Las empresas iberoamericanas se sumergen en las alianzas público-privadas para mirar al futuro | Cumbre Iberoamericana XXVIII

Las empresas necesitan de los gobiernos para crecer. Y viceversa. Las alianzas público-privadas para los negocios han sido las protagonistas del XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano que se celebra esta semana en Santo Domingo, como antesala de la Cumbre Iberoamericana. Unos 1.500 empresarios de América Latina, España y Portugal se han reunido en la capital dominicana para compartir sus experiencias como inversores en algunos de los 22 países miembros de la comunidad iberoamericana.

El punto de encuentro entre todos ellos ha sido un panorama global complicado –de inflación acelerada y con las dificultades comerciales por la invasión de Rusia a Ucrania– que ha mermado, en los últimos meses, el emprendimiento de nuevas inversiones o el crecimiento de las que ya existen. Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha comentado en la apertura del encuentro que ante la incertidumbre, las alianzas entre empresas y gobiernos “tienen un papel determinante” para el crecimiento de ambos sectores. “Estamos poniendo énfasis en situar a las empresas, y me refiero a las personas que en ellas trabajan, en el centro de las decisiones para el futuro de Iberoamérica”, ha asegurado.

Garamendi ha apuntado que las empresas están dispuestas a participar en un esfuerzo conjunto con los Estados, una vez que exista estabilidad regulatoria y defensa de la libertad para el sector privado. “Iberoamérica necesita a sus empresarios para despejar el fantasma de la década perdida”, ha añadido Andrés Allamand, secretario general iberoamericano, en el mismo acto de apertura del encuentro. Para el excanciller chileno, las alianzas público-privadas deber ser una acción “coordinada y potente” para conseguir el crecimiento sostenido tanto de las empresas como de los países.

El panorama que Allamand ha dibujado a los empresarios para el futuro es uno que se sustenta en un crecimiento económico que se mantiene a través de la sustentabilidad ambiental, pero en el que las inversiones ocurran en ambientes políticamente inclusivos y con medidas que sean socialmente viables. Así, ha señalado el excanciller, las empresas estarán ocupadas de luchar contra la desigualdad y de hacer crecer a las clases medias iberoamericanas. “Necesitamos empresas que paguen el máximo a sus trabajadores y no el mínimo”, ha dicho.

Allamand ha estimado que los empresarios deben poner atención en tres factores para garantizar su crecimiento en el futuro: la brecha de género, la revolución digital con sus nuevas herramientas, y la transición energética hacia las renovables. El secretario iberoamericano ha insistido en que tanto los gobiernos como los inversionistas deben sacar adelante en conjunto las economías de los países. Ha señalado que es “absurdo” cuando sus diferencias interfieren con el desarrollo de sus habitantes, cuando lo que ambos sectores buscan es un “crecimiento justo e inclusivo, que no deje a absolutamente a nadie atrás”.

La vicepresidenta de República Dominicana, Raquel Peña, ha puesto el ejemplo de su país respecto a la cooperación entre los sectores público y privado para abonar al desarrollo del país. Peña ha asegurado que tras la pandemia de la covid-19, en el país caribeño estás alianzas han conseguido un impulso, principalmente, para la industria turística. “Es sumamente necesario que se evalúen las estructuras financieras internacionales para poder alcanzar la recuperación pospandemia”, ha pedido la vicepresidenta dominicana. Las reuniones de empresarios se extenderán hasta el viernes con la entrega del Premio Iberoamericano de Calidad y un conversatorio con los jefes de Estado de los países que forman parte de la Cumbre Iberoamericana.

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