El conductor del taxi del que se lanzó Lidia Gabriela, por el miedo de estar siendo secuestrada, sigue en libertad. El pasado sábado, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad de Ciudad de México, anunció la detención de dos hombres relacionados con la muerte de la joven. Uno de ellos era supuestamente Fernando ‘N’, el conductor del vehículo desde el que se arrojó Lidia. Sin embargo, la Fiscalía de Ciudad de México ha admitido este lunes que el arrestado fue en realidad su hermano, llamado Federico. Los dos hombres son muy parecidos físicamente y los agentes se confundieron de persona, según ha contado una fuente de la familia a EL PAÍS.
El 1 de noviembre a las 17.00 horas, Lidia Gabriela Gómez, de 23 años, tomó un taxi en la colonia Las Peñas de Iztapalapa, al sur de la capital. La joven empezó a preocuparse nada más montarse en el vehículo. Le comunicó a su novio que el conductor había tomado otra ruta y que le quería cobrar de más. Al llegar al metro Constitución, donde ella debía bajarse, el taxista, identificado ahora como Fernando ‘N’, en vez de detenerse aceleró y se metió por la vía de alta velocidad. En ese momento la joven empezó a gritar y pedir ayuda por la ventanilla. A unos metros de la estación, y al ver que nadie podía ayudarla, se lanzó del vehículo en movimiento. Falleció al instante.
El pasado jueves, la Fiscalía de Ciudad de México anunció que la muerte se iba a investigar bajo el protocolo de femenicidio. Y solo un par de días más tarde anunciaban los dos primeros arrestos. El hombre fue detenido en el estacionamiento de una “tienda de autoservicio” de la alcaldía Iztapalapa, mientras manipulaba marihuana con otra persona, según el comunicado de la dependencia. Los agentes acudieron allí después de que una mujer alertase de que había “personas ingiriendo aparente droga” en el lugar. Como el individudo se correspondía con los rasgos del titular de la tarjeta de circulación del taxi investigado, los agentes lo presentaron como el conductor. Sin embargo, era su hermano, Federico. “Son prácticamente idénticos, las mismas cejas, los mismos rasgos”, apunta una fuente de la familia.
Los agentes ya tenían plenamente ubicada la unidad habitacional, también en la alcaldía de Iztapalapa, donde el conductor había guardado el vehículo tras lo ocurrido con Lidia. El sábado requisaron el coche, un Nissan Versa blanco y rosa, los colores que portan los taxis en Ciudad de México, con los rines negros. El coche está siendo investigado por los agentes.
La familia de Lidia Gabriela Gómez, que era originaria de Tampico (Tamaulipas), pudo velarla y enterrarla este fin de semana. La pequeña de cuatro hermanos hacía solo un año y siete meses que había llegado a Ciudad de México, precisamente, huyendo de la violencia que azota el norte del país. Ahora, su familia pide justicia para ella.
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