Era el ángulo ciego que faltaba por resolver en un caso lleno de enredos. La Fiscalía de Ciudad de México anunció este miércoles que en los asesinatos de los hermanos Tirado y su tío en una casona de la Roma, en el corazón de la capital, participaron más personas que las dos mujeres -madre e hija- y el joven hasta ahora detenidos. Las autoridades han arrestado a otro hombre a un par de cuadras de donde se produjo el crimen. Randy ‘N’ es también familiar de los actuales detenidos y la Fiscalía cree que participó en el asesinato que tenía como movil arrebatar la propiedad de la casa a las víctimas, que eran los dueños.
Los tres hombres -Jorge Tirado, de 35 años, su hermano Andrés, de 27, y su tío, Luis González, de 73- fueron asesinados el viernes, aunque los cadaveres no fueron encontrados por la policía hasta el domingo. Los asesinos dejaron viva a la esposa de Gonzáles y tía de los chicos, Margarita María Ochoa, de 72 años, la dueña de la casa tras una herencia. Pretendían extorsionarla para que firmara la entrega del inmueble, una casona porfiriana venida a menos donde, en la planta de abajo, vivían también los acusados. Los Fiscalía encontró en la casa documentos personales del nuevo detenido y apuntan que “posiblemente pernoctaba también en el lugar de los hechos”.
En seguimiento a investigación sobre el homicidio de tres personas ocurrido en la colonia Roma, agentes de @PDI_FGJCDMX detuvieron a Randy “N”. Dicha persona, quien fue asegurada junto con dosis de posible droga, podría estar relacionada con los hechos. Más información en breve. pic.twitter.com/kMii6tb1MZ
— Fiscalía CDMX (@FiscaliaCDMX) December 21, 2022
La casa perteneció al hermano de Ochoa, que falleció en mayo por una enfermedad grave. Los detenidos vivían en la casa desde hacía más tiempo: una de ellos trabajaba como enfermera para el anciano, que hasta su muerte necesitó de cuidados constantes. Como parte del acuerdo al que había llegado con el hombre, ella, su hija y su yerno residían en la planta baja de la vivienda. Cuando Ochoa y González se mudaron al inmueble les permitieron quedarse por “solidaridad”, según fuentes de la Fiscalía, mientras realizaban los trámites legales para vender la residencia.
Pero los detenidos no quería que los dueños vendieran la casa, al contrario, llevaban tiempo planeando quedarse con ella. Primero lo intentaron por la vía legal: la enfermera argumentó que ella y el anciano ya fallecido habían sido pareja y por eso la vivienda le correspondía en herencia. No pudo acreditarlo y la ambición desató el triple crimen según la versión de las autoridades.
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