La gestión del derribo del globo chino abre un nuevo frente entre demócratas y republicanos en EE UU | Internacional

El globo espía chino abatido el sábado sobre aguas estadounidenses en el Atlántico frente a Carolina del Sur no fue el único que ha entrado en el espacio aéreo de EE UU en los últimos seis años. Al menos otros tres incursionaron durante el mandato del republicano Donald Trump, según el Pentágono. Esta afirmación ha añadido leña al fuego a un duro intercambio de reproches entre demócratas y republicanos sobre cómo se gestionó el derribo.

Este domingo, buceadores de la Marina estadounidense buscaban los fragmentos del globo abatido en una zona de once kilómetros de ancho y catorce metros de profundidad frente a la costa del condado de Horry, en Carolina del Sur. También se utilizan embarcaciones no tripuladas que pueden descender para recuperar la estructura y reconstruirla en el barco de rescate”, explicó un funcionario a la cadena de televisión CNN. El Pentágono calcula que será una operación relativamente sencilla y que no se prolongará en el tiempo.

La incursión del globo y su derribo con un misil lanzado por un caza F-22 en aguas territoriales estadounidenses del Atlántico el sábado ha abierto una nueva crisis diplomática entre Estados Unidos y China. Pekín, que asegura que se trataba de una “nave” civil meteorológica que se extravió por causa de fuerza mayor, ha calificado la acción militar de “reacción excesiva”. Estados Unidos insiste en que se trataba de un artefacto con funciones de espionaje, que transportaba equipo de vigilancia.

El caso también ha levantado ampollas en la muy dividida política estadounidense. Ha llegado en un momento clave: el martes, Biden comparece ante ambas cámaras del Congreso en la ocasión más solemne del curso legislativo para pronunciar su discurso sobre el Estado de la Unión, donde presentará sus prioridades de gobierno para este año. Se espera también que en cuestión de semanas anuncie formalmente si se presenta a la reelección en las presidenciales de 2024.

Quizá con la mente en las críticas republicanas, que a lo largo de la semana han acusado a la Casa Blanca de debilidad en su gestión del incidente, Biden, el Pentágono y otros altos cargos del Gobierno han subrayado que el presidente dio ya el miércoles la orden de derribar el artefacto “lo antes posible”. Pero debía hacerse sin poner en riesgo a la población. Entonces el globo, detectado por primera vez en Alaska el 28 de enero, flotaba sobre Montana. La recomendación que recibió fue esperar a que el artefacto llegara al Atlántico. Su tamaño, la altura a la que se encontraba (18.300 metros) y el volumen de su carga hacían que el riesgo de que sus fragmentos cayeran sobre la población o dejaran daños materiales fuera demasiado grande incluso en uno de los estados más despoblados del país.

La oposición republicana ha arremetido contra la respuesta del Gobierno a la incursión. En su opinión, el globo debía haber sido abatido mucho antes, en lugar de permitir que flotara cinco días sobre el espacio aéreo estadounidense, con el riesgo de que recolectara datos valiosos de inteligencia.

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“Nunca se debió haber permitido que entrara en Estados Unidos, y nunca se le debió haber permitido que completara su misión”, señalaba el líder del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Turner, a la cadena de televisión NBC. El legislador Tom Cotton, de la comisión de Inteligencia del Senado, apuntaba a la cadena Fox que “tuvimos que haberlo abatido cuando pasaba por las Aleutianas (en Alaska) en vez de dejarlo pasearse por medio Estados Unidos tan feliz”. El senador Marco Rubio, de Florida, consideraba que el caso constituía una “dejación de funciones” por parte del Gobierno, en una intervención en la CNN.

El Departamento de Defensa, por el contrario, se ha felicitado por el éxito de la misión de derribo y ha asegurado por boca de su titular, Lloyd Austin, que la opción elegida era la mejor para garantizar la seguridad de las personas en tierra firme. Un alto mando militar que habló con la prensa bajo la condición del anonimato precisó que “el paso del globo espía sobre territorio estadounidense ha sido valioso” para recabar datos de inteligencia sobre su funcionamiento. “Pudimos estudiar y examinar el globo y su equipamiento, lo que ha sido algo valioso”.

El Pentágono ha subrayado que no se trata de la primera vez que un artefacto chino de este tipo entra en territorio estadounidense en los últimos años. China, sostiene, mantiene una flota de estos aparatos, que se han visto en países de los cinco continentes: uno avistado esta semana en América Latina flotaba el domingo sobre Colombia. El citado alto mando militar el sábado precisó que tres globos “atravesaron brevemente el espacio aéreo estadounidense durante el mandato de la anterior Administración”, encabezada por Donald Trump.

El anterior presidente lo ha negado rotundamente. China le guardaba “demasiado respeto” como para atreverse a un paso así y “NUNCA lo hizo”, ha asegurado en su red social Truth Social. “Lo del globo chino es una vergüenza, como el espectáculo de terror de Afganistán y todo lo que rodea a la tremendamente incompetente Administración Biden”, ha apuntado. “Ahora publican que China envió un globo durante la Administración Trump, para quitar el foco sobre los lentos tontos de Biden”. Su antiguo director de inteligencia nacional, John Ratcliffe, también ha rechazado la afirmación del Pentágono.

Los legisladores demócratas se han apresurado a defender a la Casa Blanca. “Crear otro rasero para Biden cuando Trump, parece, dejó que eso se moviera sobre Estados Unidos es un poco hipócrita”, ha señalado el senador Cory Booker, miembro del Comité de Relaciones Exteriores. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, ha revelado que el Pentágono ofrecerá una sesión informativa a la cámara alta sobre la incursión del globo de esta semana el próximo día 15.

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