeres llegó también a los pasillos de la mayor feria del libro en español. Lorena Gutiérrez, la madre de dos víctimas de violencia, se hizo oír para reclamar al Estado por el feminicidio de su hija Fátima, de 12 años, y el asesinato de su hijo Daniel Emilio. También se manifestaron en el interior del recinto víctimas de violencia vicaria, es decir, la que ejerce un progenitor contra sus hijos para dañar a la madre. “30 días sin mi hijo”, se leía en una de las pancartas escritas con aerosol morado.
Libros y balones
Los nueve días de la feria transcurrieron mientras en Qatar se jugaba la Copa del Mundo de fútbol, que termina el 18 de diciembre. El acto inaugural de la FIL, en el que se entregó el Premio de Literatura en Lenguas Romances al escritor rumano Mircea Cărtărescu, tuvo como rival más duro el partido entre México y Argentina. Las editoriales aprovecharon el tirón del Mundial para mostrar en sus puestos novedades futboleras. La editorial Elefanta presentó Gol sostenido, una colección de 50 textos escritos por plumas provenientes del mundo de la música. De fútbol somos es un libro de la editorial Cal y arena sobre el paso de México por los mundiales. Planeta lanzó El mundial de Trino, un cómic sobre cómo las redes sociales y la pandemia han cambiado la manera de ver fútbol, y Mitos y leyendas de los mundiales, en el que el ilustrador Alberto Montt y el periodista Alejandro Varsky entregan su propia versión de la historia de las Copas del Mundo. Penguin Random House, además, trajo a la feria Genios de Qatar. De niños a cracks, de Alberto Lati.
El pabellón de Sharjah
Un hombre toma de la mano a un joven para guiarlo hasta una serie de textos que con caligrafía árabe adornan el pabellón de Sharjah en la Feria Internacional del Libro. “Mira”, le dice al señalar uno de los símbolos de la caligrafía árabe. “Ese es el equivalente a nuestra q”. El muchacho, deslumbrado, seguía la explicación, mientras que a un lado un grupo de artistas pintaba en cartulinas los nombres en árabe de las personas que durante horas se formaron para llevarse tan bello recuerdo. Sharjah fue el invitado de honor de este año de la FIL y durante los nueve días del evento recibieron a más de 450.000 visitantes, según las estadísticas de la feria, que pudieron sumergirse en su cultura gracias a las 27 actividades organizadas en el pabellón, incluidas presentaciones de libros de la literatura árabe, mesas de discusión, bailes tradicionales y conciertos. También la proyección de una película histórica escrita por el sultán Muhammad al-Qasimi. “Los libros y la cultura ayudan a fomentar las relaciones más sólidas”, ha celebrado el domingo Khoula Al Mjaini, directora de Ferias y Festivales de la Autoridad del Libro de Sharjah.
Adiós, Sharjah; hola, Unión Europea
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara anunció en 2019 que el invitado de honor en 2020 sería Sharjah, una monarquía hereditaria de rasgos totalitarios que alberga el mayor encuentro editorial del mundo árabe. Pero la pandemia atrasó los planes hasta 2022. Ahora llega el turno de la Unión Europea. Los organizadores del evento señalaron durante el anuncio, en octubre, que los Veintisiete tendrán un “gran despliegue literario y cultural”. El periodista de EL PAÍS Javier Rodríguez Marcos señalaba hace unos días que queda “un año para averiguar si existe la literatura europea, con 27 países y una miríada de lenguas oficiales”. De las 36 ediciones que lleva la FIL, nueve territorios europeos han sido invitados de honor: España (2000), la cultura catalana (2004), Andalucía (2006), Italia (2008), Castilla y León (2010), Alemania (2011), Madrid (2017) y Portugal (2018) –también Reino Unido, antes del Brexit, en 2015–.
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