La violencia devora México: 11 asesinatos en 24 horas en Zacatecas y Guerrero

Integrantes de la Policía municipal resguardan la zona donde este martes han sido hallados cinco cuerpos, en Juchitán, Guerrero.
Integrantes de la Policía municipal resguardan la zona donde este martes han sido hallados cinco cuerpos, en Juchitán, Guerrero.Str (EFE)

México convive con la muerte día a día. Forma parte de su folclore, de sus tradiciones, de su arte. Hasta que llegó el narco, la violencia y las desapariciones. Y ahora un país que estaba en paz con sus difuntos se horroriza a diario ante la espiral de sangre que marca cada rincón del mapa. En las últimas 24 horas, seis cadáveres han sido arrojados a una cuneta de Zacatecas con rastros de torturas y cinco cuerpos han sido encontrados en el interior de un taxi abandonado en Guerrero, tres de ellos decapitados. Lejos de ser una jornada especialmente trágica, es solo un día más en un país con 100 asesinatos diarios y más de un 90% de casos que nunca se resuelven. Ni siquiera han sido la principal noticia en los periódicos locales de Zacatecas y Guerrero, dos Estados acostumbrados a contar a sus muertos por decenas.

Zacatecas, sangre sobre sangre

Hace tiempo que en las portadas de los periódicos Zacatecas es sinónimo de matanzas. Las noticias de asesinatos, descuartizamientos y desapariciones consumen día sí, día también, este Estado del interior de México en el que parece que la violencia se ha instalado con intención de quedarse. Los seis cadáveres han sido arrojados este martes en una cuneta de la carretera federal 49, en el municipio de Pinos, frontera con San Luis Potosí. Cinco hombres y una mujer, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado.

Los vecinos han avisado a las autoridades sobre las nueve de la mañana. Cuando la policía ha llegado al lugar del crimen, a la altura de la comunidad de San Isidro, ha encontrado los cuerpos extendidos entre el asfalto y la hierba seca del arcén. Las manos atadas, manchas de sangre sobre el pavimento. No ha trascendido la identidad de las víctimas ni si las autoridades barajan sospechosos.

La Fiscalía ha asegurado que sus expertos están ya sobre el caso. Los cuerpos serán trasladados al Servicio Médico Forense. Debido a la cercanía del lugar donde se han localizado los cadáveres con San Luis Potosí, las autoridades de ambos Estados trabajan en conjunto. “No se descarta que las víctimas o algunas de ellas puedan ser originarias de aquel lugar [San Luis Potosí]”, ha asegurado la Fiscalía de Zacatecas en un comunicado recogido por el periódico Reforma.

El 4 de marzo fue asesinado en Fresnillo el periodista Juan Carlos Muñiz, que se convirtió en el séptimo crimen contra la prensa en México en 2022. Dos semanas antes, cuatro universitarios fueron secuestrados y asesinados por el narco en la capital del Estado. El 5 de febrero la región se despertó con 10 cadáveres repartidos en las calles de Fresnillo y otros seis colgados de un barandal en Pánfilo Natera. La lista es interminable: policías asesinados, cuerpos estrangulados y abandonados frente a la sede de Gobierno, crucifixiones, víctimas colgadas de puentes. Muerte sobre muerte. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció en noviembre de 2021 que enviaría más militares al Estado para combatir tanta violencia, pero la estrategia todavía no ha dado los frutos esperados.

Violencia sin fin en Guerrero

Un coche avanza a las siete de la mañana del martes por una carretera del municipio de Juchitán, en Guerrero. A un lado del camino ve un Nissan blanco con las franjas azules que identifican a los taxis de la zona. Lo extraño es que el capó y parte del cristal delantero está cubierto con una sábana blanca en la que alguien ha escrito algo. Sobre la sábana, hay una bolsa roja. Dentro hay una cabeza humana —de acuerdo con los medios locales—. En el interior del vehículo, repartidos entre los asientos y el maletero, cinco cuerpos. Tres habían sido decapitados, los otros dos mostraban disparos, según autoridades citadas por El Heraldo de México.

La Fiscalía del Estado ha confirmado que se trata de los restos de cinco hombres de identidad desconocida que han sido trasladados al servicio médico forense. También que han iniciado una investigación. Ninguna información más: un comunicado público de apenas dos párrafos para tres decapitados y dos acribillados. Según Reforma, en la sábana podía leerse: “Respeto dar respeto entiendan el corral ya tiene dueño, ya tiene dueño, a todos lo que lo apoyaron ya tenemos sus nombres y domicilios”.

Más de una decena de carteles se disputan la plaza por Guerrero, una región especialmente golpeada por la violencia del narco. El 31 de marzo, la policía localizó seis cabezas humanas sobre el techo de un coche en Chilapa, una comunidad que sufre una guerra entre Los Ardillos, un cartel local, y grupos de policías comunitarios. Una semana antes, otros tres cuerpos decapitados aparecieron en Iguala. Incluso Acapulco, la perla turística del Estado y uno de los destinos con más afluencia del país, ha sufrido en los últimos tiempos un embate de violencia del que no se salvó ni el Abierto de tenis de la ciudad.

La violencia no es exclusiva de Zacatecas y Guerrero. Estados como Michoacán, Colima, Jalisco o Sinaloa sufren también a diario la inseguridad y las balas. Este lunes, seis personas fueron acribilladas a balazos en su residencia de Tultepec, en el Estado de México. Cuatro niñas y cuatro adultos, de las que tampoco se conoce su identidad, si fueron víctimas al azar o una matanza dirigida. Masacre es una palabra que cada vez tiene menos sentido en México.

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