Las grandes petroleras y gasísticas proponen al Gobierno ofrecer la TUR | Compañías

La patronal del sector del gas, Sedigas, ha dado un paso al frente y ha propuesto al Gobierno lo que ya le habían trasladado algunas comercializadoras de último recurso (CUR): que las compañías del mercado libre puedan también suministrar gas natural con la tarifa regulada (TUR), ahora limitada por ley a las cuatro CUR (filiales de Naturgy, Iberdrola, Endesa y TotalEnergies).

Tras la decisión del Gobierno de subvencionar esta tarifa con una partida presupuestaria de 3.000 millones de euros para 2023, se ha producido una avalancha de peticiones de los clientes del mercado libre (6,5 millones) para contratar la TUR (en cuyo mercado solo había, hasta el anuncio de la medida, 1,5 millones de usuarios).

En una asamblea celebrada la semana pasada, los 26 socios de Sedigas, que integran su comité de comercializadoras, aprobaron por unanimidad remitir una carta a la secretaria de Estado de Energía del Ministerio para la Transiciòn Ecológica, Sara Aagesen, y a la CNMC, en la que ofrecían “su colaboración en la búsqueda de soluciones para “la coexistencia de medidas de carácter social con el funcionamiento del mercado libre”. La subvención de la TUR, que implica un tope de incremento de entre el 4% y el 5% trimestral durante el próximo año, puede resultar de facto la desaparición del mercado libre del gas.

En la carta, remitida el viernes y a la que ha tenido acceso CincoDías, Sedigas propone habilitar un mecanismo para que la tarifa subvencionada pueda ser ofrecida por cualquier comercializadora de forma voluntaria; focalizar las subvenciones públicas en los consumidores vulnerables o la opción de subvencionar a todos los consumidores (libres o regulados) como ha hecho el Gobierno de Alemania”.

Entre las comercializadoras de Sedigas destacan las grandes del sector, como Shell, Pavillon, BP, Plenitude (ENI), Engie, Naturgy, Axpo, Repsol, Uniper, Naturgy o Iberdrola (estas dos últimas, suministran tanto en el mercado libre como regulado a través de sendas filiales). La primera tiene 2,5 millones de clientes en el mercado libre y 1,2 millones en el regulado, mientras que Iberdrola cuenta con un millón en el liberalizado y 54.000 en la TUR.

Aunque las 26 comercializadoras han firmado la carta, ello no significa que todas estén dispuestas a suministrar con la tarifa regulada, pero sí a que se deje abierta esta opción o que se subvencione a todos los clientes. En cualquier caso, ninguna está dispuesta a convertirse en CUR, un trámite complicado que le obligaría a crear una filial nueva regulada y que requeriría de la aprobación del Gobierno a través de un real decreto.

Según la carta remitida a la secretaria de Estado de Energía, las gasísticas consideran que la TUR “tiene un precio muy por debajo de coste y por consiguiente muy inferior al de las ofertas en el mercado libre, lo que está trasladando señales contrarias a la eficiencia y el ahorro, y provocando un traspaso masivo de clientes desde el mercado libre a la TUR.”

El trasvase de clientes a esta tarifa podría durar un año, según Sedigas, “con la tensión social que esto ocasionaría”. Las CUR están siendo acusadas de negligencia ante la tardanza en realizar los cambios y todas ellas aseguran estar reforzando sus equipos.

Cuello de botella

Tal como recuerdan en la misiva, la gestión implica también un cambio con la distribuidora, “lo que está ocasionando un cuello de botella a pesar de las medidas para agilizar la gestión de dichas solicitudes tanto por parte de las distribuidoras como de las comercializadoras involucradas y a un descontento sin precedente del conjunto de los consumidores”.

En este punto, recuerdan al ministerio que dirige Teresa Ribera la solución adoptada por otros países, como Alemania, “donde todos los consumidores tienen el mismo derecho a recibir la subvención ofrecida por el Gobierno, con independenca de la comercializadora que les suministre.

La situación generada por el incentivo a la tarifa de los domésticos, pone “en riesgo” la actividad de las empresas del mercado libre, “e incluso su supervivencia, creando una falta de competencia irreversible, pese a que se haya planteado como solución temporal con un plazo transitorio que podría ser suficiente para acabart completamente con el mercado libre minorista”. Algo “contrario a la normativa sobre promoción del mercado libre recogida en la normativa europea y española”, concluye Sedigas.

Fuentes empresariales aseguran que el ministerio estaría estudiando las propuestas de las empresas, si bien, no ha dado pistas sobre cual podría ser la solución.

 

El modelo alemán que subvenciona a todos por igual

Avalancha. Hasta que el Gobierno anunció su decisión de subvencionar la Tarifa de Último Tecurso (TUR) del gas natural, los trasvases desde el mercado libre al regulado con este precio, eran apenas de 60.000 al año, según datos de la CNMC. Por esta razón, “la operativa de traspasos era sencilla y no requería demasiados efectivos”, indicaban recientemente fuentes del sector.

Aprietos. Pero el alud de peticiones de cambio, tanto presencial como telefónica o a través de internet, ha puesto en serios aprietos a las comercializadoras que ofrecen por ley dicha tarifa. Muy especialmente en el caso de Naturgy, la primera del sector, con 2,5 millones de clientes en el mercado libre y 1,2 millones en el regulado. Tanto ella, como Iberdrola, la segunda CUR, dicen gestionar miles de contratos diarios. Por su parte, Endesa, la siguiente de la lista, había firmado decenas de miles en octubre.

A todas. Aunque a través de Sedigas, las grandes y medianas empresas del sector, han pedido al Ministerio para la Transición Ecológica que permita ofrecer la TUR a todos sus clientes, en el fondo prefieren la opción de Alemania. Este país ha decidido compensar el precio del gas natural a los domésticos este invierno, ofreciendo a todas las comercializadoras la posibilidad de vender a un precio reducido, que después se compensa a todas las empresas.

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