La inflación de Estados Unidos continúa lejos del objetivo, pero sigue bajando, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales. Los precios subieron un 0,4% en abril, pero el índice interanual desciende una décima, desde el 5% al 4,9%. Es muy poco, pero es el décimo descenso mensual consecutivo y los economistas esperaban incluso que la racha se cortase. También cae una décima la inflación interanual, hasta el 5,5%, lo que indica que las subidas de los tipos de interés están teniendo efecto, aunque más despacio de lo que le gustaría a la Reserva Federal.
El precio de la vivienda fue el que más contribuyó en abril al aumento mensual de todos los artículos, seguido de las subidas en los coches y camiones usados y en la gasolina. El encarecimiento de la gasolina compensó con creces los descensos de otros productos energéticos, y el índice de precios de la energía subió un 0,6% en abril. El precio medio de la comida se mantuvo sin cambios en abril, al igual que en marzo, aunque eso resulta de un descenso del 0,2% de los precios de la compra y un aumento del 0,4% en las comidas fuera de casa. Los alimentos aún suben un 7,7% en los últimos 12 meses.
La inflación se ha enquistado especialmente en los servicios, pero algunos de ellos han dado también señales de enfriamiento en abril.
La inflación llegó a tocar el 9,1% en junio del año pasado, su nivel más alto en cuatro décadas, tras una escalada vertiginosa en la que la cuenta de la compra en el supermercado y el surtidor de gasolina daban los mayores sustos a los consumidores. La subida de los precios erosionó la popularidad del presidente, Joe Biden, que luego ha ido celebrando cada mejora.
La Reserva Federal ha subido cinco puntos los tipos de interés en poco más de un año para contener los precios. Ha logrado enfriar la economía, que creció solo un 0,3% en el primer trimestre. Sin embargo, la tasa de paro está en el 3,4%, el mínimo en medio siglo, y la falta de oferta presiona al alza los salarios más de lo que le gustaría a Jerome Powell. La inflación ha bajado desde el 9,1% de mediados de 2022, pero la inflación subyacente ya supera a la general y las subidas de precios se han enquistado en los servicios.
Con todo, el descenso de una décima en la inflación subyacente en abril es una buena noticia para el banco central, que puede seguir con su idea de hacer una pausa en las subidas de tipos, como sugirió tras la última reunión de su comité de política monetaria. Los economistas del banco central aún tendrán ocasión de analizar otros datos de coyuntura y precios antes de su próxima reunión sobre tipos de interés, prevista para los días 13 y 14 de junio. Justo antes de esa reunión, el propio 13 de junio, se conocerá el dato de inflación de mayo.
“La inflación se ha moderado algo desde mediados del año pasado. No obstante, las presiones inflacionistas siguen siendo elevadas y el proceso de volver a situar la inflación en el 2% tiene aún un largo camino por recorrer”, señaló Powell tras la reunión del pasado 3 de mayo. Y para las futuras decisiones, subrayó: “Nos guiaremos por los datos entrantes reunión a reunión”.
El intento de lograr un aterrizaje suave de la economía, contener los precios sin provocar una recesión, se ha complicado además con la crisis bancaria y con los problemas políticos en torno al aumento del límite de deuda, necesario para que Estados Unidos pueda hacer frente a sus obligaciones. Biden exige al Congreso que lo apruebe sin condiciones, como hizo tres veces durante el mandato de Donald Trump, pero los republicanos quieren aprovechar para exigirle contrapartidas.
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