El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, ha afirmado este lunes que Verónica ‘N’, la presunta asesina de Rosa Isela Castro, de 20 años, fingió durante meses estar embarazada antes de robarle su bebé a la joven, que solo le quedaban unas semanas para dar a luz. El mandatario ha dado nuevos datos sobre uno de los casos más escandalosos que afronta el Estado. Según la versión de García, Verónica pagó 10.000 pesos, unos 500 dólares, a su cómplice, Gonzalo ‘N’, para acabar con la vida de Rosa Isela y poder sustraerle del vientre a su hija. Ambos están detenidos y la bebé está sana y salva, resguardada por las autoridades.
La historia de terror estalla el 30 de noviembre, pero empieza antes. Rosa Isela Castro, una joven embarazada de ocho meses y medio, contacta por Facebook con una mujer que le ofrece un donativo de ropa de bebé. Como su pareja no tenía en esos momentos trabajo y estaban atravesando un momento económico difícil, Castro acepta. El pasado miércoles sale de su casa en el Puerto de Veracruz hacia la cita con Verónica, que había utilizado un perfil falso —como si fuera una señora de 60 años— para escribirle. Según Lizbeth Castro, hermana de la víctima, un video muestra como “una mujer de unos treinta y tantos años, robusta, la agarraba por la cintura mientras subía a un vehículo”.
Ahora, con la nueva información compartida por el gobernador, se ha conocido que Verónica se presentó en un centro médico de la Cruz Roja “cubierta de sangre” y con una bebé en los brazos. Allí se atendió pero con la “planeación de darse de alta rápido, antes de que le puedan hacer más estudios”, ha dicho Cuitláhuac García, en referencia, a las pruebas que hubieran podido fácilmente comprobar que la mujer no había estado embarazada.
El mandatario ha hecho hincapié en que Verónica engañó a toda su familia que pensó que la mujer sí iba a tener un bebé. “Lo tramó durante ocho meses cuando empezó a fingir el embarazo”, ha dicho. “Con mucha alevosía, astucia, que van a ser agravantes ahora, por lo que cometió”.
El mismo 30 de noviembre la familia de Rosa Isela presentó la denuncia de desaparición. Su hermana Lizbeth suplicó ante las cámaras que liberaran a su hermana y a su futura hija, que iba a ser la única niña de la familia. Convocaron a una marcha en el Zócalo de Puerto de Veracruz. Tres días más tarde se encontró el cuerpo de la joven. Estaba tirado en un rancho en Los Arrieros, a unos 25 kilómetros de donde se la vio por última vez. Le habían arrancado al bebé.
Ese mismo día fueron detenidos Verónica y Gonzalo acusados del delito de secuestro y feminicidio. “Al momento de su detención tenían consigo a una menor recién nacida, la cual fue rescatada sana y salva y ya recibe atención de las autoridades correspondientes”, anunció la Fiscalía de Veracruz. La niña está en el DIF y va a ser próximamente entregada a su padre, ha anunciado hoy el gobernador.
El caso ha conmocionado por su brutalidad a una sociedad asediada por el asesinato diario de mujeres. Además la muerte de Rosa Isela ha recordado a la de otras jóvenes que ha tenido lugar en los últimos años en el Estado. El modus operandi es el mismo que sufrió Judith en 2018, cuando también fue engañada por redes sociales con la promesa de un donativo de ropa para su bebé. La joven, de 22 años, fue asesinada cuando le quedaban solo unos días para dar a luz. Fue encontrada con una herida de césarea. Las autoridades consiguieron recuperar a su bebé. En el caso de Esmeralda, de 19 años y embarazada de siete meses, solo hallaron su cuerpo y nunca se localizó al bebé.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país